Griezmann, el maestro del 1-0 ya se hace sitio en el Bar?a
Ha marcado el primer gol en los siete partidos en los que moj¨®. Su adaptaci¨®n no est¨¢ resultando f¨¢cil, pero sin demasiadas ayudas se ha hecho un espacio.
La vida para Griezmann no est¨¢ siendo f¨¢cil en Barcelona. "Estamos felices; mi familia y yo", dijo el s¨¢bado despu¨¦s de ser protagonista en la victoria contra el Getafe. Griezmann marc¨® el 1-0. Fue su octavo gol en LaLiga. En los siete partidos en los que moj¨® , siempre hizo el 1-0: Betis, Villarreal, Eibar, Mallorca, Real Sociedad, Alav¨¦s y Getafe. El gol dif¨ªcil del f¨²tbol, ese hace Griezmann. Aun as¨ª, dec¨ªamos, la vida en Barcelona no ha sido f¨¢cil. Sus 120 millones parecen pesar m¨¢s que los 140 de Demb¨¦l¨¦, a quien se ha consentido tirar tres a?os a la basura; y como Coutinho, que s¨ª fue se?alado desde el inicio de su primera temporada completa.
De adelante hacia detr¨¢s, Griezmann se qued¨® boquiabierto cuando Quique Seti¨¦n prescinci¨® de ¨¦l en San Mam¨¦s. En un partido de jerarqu¨ªa y en una ciudad que se le da hist¨®ricamente bien, fue suplente por detr¨¢s de Sergi Roberto y Ansu. Cuentan que a Griezmann no s¨®lo le sent¨® mal la decisi¨®n. Tambi¨¦n le cost¨® mucho entenderla. D¨ªas despu¨¦s, adem¨¢s, France Football public¨® una informaci¨®n fantasiosa que fue desmentida con rotundidad sobre unos supuestos celos en el vestuario y una falta de vida social de su entorno que afectaban en su encaje. Esas supuestas palabras fueron desmentidas, pero es evidente que aquel documental, La Decisi¨®n, en el que Griezmann dej¨® colgadas las ilusiones de la afici¨®n azulgrana, que lo esperaba para la temporada 2018-19, abri¨® una grieta con la gente y hasta con el vestuario que est¨¢ costando cerrar.
Griezmann es el tercer fichaje que el Bar?a hace para olvidar a Neymar y salta la vista que, sin ser demoledor, su primer a?o ha superado de largo al de Demb¨¦l¨¦, un desastre gigantesco. Griezmann ha colaborado con sus goles en seis victorias y un empate, trabaja para el equipo y, sobre todo, conoce el juego, un misterio por ejemplo para Demb¨¦l¨¦. Adem¨¢s, y al contrario que sus dos predecesores en el intento de ser recambio de Neymar, Coutinho y Demb¨¦l¨¦, juega alejado de su mejor posici¨®n. El franc¨¦s abandon¨® la banda hace a?os. ?l perdi¨® explosividad y aprendi¨® a relacionarse mucho mejor con el juego. Por su inteligencia t¨¢ctica, fue colocado como segundo delantero en la selecci¨®n campeona del mundo de Francia (detr¨¢s de Giroud) y en el Atl¨¦tico de Madrid de Simeone (especialmente tras Diego Costa). En el Bar?a, sin embargo, ha sido aparcado en una banda. Y, sin embargo, ha sido capaz de hacer buenos partidos, especialmente en casa. Fuera, los rigores defensivos terminan por exprimirle. Nadie le puede negar a Griezmann la implicaci¨®n. Tambi¨¦n sus ganas por complacer a Messi y por dejar claro su status por debajo del argentino. Y por hacer grupo. Su discurso ha puesto en primer lugar el colectivo. "Estoy aqu¨ª para ayudar", es su frase m¨¢s repetida.
Se abre un nuevo escenario para Griezmann. Sin Su¨¢rez, est¨¢ obligado a jugar m¨¢s como delantero. O m¨¢s exactamente, para ocupar en el campo los espacios que vaya dejando Messi, que se mueve a su libre albedr¨ªo. El abrazo entre los dos despu¨¦s del Getafe es un se?al de que, pese a aquellos supuestos recelos del argentino en el inicio ("no quiero hablar de Griezmann, dijo el a?o pasado antes de la final de la Copa del Rey), la relaci¨®n es correcta y que los dos van a empujar en una tarea que saben extremadamente dif¨ªcil: darle al Bar?a un t¨ªtulo esta temporada. Griezmann, el maestro del 1-0, sigue buscando su sitio. Pero nadie puede decir que no lo est¨¦ poniendo todo por conseguirlo.