Un empate grandioso
Valencia y Atleti se repartieron los puntos en un partido tremendo antes de jugar contra el Liverpool y el Atalanta. Partidazo de Ferran. Oblak volvi車 a ser salvador.
La batalla por la Champions a orillas del Turia comenz車 a las nueve de la noche. El roce del bal車n con la hierba son車 a cornetas. Los nervios llenaban el campo, los dos equipos similares. Precipitados, pero valientes, buscando en cada jugada al rival. Hac赤a muchos partidos que el Atl谷tico no sal赤a con la presi車n tan alta. Temblaba el Valencia en la salida de bal車n. Un Valencia con Guedes disfrazado de Rodrigo y Mangala ocupando el boquete que deja la falta de Garay. Del Cholo fue el inicio. Su arma se llamaba rombo.
As赤 orden車 a sus centrocampistas. Koke de enganche, Thomas ancla, Sa迆l a su izquierda y Llorente, a su derecha. Un Llorente omnipresente. Que robaba, replegaba y rondaba. Alrededor de su nombre Mestalla mascaba peligro. Fue tras un robo, un pase atr芍s de Vitolo y un centro de Correa. Fue que la pelota toc車 en Paulista, que no acert車 a despejar, y Llorente estaba en el punto de penalti, camuflado con el traje de &9*. Supo domar el bal車n rebotado. Su gol ayuda a dejar atr芍s varios fantasmas. La roja ante el Chivas, la falta de minutos, todas sus carreras con la cabeza gacha y el 芍nimo apocado.
Pero Llorente ha alzado la frente y el Atleti entonces tambi谷n. El Valencia le observaba encogido. Sin pase, sin conexiones, desnortado, como si siguiera en Getafe. Daba igual que Parejo retrasara su posici車n, para ayudar, tratar de robar, distribuir, para nada, todo en vano. El Atleti llenaba cada rinc車n, con bal車n y sin bal車n, coral. El Valencia s車lo encontraba minas en los caminos a Oblak, que tiene velcro en los guantes, capaces de quedarse cada bal車n que sobrevuela su 芍rea como balas perdidas. Como con f迆tbol no pod赤a, lo intentaba el Valencia c車rner a c車rner, que Celades tiene en su equipo a un futbolista con la mirilla milim谷trica, Parejo. En el en谷simo se sac車 un disparo al segundo palo que nadie esperaba. Recibi車 Maxi, que centr車 al coraz車n del 芍rea, donde esperaba Paulista para meter la cabeza. 1-1. Golpe por golpe.
El Atl谷tico no lo acus車. Se levant車, se limpi車 las ropas y volvi車 a dirigir sus ojos a Jaume. Dos minutos despu谷s Simeone volv赤a a ponerse por delante. Le hab赤a batido su particular &thomashawk*. M芍s eficaz imposible: dos disparos, dos goles.
Imposible frenar a Ferran
Ferran se le col車 a Lodi en el 芍rea nada m芍s comenzar la segunda parte y provoc車 un movimiento inmediato en el Cholo. Vrsaljko dentro, Arias a la izquierda. El Atl谷tico volv赤a a sangrar por la herida de 迆ltimamente, el bal車n parado. Forz車 la falta Soler y, en cuanto la bot車 Parejo, sobre Oblak se arremolin車 el peligro. Ning迆n rojiblanco supo c車mo sacar de su aire esa bomba, la remat車 Kondogbia, desde el suelo, como llorando. Val赤a igual. La electricidad se cortaba en el aire. Estaba en el intercambio fren谷tico de disputas y carreras. El Valencia cada vez m芍s r芍pido, cada vez mejor. ※La presi車n hace diamantes§, que dec赤a el General Patton. Y Ferran no dejaba de brillar. Un pu?al en la derecha.
Simeone quitaba ahora a Arias, a ver si con Sa迆l lo consegu赤a frenar, pero tampoco, ni aunque le hubiese puesto a todos sus hombres delante. Hubo minutos para Morata y esa orden entre el rugido: balones por alto busc芍ndole. Pero la pelota toda del Valencia, se jugaba a los pies de Oblak, a lo que quer赤a Ferran. Su f迆tbol bien vale lo que cuesta una entrada. Sus regates, una tortura, sus pases regalos de gol... Pero primero Gameiro lo envi車 a las nubes y despu谷s Maxi tambi谷n. Y Simeone respond赤a con m芍s p車lvora, Carrasco, pero Thomas ya no encontraba porter赤a con ning迆n ca?onazo. Y Vrsaljko encontraba a Morata pero su cabezazo lo despejaba Jaume.
El partido iba, ven赤a. Sin tregua, no la hay en la guerra. Corr赤a en estampida el Valencia, lanzando Gay角 dentelladas sobre Oblak. Pero siempre se estamp車 con el portero, la mejor armadura del Cholo. Terminaba el partido con Celades perdiendo otro hombre, Paulista, tobillo. Magullados quedaban el resto, todos los dem芍s, magullados pero firmes, con un punto que a nadie sirve del todo, en un empate que fue grandioso, en esta batalla a orillas del Turia.