El Athletic indulta al Granada
El equipo de Garitano tuvo m¨¢s ocasiones, el VAR anul¨® un gol a Capa y Muniain da ventaja al equipo bilba¨ªno para la vuelta en Los C¨¢rmenes.

Todos sab¨ªan que a la final de La Cartuja se va, en el partido de vuelta, por Granada, que adem¨¢s est¨¢ cerca y se llega dando un paseo, pero el primer peaje se pagaba en Bilbao. Esta Copa m¨¢s democr¨¢tica de los ¨²ltimos a?os es la m¨¢s deseada. Y todos sue?an con Sevilla en una bella noche de abril. A ello se pusieron Athletic y Granada en el primer cap¨ªtulo de las semifinales. Los leones jugaron como el viejo rey del torneo, ese descabalgado del trono por el irreverente Bar?a. En su estadio, con los honores de su centenaria historia. Su f¨²tbol era para dejarle a un dedo de la final, pero le falt¨® definici¨®n y el Granada, un superviviente agarrado a un palillo en medio de un maremoto, sali¨® con pulso y espera devolver el zarpazo con el ¡®efecto Nuevo Los C¨¢rmenes¡¯.
El Granada dio su primer aviso y desapareci¨® de la escena en todo el primer tiempo. Fue a trav¨¦s de un V¨ªctor D¨ªaz profundo, que centr¨® a Soldado. Ah¨ª andaba con la ca?a preparada el viejo lobo, pero el bal¨®n se march¨® fuera por poco. Esa fue su ¨²ltima noticia. Pocos pod¨ªan adivinar que el centro del campo rojiblanco, escasamente dotado para crear, pudiera conectar con Muniain entre l¨ªneas y se fuera devorando posteriormente a un Granada que no amaneci¨® reserv¨®n, pero que se fue ocultando como una tortuga se mete en el caparaz¨®n por el miedo ante un fogonazo.
En efecto, el rumbo cambi¨® al cuarto de hora, con una estampida salvaje a partir de los rel¨¢mpagos de Williams, un jugador en estado de gracia. Es tan contagioso su entusiasmo que se sum¨® a la fiesta Vesga con un sartenazo desde fuera del ¨¢rea que detuvo Rui Silva camino de la escuadra. El Athletic recuperaba r¨¢pido, se echaba al monte y met¨ªa en la cueva a los nazar¨ªes. No hab¨ªa tregua, los leones marcaban sus intenciones claramente. Con Muniain como violinista, en el acoso y derribo se pudo escuchar con trompetas estridentes a un grupo de boinas verdes al asalto del rancho de Rui Silva. Era un Athletic en galerna, como si se tratara de los cinco ¨²ltimos minutos. No hab¨ªa ni migas del frente ofensivo andaluz, siquiera un par de intentos de frenar el vendaval con p¨¦rdidas de tiempo. Como un saque r¨¢pido en plan p¨ªcaro de Rui Silva, tras lesi¨®n de Puertas, y que jug¨® tras robo Williams, poco antes de que media plantilla de Diego Mart¨ªnez se le echara encima por no tirarla fuera.
El t¨¦cnico del Granada se consum¨ªa viendo a su equipo tan encogido en quince metros de su campo. Opt¨® por romper el concierto rojiblanco, semejante vasallaje, con un cambio t¨¢ctico. Puso tres centrales, Domingos Duarte, Guzm¨¢n y V¨ªctor Diaz, y los carriles largos con Puertas y Neva, a ver si mimetiz¨¢ndose con el enemigo consegu¨ªa neutralizarlo. O tal vez tan s¨®lo se trataba de defender por amontonamiento. El caso es que Muniain segu¨ªa a lo suyo, a da?ar con su juego entre dos aguas, ahora por la medular ahora por el balc¨®n del ¨¢rea. No hab¨ªa forma de encorsetarlo. Y el equipo, venga a tirar diagonales, tacones, triangulaciones¡ Sobredosis de fe.
Cualquier desconexi¨®n pod¨ªa ser un detalle que decidiera parte de esta primera entrega hacia la final. En un momento de parpadeo por un fuera de juego visitante, Dani Garc¨ªa, el m¨¢s listo de la clase, lanz¨® un pase largo a Williams, que la baj¨® con el hombro (as¨ª lo determin¨® el VAR posteriormente), despleg¨® su exuberancia atl¨¦tica y pill¨® en pa?os menores a la zaga granadina. Dej¨® el pase al medio para que Muniain metiera su primer gol de la Copa. Los mejores socios. No hab¨ªa pisadas de Yangel y Gonalons. Y estaba tan presente en el juego Soldado como su amigo Aduriz, que descansaba en el banquillo. Es decir, figuraba pero no estaba.
Vallejo sali¨® tras el descanso para consolidar la defensa con tres centrales. Calc¨® el Granada la salida de las nueve de la noche a las diez. La misma facha con una hora de diferencia. Ya no era tan ajeno a la pelota en marcha. Pero las sensaciones volvieron en breve a ser bilba¨ªnas. As¨ª, en una falta, el Athletic marc¨® el segundo: fue el central Yeray, tras bajar la bola con el pecho cual Aduriz, y rematar a la escuadra, pero el colegiado lo anul¨® por fuera de juego claro de cinco futbolistas.
Diego Mart¨ªnez ve¨ªa muchos problemas para tapar las orillas de Yuri, Capa y Williams. Este segu¨ªa con sus carreras. Hay cohetes en Cabo Ca?averal con menos potencia. Capa adquiri¨® protagonismo despu¨¦s. Primero con un tirazo que encontr¨® el parad¨®n de Rui Silva y despu¨¦s con un gol tras golpeo mordido que se col¨® en la meta. Pero el ¨¢rbitro lo revis¨® en la pantalla a ras de campo y como Williams andaba por medio entorpeciendo la l¨ªnea de visi¨®n del meta, aunque sin participar, lo anul¨®. Protestas e indignaci¨®n local.
Era un nuevo tsunami. La impotencia vest¨ªa de blanco. Por eso Soldado se comport¨® como un juvenil y dio un patad¨®n a ??igo Mart¨ªnez que le borra para la vuelta por acumulaci¨®n de amonestaciones. Lo mismo le hab¨ªa pasado a Dani Garc¨ªa en la primera parte. Vallejo era un caramelito cuando le llevaba a la banda Williams, que disloc¨® la cadera del zaragozano.
Sali¨® Aduriz para a?adir m¨¢s leyenda al partido, aunque lo primero que hizo fue un salto con tarjeta por sacar algo el brazo. Las ocasiones eran un insulto: 10-1. Pero en un minuto, el Granada, que acab¨® dejando desenganchados de la defensa a dos hombres, tuvo dos. Sirvi¨® para sumar a Sim¨®n a una noche m¨¢gica, s¨ª, pero improductiva. Los leones indultaron a un grupo atrincherado.