Seti¨¦n, cruyffismo sin extremos
El c¨¢ntabro ha sorprendido con una apuesta sin abrir el campo en los ¨²ltimos metros, lejos de la propuesta de su ¨ªdolo, que hizo jugar pegados a la banda a extremos, creadores e incluso a nueves como Lineker, Stoichkov o Salinas.
Una de las mayores sorpresas de los tres primeros partidos de Quique Seti¨¦n ha sido el sistema que ha implementado a su llegada a Barcelona. Declarado devoto de Johan Cruyff, su 3-5-2 est¨¢ en las ant¨ªpodas del 3-4-3 que, con variantes, impuso con ¨¦xito el Holand¨¦s Volador en el Bar?a desde su llegada en 1988. En el dec¨¢logo de Cruyff, abrir el campo con los extremos era innegociable, uno de sus primeros mandamientos. "Dej¨¦ de ser feliz en el Bar?a cuando Cruyff me puso de extremo", lleg¨® a declarar Lineker, para quien eso fue una invitaci¨®n del Profeta del Gol a abandonar el equipo. Pero Cruyff volvi¨® a repetirlo. A Stoichkov, que llegaba de ser Bota de Oro en el Sredets de Sofia jugando de 'nueve', Cruyff le convenci¨® para que dejase de jugar en el centro y se desplazase al extremo. Desde all¨ª partir¨ªa hacia el espacio para aprovechar los servicios de Laudrup, Eusebio, Guardiola, Koeman...
Jugar pegado a la banda para Cruyff era un fin o un medio. Un medio, por ejemplo, para Stoichkov o Txiki, que de la banda iban hacia el centro para encarar a los porteros sin defensas de por medio. Un fin, para jugadores como Goikoetxea, Eskurza o, a ¨²ltima hora, Luis Figo, que apuraban la l¨ªnea de fondo. Pero pegados a banda tambi¨¦n jugaron los interiores y creadores de juego como Laudrup, el mejor de todos ellos sin duda, y hasta Hagi o Prosinecki cuando el Bar?a ya apuntaba a crepuscular. Por abrir el campo, Cruyff lleg¨® a hacer fichajes tan extravagantes como Korneiev y otros que no funcionaron despu¨¦s de llegar al filial como Vucevic o Ekelund. Lo intent¨® con alg¨²n canterano como Juan Carlos Moreno y hasta con su hijo, Jordi Cruyff. Los extremos siempre formaron parte de su manera de vida como entrenador. S¨®lo en la temporada 1993-94, cuando la llegada de Romario y el baj¨®n de Laudrup, el equipo se volvi¨® algo asim¨¦trico. Entonces dej¨® la banda izquierda completa para Sergi, pero Stoichkov sigui¨® jugando como extremo, esta vez desde la derecha. Hasta esa llegada de Romario, la posici¨®n de delantero centro no se ocupaba en el Bar?a. A la misma se llegaba por sorpresa desde atr¨¢s. Por ejemplo, con Bakero.
Rijkaard utiliz¨® los extremos con Luis Garc¨ªa, Ronaldinho, Giuly, Messi... Lo hizo mezclando fines, como hac¨ªa Cruyff. Algunos para crear desequilibrio y pase interior como Ronaldinho. Otros para desequilibrar o profundizar como Giuly o Messi. De Guardiola se sabe todo. Henry, Pedro, Messi..., los descubrimientos de Jeffren, Tello o Cuenca. Luis Enrique se entreg¨® al factor desequilibrante de Neymar... Hasta Valverde lo intent¨® con Coutinho o Demb¨¦l¨¦.
Seti¨¦n ha preferido darle amplitud al Bar?a con carrileros, pero eso implica estar mucho m¨¢s lejos de la porter¨ªa, sobre todo si el juego se reduce a una posesi¨®n intrascedente y tampoco se contragolpea. Es dif¨ªcil encontrarle sentido a lo que ha propuesto Seti¨¦n en sus diez primeros d¨ªas. Desde luego, no es cruyffismo, aunque es un t¨¦cnico de fuertes convicciones y est¨¢ convencido de darle la vuelta.