De cabeza al liderato
Un remate de Nacho en funciones de ariete le dio al Madrid un triunfo muy trabajado. El Valladolid fue de m¨¢s a menos. Dos goles anulados.
Hay partidos que entran en la historia de una Liga por su belleza y otros por su importancia. De los ¨²ltimos, claramente, fue este de Zorrilla, que el Madrid gan¨® al esprint ante un adversario con m¨¢s garra que m¨¢rketing. Lo decidi¨® un cabezazo de Nacho, lateral entrometido a ariete, un defensa de guardia. Ese arrebato le dio al Madrid un liderato que perdi¨® en Mallorca, en la novena jornada, la noche en que todo cambi¨®. El Valladolid fue de m¨¢s a menos y no le bast¨® con la dignidad para detener esa inercia del Madrid que acompa?a a los campeones, la de ganar al sol y a la sombra, con argumentos o con el martillo.
Hay equipos cuyo orgullo anda muy por encima de su presupuesto, su l¨ªmite salarial o su capacidad para vender camisetas. Uno de los m¨¢s honorables es el Valladolid, ante el que el Madrid no rompi¨® la cadena del fr¨ªo que inici¨® en Salamanca y acabar¨¢ en Zaragoza el mi¨¦rcoles. La fe m¨¢s la organizaci¨®n son el material de escalada de Sergio Gonz¨¢lez, un equipo encomiablemente econ¨®mico que con muy poco lleva dos a?os y medio llegando a final de mes.
Desde la ¨¦tica del esfuerzo le plante¨® al Madrid un partido lleno de incomodidades, con un centro del campo f¨ªsico, presionante, numeroso y solidario. Aquel estanque de pira?as alej¨® mucho al equipo de Zidane de Masip.
Zidane present¨® la versi¨®n m¨¢s ambiciosa de su 4-4-2, con Isco en esa posici¨®n confusa entre el mediapunta cl¨¢sico y el extremo disfrazado de volante. Sin embargo, nada le permiti¨® el Valladolid en el ¨²ltimo tercio del campo durante la primera mitad. La inclusi¨®n de Isco fue a costa de Valverde, que cuenta con dos extras: la exuberancia f¨ªsica y su condici¨®n de nativo de Uruguay, pa¨ªs que con menos de tres millones y medio de habitantes sali¨® dos veces campe¨®n del mundo porque situ¨® al f¨²tbol en el centro del universo. Sin ese juego desbordante de Valverde el partido qued¨® en el punto que le conven¨ªa al Valladolid, el de la pelea extrema y la falta de actividad en la proximidad de las ¨¢reas. Un encuentro, en definitiva, achatado por los polos.
El primer tropiezo del Madrid fue con el VAR. Joaqu¨ªn le hizo una entrada de tarjeta granate a Rodrygo obviada por el arbitraje a distancia y en el saque de la misma Kroos se la puso en el segundo palo a Casemiro, cuyo cabezazo poderoso super¨® a Masip. Hubiera sido el tercer gol consecutivo del brasile?o de no haber mediado un fuera de juego de un palmo. Casemiro, en cualquier caso, fue el futbolista del Madrid mejor aclimatado a un partido de mucho empuje y poco adorno.
El Valladolid tampoco fue demasiado lejos en sus aspiraciones. Un intento de c¨®rner ol¨ªmpico de M¨ªchel, desviado por Courtois, fue lo m¨¢s parecido a una ocasi¨®n. Result¨®, en realidad, un pleito de paciencia contra paciencia: el Valladolid esperaba que el partido le diera una oportunidad cuando al Madrid le apretara el reloj y los de Zidane confiaban en que el desgaste en la persecuci¨®n ablandara a los de Sergio. Y tanta espera dej¨® un choque fr¨ªo como el m¨¢rmol.
El Madrid, pese a la sonrisa de Zidane que parece quitarle importancia a todo, tiene un serio problema de definici¨®n. Entre el Bar?a y Benzema le hab¨ªan ayudado a disimularlo hasta ahora, pero el franc¨¦s es un verdugo con esmoqu¨ªn al que de cuando en cuando se le olvida el gol. Le pasaba m¨¢s a menudo con Cristiano, pero todav¨ªa hoy vuelve a atacarle la sequ¨ªa. Y Rodrygo, reci¨¦n salido de las aulas, no ha adquirido una regularidad que dan s¨®lo los a?os.
Por fuera tampoco consigui¨® demasiado. A Mendy le falta la finura de Marcelo en territorio enemigo y Nacho, el correturnos, no alarga tanto la banda como Carvajal.
La charla del descanso en el vestuario del Madrid debi¨® ser un recordatorio de que el liderato estaba a cent¨ªmetros, porque en el segundo episodio apareci¨® un equipo m¨¢s vigoroso y r¨¢pido. Empez¨® de lejos y continu¨® de cerca. Masip le sac¨® un remate raso a Rodrygo, lo intent¨® sin tino Kroos desde lejos, se le fue una oportunidad clar¨ªsima a Benzema por intentar una asistencia donde se ped¨ªa un perdigonazo y otra por no dirigir bien un cabezazo franco. El Valladolid hab¨ªa quedado condenado a un cerrojo involuntario. Hab¨ªa empezado siendo una molestia y acababa convertido en trinchera. Zidane abri¨® camino en la derecha con Lucas V¨¢zquez, pero el partido se lo dio la bota de seda de Kroos, que coloc¨® una banana precisa en el coraz¨®n del ¨¢rea y la cabece¨® Nacho junto al palo. Fue el noveno gol de un defensa en lo que va de curso. El Madrid ha aprendido a repartir el gol y ya suma dieciocho autores. A¨²n tuvo un ¨²ltimo arre¨®n el Valladolid, con un gol anulado a Sergi Guardiola por fuera de juego, pero su fuerte era la resistencia y no la respuesta.