Gim¨¦nez: enfadado por no poder seguir, no por ser cambiado
El uruguayo reaccion¨® con rabia cuando en el 97¡¯ fue sustituido por Savic en el Madrid-Atl¨¦tico de Supercopa. Pero no con el t¨¦cnico, sino por s¨ª mismo.

Era el minuto 97¡¯ del Madrid-Atl¨¦tico cuando el cuarto ¨¢rbitro levantaba el cartel¨®n con dos n¨²meros: el 2 de Gim¨¦nez y el 15 de Savic. El uruguayo deb¨ªa salir del campo. Y lo hizo contrariado, visiblemente enfadado. Pero no con el Cholo o por el cambio, como se pod¨ªa pensar. No. El enfado de Josema era consigo mismo.
Baja en la semifinal ante el Bar?a por unas molestias y precauci¨®n, el partido ante el Madrid no se lo perdi¨®. Fue una de las novedades del Cholo en la alineaci¨®n. Era una final y el equipo necesitaba al Comandante, el tercer capit¨¢n, sangre charr¨²a, siempre un homenaje al sacrificio. Pero ya llevaba cien minutos sobre el campo, reci¨¦n salido de una lesi¨®n y cuando en ocasiones anteriores forz¨® sus m¨²sculos, lo pag¨® con largas ausencias.
El uruguayo fue el tercer cambio del Cholo en el partido y el primero de la pr¨®rroga. Se fue al banquillo haciendo aspavientos con los brazos, se quit¨® las medias y las espinilleras con furia, arroj¨¢ndolas al suelo y ah¨ª est¨¢ la clave de su enfado, seg¨²n ha podido saber AS: Gim¨¦nez sali¨® enfadado del campo por poder seguir en buenas condiciones para continuar sobre el campo.
De hecho, desde ese momento era habitual ver asomar su brazo tatuado del banquillo, escucharle gritar, animar, motivar a sus compa?eros, como hizo durante todo el calentamiento previo al partido, como si a Simeone y al Mono Burgos les hubiese salido un ap¨¦ndice, tercer entrenador, este uruguayo. Quien, por cierto, la ¨²ltima vez que asom¨® del banquillo llevaba dos llamativos vendajes sobre sus gemelos hechos con hielo. Pero ah¨ª estaba: medio cojeando, con las piernas heladas, y yendo uno a uno a sus compa?eros, ¡°Vamos, vamos, vamos¡±, antes de los penaltis que decidieron el partido.?