El gol de la mujer en Arabia
Por primera vez, ellas pudieron sentarse libremente en un estadio de f¨²tbol sin ser separadas de los hombres. Hubo mucha presencia femenina en la grada.

El ¨¢rbitro acaba de pitar el descanso del Valencia-Real Madrid. Ella sube las escaleras del King Abdullah de la mano de su hijo. La miro. Viste una t¨²nica larga verde marino, cabello al descubierto, rostro bell¨ªsimo. Ella me mira. Estoy en la tribuna de prensa en una fila en la que nos hemos sentado cuatro periodistas mujeres y dos hombres. Entonces me sonr¨ªe. Una sonrisa plena, inmensa. Dura dos segundos, pero grita muy alto. Es la sonrisa de un d¨ªa para la historia. Por primera vez en Yeda pudo ver el f¨²tbol mezclada entre hombres y sin que separara en el estadio ese cartel que sigue separando en muchos sitios de la ciudad. 'Family only'.
Son muchas las que, desperdigadas por el estadio lleno tres partes, pueden verse. Dos aqu¨ª, otra all¨¢, un grupo varias filas m¨¢s arriba. Siguen siendo minor¨ªa, vale, pero acaban de conquistar algo que ahora les estaba prohibido. Libertad de elegir d¨®nde sentarse. Una r¨¦plica m¨¢s del terremoto que va abriendo el pa¨ªs en los ¨²ltimos tres a?os, con el pr¨ªncipe Mohamed Bin Salman. Como que pocas visten niqab, el pa?uelo negro que s¨®lo permite ver sus ojos, casi todas van con el rostro al descubierto y eso, hace un a?o, tambi¨¦n era extra?o, casi tambi¨¦n estaba prohibido. Como conducir, como una liga femenina. R¨¦plicas que nosotros, occidentales, vemos leves, pero no se puede pasar del medievo al siglo XXI en un a?o y para ellas, esto de ayer, hoy y el domingo, es como la vez que Neil Armstrong pis¨® la luna. "Un peque?o paso para el hombre, pero un gran paso para la humanidad". "Ojal¨¢ se mantenga", me susurra una. Que siga cuando se apague esta Supercopa. Esa es la batalla verdadera. Que nosotros nos vayamos pero esa mujer pueda seguir sent¨¢ndose en el King Abdullah donde quiera con su hijo.