Brujas fue el ¨²ltimo viaje europeo de Santiago Bernab¨¦u
Fue su ¨²ltimo desplazamiento con el Real Madrid, que cay¨® eliminado. Esa temporada 1976-77, los blancos quedaron novenos, por lo que no jugaron competici¨®n europea. Falleci¨® en 1978.
EI Madrid vuelve a Brujas, una ciudad a la que no regresaba en competici¨®n europea desde 1976, cuando cay¨® eliminado en octavos de final de la edici¨®n de la Copa de Europa 1976-77. Ese desplazamiento a la denominada Venecia del Norte fue tambi¨¦n el ¨²ltimo viaje de Santiago Bernab¨¦u a un partido de la m¨¢xima competici¨®n europea liderando al equipo. En junio de 1978 fallecer¨ªa el legendario presidente.
Los blancos llegaban tras ganar al Valencia en Liga (2-0), un Valencia que se hab¨ªa reforzado notablemente en el verano y que part¨ªa como uno de los candidatos a ganar el t¨ªtulo. La idea del grupo blanco era lograr algo positivo, un empate o un triunfo, que les permitiera continuar en la lucha por lograr la S¨¦ptima. Cuando llegaron a Bruselas, la expedici¨®n madridista fue recibida por numerosos aficionados espa?oles en el aeropuerto de Bruselas. De ah¨ª se desplazaron en autob¨²s hasta Brujas donde se quedaron alojados. Los seguidores del conjunto local estaban euf¨®ricos: tres d¨ªas antes, los Blauw-Zwart hab¨ªan goleado 10-0 al Gerhes, un equipo de la Tercera Divisi¨®n belga, en partido de Copa, lo que les incitaba a pensar en una goleada a los blancos.
La gran duda de los de Miljanic era Pirri, que hab¨ªa sufrido un tir¨®n muscular en el ¨²ltimo partido de Liga (triunfo ante el Valencia, 2-0), pero se confiaba en que llegara a tiempo. Posteriormente se confirmar¨ªa su baja para este partido.
Dentro del grupo blanco, el m¨¢s desconfiado era el presidente, Santiago Bernab¨¦u. Se mostraba pesimista por dos factores. El primero era puramente supersticioso: "Siempre que hemos disputado una eliminatoria en B¨¦lgica, nos han eliminado, y siempre cada siete a?os. Primero el Anderlecht (en 1962) y luego el Standard de Lieja (en 1969)". Algo a lo que tambi¨¦n se agarraba la prensa local.
El segundo hecho era la labor que desempe?ar¨ªa el colegiado, el ingl¨¦s Ken Burns, que, seg¨²n su parecer, hab¨ªa perjudicado al Madrid en un encuentro ante el Estrella Roja en Belgrado en marzo de 1975 (2-0, y eliminados en la tanda de penaltis): "No olvido aquel arbitraje. Resulta raro porque los ¨¢rbitros ingleses son fenomenales. Soy su primer admirador. Pero siempre existen excepciones¡". La plantilla, al contrario, se mostraba serena y confiada: "Somos mejores y aqu¨ª vamos a demostrarlo", dec¨ªa Breitner.
As¨ª las cosas, y tras instalarse en el hotel, la plantilla acudi¨® al estadio para entrenarse y comprobar la luz el¨¦ctrica del campo. Lo m¨¢s curioso sucedi¨® el d¨ªa del partido: mientras la plantilla bajaba del autob¨²s, un jugador local, Courant, llegaba al estadio en bicicleta ante el asombro de los jugadores blancos.
Con el partido comenzado (se retransmiti¨® por televisi¨®n para toda Europa menos para Espa?a), don Santiago se iba consumiendo por los nervios: algunos jugadores no llevaban botas con tacos largos, lo que les provocaba resbalones y malos controles. A eso hab¨ªa que sumar el ¨ªmpetu de los locales. El tempranero gol del dan¨¦s Le Fevre (ahora es agente de jugadores) termin¨® por decantar el marcador. Con el autogol de Rubi?¨¢n, vio imposible una remontada, y menos tras lesionarse Benito (minuto 60) y no poder hacer cambios, ya que Miljanic ya hab¨ªa realizado los dos cambios (entraron Del Bosque y Roberto Mart¨ªnez).
Cuando acab¨® el partido, el presidente se mostr¨® enfadado: "El ¨¢rbitro se las sab¨ªa todas. Se pas¨® hablando todo el encuentro con el n¨²mero 8 del Brujas, el ingl¨¦s (Davies, exjugador del Derby County), que es su compatriota, y yo no s¨¦ lo que tramar¨ªan ambos. Empez¨® arbitrando bien pero sab¨ªa que no tardar¨ªa en pitarnos un penalti y ?zas! cuando mejor est¨¢bamos jugando lo pit¨®. Adem¨¢s, se pas¨® todo el partido persiguiendo a nuestros jugadores, sobre todo a Camacho".
Al d¨ªa siguiente, para preparar la vuelta, los blancos tuvieron otro disgusto: una huelga de controladores a¨¦reos retras¨® la llegada del equipo cuatro horas. Peor le fue al alcalde de Brujas, Michel Van Maele (luego presidir¨ªa el club): le desvalijaron la casa durante el partido. Le robaron 4.800 euros. Eso s¨ª, las penas con pan son menos: los blancos cobraron 87.000 pesetas (540 euros)... por perder. Esa temporada (1976-77), el Madrid acabar¨ªa noveno en Liga: no jugar¨ªa competici¨®n europea la campa?a siguiente. Luis de Carlos presidir¨ªa el siguiente partido del Madrid en Europa: ante el Progr¨¨s Niedercorn luxemburgu¨¦s en septiembre de 1978. Ganaron f¨¢cil: 5-0.