El Atl谷tico recupera el color
Los de Simeone se reencuentran con el triunfo tras tres partidos sin ganar. Darder adelant車 al Espanyol, Correa igual車 en el descuento de la primera parte, Morata marc車 y Koke sentenci車.
Sali車 el Atleti a jugar desde el primer minuto y solamente ya eso era noticia. Enseguida empezaron a ocurrir cosas como por arte de magia, que cre赤a olvidadas. Que en las primeras partes tambi谷n se puede pisar 芍rea contraria, y tirar c車rners, y hasta hacer goles. Pero es que al fin Simeone volv赤a darle la titularidad a Vitolo y 谷ste respond赤a rotundo: cada vez que se internaba en el 芍rea quebraba un par de cinturas. Con eso bastaba, tan f芍cil. Vitolo e intensidad, lo 迆ltimo hace no tanto primer mandamiento del Cholo. Herrera tambi谷n estaba, ordenado el Atl谷tico 4-3-3, con Sa迆l carrilero y Vitolo y Correa escuderos de Morata. Hab赤a una raz車n. Mach赤n se presentaba en el Metropolitano blandiendo kriptonita: tres centrales. Sus carrileros eran dos diestros: V赤ctor G車mez en la derecha para buscarle agujeros a Sa迆l y Javi L車pez a pierna cambiada. A todos se les escurr赤a Vitolo.
Porque Vitolo iba y ven赤a sin dejar de frotarse la bota. Era el 20* cuando de 谷sta sac車 un pase filtrado para dejar solo a Morata ante Diego L車pez. Pero pens車 demasiado: inexplicablemente su remate picado se fue fuera. A su falta de tino se agarr車 el Espanyol para crecer. Su plan era sencillo: esperar paciente un error de esos que este Atleti tiene. Y cada vez que se acercaba a Oblak se respiraba tragedia. Que este Atleti no defiende como el de antes y a veces Felipe y Hermoso tiemblan, y a veces es sencillo encontrarle agujeros con centros laterales. Se lo hizo Darder con un zapatazo desde la frontal que llen車 el aire de ligeros silbidos. Thomas comenz車 a deambular. Suyo hab赤a sido el error. Arriesg車 demasiado una entrega a Koke y V赤ctor S芍nchez le rob車 el bal車n y el alma. El Atleti acumulaba tantos hombres por dentro que dej車 de ser un equipo para convertirse en un ovillo enredado. Sa迆l hac赤a lo que pod赤a, sacrificado, pero desde el lateral la porter赤a contraria se ve lejos. Koke err芍tico, sin tino. Y Simeone aplaud赤a a Thomas para arrancarle el gesto zombie y devolverle al partido. Lo logr車 en el descuento de la primera parte. El partido cambi車 para siempre.
Thomas levant車 la cabeza y vio a Morata, a quien envi車 el bal車n. El delantero esta vez no pens車. Y c車mo no pens車 se sac車 una genialidad de la bota: un centro que vol車 en par芍bola hacia a la porter赤a de Diego L車pez. Correa meti車 la cabeza al final para enviarlo a la red pero Simeone lamentaba: Gil Manzano lo anulaba por fuera de juego. Pero recibi車 un pitido en la oreja, era Mateu, en el VAR. Morata no estaba en fuera de juego. Era gol. Los ligeros pitidos se esfumaban. Todo fueron aplausos en la segunda parte.
El Metropolitano en pie por Vitolo
Y eso que comenz車 con suspense de VAR. David L車pez le dio un golpe en la cara a Felipe en el 芍rea y Gil Manzano se tir車 cinco largos minutos ante la pantalla como quien mira un jerogl赤fico. Al final, falta de Felipe. El Atl谷tico no se enfri車. Las segundas partes son las suyas y Correa bailaba, Vitolo segu赤a filtrando balones majestuoso y all芍 donde miraras ve赤as a Morata. El Atleti jugaba y disfrutaba. Su gol estaba en el aire, todo nubes sobre Diego L車pez. Fue Vitolo quien abri車 las aguas, c車mo no, cada minuto que pasa en el banquillo es un sacrilegio. Le filtr車 a Morata otro bal車n que remat車 de primeras. Bendita su racha. El Metropolitano se fund赤a en una ovaci車n: ※Vitolooo§. Cuando se retir車, en el 74*, el p迆blico se iba levantando de la silla a su paso para, despu谷s, silbarle al Cholo el cambio: entraba Lemar. Se le acaba el cr谷dito.
Quiso dormir el partido el Atleti, pensando en los quince d赤as de par車n por delante sin espinas, pero al Espanyol le quedaban un par de contras con las que llenar de miedo los asientos. Y Oblak parece menos Oblak en los 迆ltimos partidos, m芍s terrenal. David L車pez le encontr車 otro agujero pero el 芍rbitro se lo cosi車 enseguida: anulado por falta previa a Koke. Un Koke a quien Costa encontr車 en el descuento. Gan車 la l赤nea de fondo, sirvi車 y Herrera, listo como un zorro, dej車 la pelota pasar para que el capit芍n rematara solo. El Metropolitano volvi車 a fundirse en una ovaci車n que espantaba definitivamente el fr赤o en la tarde, y todas las lluvias de los d赤as pasados.