S¨ªntomas de inquietud en el Camp Nou
El equipo recibi¨® pitos, el vestuario reclama paciencia, suenan sustitutos para el banquillo y las cr¨ªticas se generalizan.
El run-run ha llegado al Camp Nou. Tras el empate a cero del Bar?a en casa contra el Slavia de Praga al partido siguiente del desastre del Ciutat de Val¨¨ncia, donde el equipo blaugrana cay¨® por 3-1 ante el Levante, se escucharon pitos desde la grada para despedir al equipo.
No fueron generalizados ni una de esas ¨¦picas broncas de la ¨¦poca de Gaspart como presidente con pa?oladas memorables, pero se escucharon a pesar del jolgorio de los 3.000 seguidores checos que celebraron el empate como un resultado hist¨®rico.
Esos silbidos vienen a demostrar que el estado de inquietud se ha decretado en el entorno barcelonista. A pesar de que el equipo marcha col¨ªder en LaLiga habiendo jugado un partido menos y que si gana en el Camp Nou al Borussia de Dortmund en la pr¨®xima jornada de Champions se asegurar¨¢ el primer puesto del grupo, las aguas bajan revueltas.
Desde los medios cercanos al Bar?a se critica el juego del equipo, que no convence y es irregular y se se?ala con especial insistencia a la figura del entrenador, Ernesto Valverde, que ya viene magullado desde el episodio de la pasada temporada en Anfield. Que el fichaje estrella de la temporada como es Griezmann ande por el camino que en su d¨ªa transit¨® Coutinho y que sigue hollando Demb¨¦l¨¦, no contribuye a la serenidad general.
En las tertulias de los programas deportivos y en las portadas de los diarios barcelonistas se especula sin ning¨²n disimulo con los nombres de los posibles sucesores de Valverde. Sin especificar si suenan para un abrupto relevo o se esperar¨¢n a final de curso. Es de justicia decir que desde la directiva no ha salido una palabra p¨²blica en contra del t¨¦cnico, pero tambi¨¦n es un s¨ªntoma que a Valverde ya se le haya preguntado en sala de prensa por su continuidad.
El t¨¦cnico, veterano en estas lides y que se toma todo esto con la cachaza del veterano que sabe que estas tormentas van impl¨ªcitas en el sueldo y en el cargo, respond¨ªa con tranquilidad a los periodistas tras el partido. "Escuchando las preguntas veo que hay motivos de preocupaci¨®n, pero he o¨ªdo por aqu¨ª que seguimos l¨ªderes, por lo que vamos a preocuparnos un poquito, pero tampoco tanto", dijo.
Por su parte, los jugadores mantienen el apoyo al t¨¦cnico aunque son conscientes de que han de mejorar.
Tras las palabras de Ter Stegen en Praga, cuando solicit¨® una sentada general en el vestuario para solventar los problemas de juego, esta vez le toc¨® el turno a Piqu¨¦, que estuvo conciliador. Esta vez no aliment¨® la pol¨¦mica. Una cosa es el discurso cuando se refiere a la junta y otro el tono cuando se trata de hablar de los de dentro de la caseta. "Pedir¨ªa un poco de paciencia. La gente espera m¨¢s de nosotros y lo entendemos porque somos el Bar?a, pero estamos en ello, en mejorar, sobre todo a nivel de juego m¨¢s que de resultados, porque al final vamos l¨ªderes en Liga y Champions", afirm¨® aline¨¢ndose en la tesis del entrenador.
Pero esos argumentos no parecen suficientes para satisfacer un entorno y una afici¨®n que empieza a mosquearse por mucho que mire la tabla y se vea en lo alto. Cuando miran al campo se ponen nerviosos. El s¨¢bado llega el Celta antes del par¨®n por compromisos internacionales. Un par¨¦ntesis que puede hacerse muy largo si las cosas no salen bien ante el equipo de ?scar Garcia, t¨¦cnico formado en la casa y de profundas convicciones cruyffistas. 15 d¨ªas sin f¨²tbol pueden disparar el estado de nervios.