ESPANYOL - LUDOGORETS | LA ENTREVISTA
Iotov: ¡°El f¨²tbol b¨²lgaro nos preparaba para sufrir¡±
Velko Iotov (Sof¨ªa, 1970), uno de los talentos que dio el f¨²tbol b¨²lgaro, jug¨® en el Espanyol de 1993 y 1995, y es ahora entrenador de ni?os en Atlanta.
Hace ya 25 temporadas que se march¨® del Espanyol. ?Qu¨¦ recuerda de aquello?
Fue una experiencia enorme. Disfrut¨¦ al jugar a un nivel muy alto en el mundo del f¨²tbol. Recuerdo especialmente el momento de firmar, estaba muy emocionado. El Espanyol era un club reconocido en Espa?a y en Europa.
Es mejor que Stoichkov y m¨¢s r¨¢pido que Gento. As¨ª le present¨® Jos¨¦ Manuel Lara¡
Recuerdo ese momento pero no me impresion¨® porque nunca pens¨¦ que yo era una s¨²per estrella. Fui consciente de mi responsabilidad y quise aportar lo mejor. Ten¨ªa que cumplir. En ese momento esa frase me entr¨® por una oreja y me sali¨® por la otra.
?C¨®mo lo vivi¨® dentro del campo?
El objetivo del club era volver a Primera. En ning¨²n momento se les escondi¨® a los aficionados. A m¨ª directamente me dijeron: ¡®Velko, te buscamos porque queremos ascender¡¯. Lo ten¨ªa claro, ten¨ªa que ayudar al equipo, era mi misi¨®n. Ese curso en Segunda estuve muy enchufado (jug¨® 26 partidos y anot¨® 13 goles), pero en Primera fue otra cosa. Cumpl¨ª un sue?o al jugar ante Barcelona y Real Madrid aunque las cosas no salieron del todo bien (16 partidos y un gol).
Solo anot¨® un tanto, como comenta, pero fue ante el Real Madrid. ?Su momento m¨¢s especial?
Hubo momentos especiales en Sarri¨¤. Recuerdo ese d¨ªa con detalle. Estaba en el banquillo y sal¨ª en el minuto 57. Camacho me llam¨® y me dijo que entrara a reforzar el ataque porque perd¨ªamos 0-2. A los 40 segundos de pisar el c¨¦sped, marqu¨¦. Y, poco despu¨¦s, me intern¨¦ por la izquierda y mi centro lo toc¨® un defensa con la mano. Era penalti, pero no lo se?alaron.
?Camacho fue de los entrenadores que m¨¢s le ha marcado?
Camacho era muy inteligente, exigente y siempre sab¨ªa lo que quer¨ªa. Hac¨ªa que los jugadores le siguiesen y que entendiesen todo lo que transmit¨ªa. Como jugador profesional me ayud¨® mucho a crecer. Pensaba que sab¨ªa de f¨²tbol, pero ¨¦l me ense?¨® m¨¢s. Fue una experiencia enriquecedora. Solo puedo decir cosas buenas, era un l¨ªder.
?C¨®mo vivi¨® en Barcelona en esos dos a?os?
No tuve muchos momentos de diversi¨®n. Me encontr¨¦ un pa¨ªs con un lenguaje diferente y tard¨¦ un a?o y cinco meses hasta poder hablar. Me acuerdo de que solo entrenaba y estaba en casa con mi mujer y los ni?os. Ten¨ªa una profesora de castellano, pero a m¨ª eso me resultaba dif¨ªcil. Mino era un jugador con jerarqu¨ªa, y recuerdo que en una cena nos sentamos juntos. Siempre me sentaba con los rusos porque aprend¨ª ese idioma en la escuela. Mino me agarr¨® y me sent¨® con los espa?oles. Me puse junto a Francisco, Lard¨ªn, Roberto¡ Yo no dec¨ªa nada. Mino levant¨® la cuchara y me empez¨® ense?ar el nombre de los cubiertos. Nos re¨ªmos y esa fue la primera relaci¨®n con mis compa?eros.
?Por qu¨¦ usted y otros b¨²lgaros llegaron a jugar en grandes clubes europeos?
Crec¨ª en un pa¨ªs marcado por el comunismo. Hab¨ªa una estructura muy fuerte y, a pesar de la vida dif¨ªcil, el pa¨ªs quer¨ªa sacar resultados en el deporte. El f¨²tbol era el rey. Los entrenadores ven¨ªan de la escuela rusa. Cuando empec¨¦ con 17 o 18 a?os en el primer equipo (militaba en el Levski de Sof¨ªa) hab¨ªa sesiones en las que no nos dejaban beber agua. Nos lo prohib¨ªan. Cuando ahora vuelvo atr¨¢s pienso que aquello era una locura, pero cre¨ªan que as¨ª gan¨¢bamos m¨¢s fuerza, resistencia y nos acostumbr¨¢bamos al sufrimiento.
?Ahora Bulgaria es otra historia diferente?
Ya no hay m¨¢s inversiones ni hay programas de deportes. En la escuela prob¨¢bamos todos los deportes. Y en ese momento recuerdo que los entrenadores iban de escuela en escuela a buscar talentos. Primero empec¨¦ con el atletismo porque era r¨¢pido, pero luego me pas¨¦ al f¨²tbol.