Manita del Tottenham para respirar y ponerse segundos

El Tottenham necesitaba un partido lleno de noticias buenas casi tanto como un resultado. El rival era asequible, el escenario ideal: la magn¨ªfica nueva mansi¨®n de los Spurs. Los primeros veinte minutos estuvieron llenos de fuerza, movimiento y ocasiones de los de Pochettino. A la salida de un c¨®rner, Harry Kane, que estuvo espl¨¦ndido, aprovech¨® un bloqueo de Ndomb¨¦l¨¦?para cabecear a placer el primer tanto. Pero los blancos quer¨ªan m¨¢s: esperaron atr¨¢s, cedieron la iniciativa, robaban, sal¨ªan a la contra con mucha velocidad, ya tranquilos tras ponerse por delante. El segundo tanto confirmaba las sensaciones de superioridad y de frescura, como si se hubiera limpiado todo aquello que empezaba a hacer un olor de mustio desagradable. Era el Tottenham de antes y otra salida con velocidad acab¨® con un remate magistral a botepronto de Son. A¨²n dio tiempo para una contra m¨¢s antes de que el Tottenham se tomara un respiro hasta que Marko Marin, que se retras¨® a menudo para iniciar la jugada, perdi¨® la posesi¨®n; el robo de Ndomb¨¦l¨¦ se convirti¨® en asistencia a Son que lleg¨® como una moto por su izquierda. La finalizaci¨®n fue delicada. Para acabar un buen d¨ªa, adem¨¢s de un segundo tanto de Kane, marc¨® Lamela, que podr¨ªa ser la sorpresa inesperada de cada a?o, y sali¨® del banquillo Lo Celso, recuperado de su lesi¨®n.

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