Reviven Courtois y el Madrid
El equipo de Zidane no retrat¨® bien su superioridad: 27 remates y un gol. Tres paradas salvadoras del portero belga. Rodrygo fue titular y brill¨®. Decidi¨® un gol de Kroos.


En tiempos de cambio clim¨¢tico, los veranos van a m¨¢s y los infiernos a menos. En el de Estambul no ardieron el Madrid ni Zidane. Fue una noche redentora para Courtois, de feliz iniciaci¨®n para Rodrygo (de juego m¨¢s reposado que Vinicius y m¨¢s cooperador en la recuperaci¨®n) y de confirmaci¨®n para Valverde. El resto lo pusieron el oficio del Madrid, segundo ya, en una competici¨®n que tantas veces empez¨® siendo puerta de emergencia y acab¨® siendo puerta grande y la sabidur¨ªa de Kroos y Benzema. Hazard contin¨²a en cuarentena.
Aplicando el principio de que para los grandes partidos est¨¢n las grandes decisiones, Zidane se ech¨® al monte poniendo a Rodrygo. Su primera titularidad en el primer partido crucial del curso. Con el vicejuvenil brasile?o, al que no arrug¨® el escenario, esta vez el Madrid s¨ª se dio un buen madrug¨®n en el partido. A los diez segundos ya estaba en el ¨¢rea del Galatasaray, un equipo insensatamente alegre que va por Europa sin guardaespaldas y que no ganar¨¢ est¨¢ Champions ni las cien pr¨®ximas. Ese fue el alegato de Ramos, antes muerto que sencillo, en la v¨ªspera y del equipo en el Ali Sami Yen. Zidane tambi¨¦n meti¨® a Valverde, energ¨ªa renovable, como volante avanzado y orden¨® apretar la primera salida de pelota del Galatasaray. Nada que ver con la pereza de Mallorca, desde la alineaci¨®n a la predisposici¨®n, aunque sonara la alarma en dos desatenciones clamorosas.
Terim, uno de esos sabios a los que un equipo o un pa¨ªs acaba volviendo siempre, coloc¨® muy arriba a Babel y Andone, que al espacio, su fuerte, encontraron superioridad en el desmarque. Courtois invalid¨® los dos remates francos del rumano en las dos primeras paradas de m¨¦rito en meses. Repiti¨® m¨¢s tarde ante Belhanda. El belga iba a la cabeza del pelot¨®n de se?alados y la noche le sac¨® del bucle. Fue el portero que exige el Madrid, aquel al que se le pide remediar lo irremediable. Pero apelar demasiado a ¨¦l dej¨® el mensaje, de nuevo, de que el Madrid se desprotege demasiado atr¨¢s.
Otro palo para Hazard
Fue el ¨²nico momento de debilidad del equipo blanco, que de inmediato reasfalt¨® su juego ante un adversario que no le encim¨® demasiado. Valverde, que hace camino al andar, cumpli¨® sobradamente con su recorrido de ¨¢rea a ¨¢rea. Fue llegador y coche escoba. El futbolista de amplias miras y gran resistencia que pidi¨® Zidane en verano. Ayud¨® tambi¨¦n el buen entendimiento del partido de Benzema, saliendo del r¨¢dar de los centrales para ordenar las operaciones en el ¨²ltimo tercio del campo. Definitivamente todo el equipo est¨¢ en su cabeza. El tercer hombre fue Kroos, un centrocampista de alta precisi¨®n que marca la temperatura del equipo. Es dif¨ªcil ver un mal Madrid con un buen Kroos.
En el lado oscuro sigue Hazard, al que si nadie hubiera visto antes podr¨ªa imput¨¢rsele haber falseado su curr¨ªculum. Con todo, estuvo en la g¨¦nesis del primer gol. Le ofreci¨® el desmarque a Benzema y tuvo la fortuna de que su devoluci¨®n equivocada le sirvi¨® un dulce a Kroos para adelantar al Madrid. Luego mand¨® al larguero un remate a puerta vac¨ªa. Sin embargo, dej¨® la sensaci¨®n de que algo ha comenzado a ir mejor
Terim quiso cambiar el paso con Feghouli, que sal¨ªa de una lesi¨®n. Con ¨¦l ensanch¨® el equipo por la derecha, el lado d¨¦bil del Madrid, y meti¨® a Belhanda entre l¨ªneas, zona de emboscada. No result¨®. El franc¨¦s acab¨® sustituido y escupiendo insultos a la grada y el Madrid encadenando ocasiones inconclusas. Siempre le qued¨® la sensaci¨®n de tremenda superioridad y muy escasa ventaja, combinaci¨®n muy penalizada en el f¨²tbol. 27 remates para un gol dibujan lo que fue el Madrid, apremiado al final. Los partidos se le hacen interminables.