King chafa la fiesta a Espa?a
Un gol de penalti del noruego en el descuento aplaza la clasificaci¨®n de La Roja a la Eurocopa. Marc¨® Sa¨²l y Fabi¨¢n dio dos veces al palo. Ramos no jugar¨¢ ante Suecia.
El f¨²tbol te cambia el paso cuando menos te lo esperas, esa es parte de su gracia. S¨®lo as¨ª se explica que cuando se nos pon¨ªa cara de 0-0 y aplaz¨¢bamos la clasificaci¨®n matem¨¢tica para la Eurocopa, nos moviera la silla de sitio. Lo hizo con un gol de Sa¨²l. Y s¨®lo as¨ª que cuando escrib¨ªamos ya estas l¨ªneas, con el billete para el campeonato continental bajo el brazo, King firmara el empate al transformar un penalti en el minuto 93. Ser¨¢ en Suecia, el pr¨®ximo martes, ser¨¢ entonces cuando sellemos el pase. Si el f¨²tbol quiere...
En Oslo deb¨ªa refrendarse el viaje iniciado con Luis Enrique y continuado luego con Robert Moreno, quien sorprendi¨® en el centro de la zaga, all¨ª donde estaba puesto el foco. Albiol sali¨® de inicio junto a Ramos, protagonista m¨¢ximo de la noche por las 168 internacionalidades que le convierten en hombre r¨¦cord en la historia de la Selecci¨®n espa?ola. El resto del once titular respond¨ªa al ADN de Moreno, con Kepa y sus galones en la porter¨ªa, Busquets como intocable, Navas y Bernat de correcaminos en las bandas y ese arte que-no-se-pu¨¦-aguantar aportado por los sevillanos Ceballos y Fabi¨¢n. Catorce kil¨®metros separan sus localidades natales, Utrera de Los Palacios y Villafranca. Eso se lo corre Kipchoge en dos zancadas...
Era un once fiel a la Espa?a plural, con once equipos representados, algo in¨¦dito en la historia de La Roja. La baza de Albiol respond¨ªa el prop¨®sito de ganar por arriba a aquellos que son m¨¢s altos que nosotros. Bast¨® la primera jugada para que quedara claro cu¨¢l era el men¨² cocinado por Lars Lagerb?ck: pase largo del central, prolongaci¨®n del delantero centro y todos locos a por el rechace. Nada que no pudiera desentra?ar Moreno, menos a¨²n su ayudante, Jes¨²s Casas, que contaba con un aliado poco usual en el banquillo: un ordenador port¨¢til. Todos los ataques de Noruega buscaban a King, todas las posesiones de Espa?a pasaban por Busquets. El v¨¦rtigo contra el orden, dos maneras de entender el f¨²tbol que no son sino dos formas de entender la vida.
Noruega basculaba, ese es el ritmo que impone Lagerb?ck, zorro viejo, consciente de que la calidad estaba m¨¢s en el tejado ajeno que en el propio. La paciencia val¨ªa oro en esas condiciones y Busquets se antojaba el mejor dep¨®sito en el que invertir. Pero poco a poco, los noruegos se quitaron el abrigo y empezaron a sentirse m¨¢s c¨®modos. Hasta el punto de que Elabdellaoui se atrevi¨® con una rabona que cabece¨® King, aunque el bal¨®n lleg¨® manso a los guantes de Kepa. Tambi¨¦n Elabdellaoui disfrut¨® de la mejor ocasi¨®n de los locales en la primera parte, pero la noche se le hizo m¨¢s noche a¨²n y no supo c¨®mo doblegar a Kepa. Noruega amag¨®, pero no dio, y la reanudaci¨®n tard¨® poco en dejar claro que esas ocasiones se pagan.
Porque en el minuto dos, Sa¨²l se asoci¨® con Busquets y solt¨® un derechazo ante el que nada pudo hacer Jarstein. Se abri¨® ah¨ª una cuesta abajo que desafortunadamente no acab¨® en gol. Hubo un remate de Rodrigo, otro de Sa¨²l, incluso una rosca a la escuadra de Fabi¨¢n en una acci¨®n que lleva camino de ser marca registrada. Pero estaba escrito que La Roja tendr¨ªa que apretar los dientes si quer¨ªa salir triunfal de Oslo. Todo apuntaba a ello, al pleno de victorias en la fase de clasificaci¨®n, pero la torre de optimismo se fue al piso de un plumazo, lo que tard¨® Elabdellaoui en adelantarse a Kepa y forzar el penalti del meta del Chelsea. King marc¨® y cerr¨® el partido. Debemos contar hasta tres y empezar a pensar ya en Suecia. En Estocolmo se esconde algo grande.