Areola hace bipolar al Madrid
Un Madrid excelente en la primera parte acab¨® encogido por un error del meta franc¨¦s. Partidazo de Valverde y primer gol de Hazard. Kroos se lesion¨®.


No hay tarde redonda el Bernab¨¦u para el Madrid. Ni siquiera esta, en que descubri¨® un talento y reflot¨® otro. Fue el partido de Valverde y Hazard. El uruguayo dej¨® impronta de centrocampista total, lo que encierra Pogba, seg¨²n Zidane. Estuvo cerca de las dos ¨¢reas con un vigor del que ning¨²n otro medio del Madrid puede presumir. Ah¨ª puede andar el fichaje que nunca lleg¨®. Menos le dej¨® el duelo a Hazard, aunque meter el primer gol siempre ayuda en la rehabilitaci¨®n. El Granada fue un vicel¨ªder silencioso hasta que lo levant¨® Areola y lleg¨® a so?ar con el empate.
Todo en el Madrid empieza a verse a c¨¢mara r¨¢pida. Al p¨²blico le presentan a Areola y ese primer apret¨®n de manos (la parada a Dennis en el Brujas-Madrid) le hace creer que dormir¨¢ m¨¢s tranquilo que con Courtois, hasta que descubre que tambi¨¦n mete la pata. Hace un buen gol Rodrygo y Vinicius sale de la l¨ªnea sucesoria. Flaquean un d¨ªa James y Bale y desaparecen del cartel la Champions. Todo tiene la caducidad de un yogur y el aire de una rapsodia: el equipo es una caja fuerte tres d¨ªas; el cuarto, un coladero, y el quinto, a ratos lo uno y a ratos lo otro.
Ese sube y baja emocional del Madrid reapareci¨® ante el Granada, un milagro entre los pudientes. Bale, que hab¨ªa llegado tarde al partido contra el Brujas, fue extremadamente puntual esta vez. Antes del segundo minuto meti¨® un pase raso con el exterior de su pie izquierdo que sorte¨® todas las minas visitantes para que lo rematara a placer Benzema, el nuevo macho alfa del Madrid. Qui¨¦n iba a decirlo. Eso es Bale, un supertalento distra¨ªdo que se ha perdido demasiadas clases y que no encontr¨® nunca el h¨¢bito de la continuidad.
El gol, producto de una salida a toda m¨¢quina, prob¨® una vez m¨¢s que el del Madrid no es problema de personal sino de c¨®mo amanece el personal en los partidos. Con la grada en guardia y el liderato amenazado, circul¨® la pelota con v¨¦rtigo; se extendieron mucho los laterales, incluyendo a Carvajal, obligado a jugar en la izquierda, banda que sac¨® lo mejor de ¨¦l en una temporada con curvas; Bale fue doctor Jekyll; Benzema, el Benzema post Cristiano, y se desmelen¨® Valverde. Es un jugador de enormes posibilidades cuando Zidane y ¨¦l averig¨¹en qu¨¦ va a ser de mayor: pivote, interior o centrocampista de costa a costa. Por su juventud, un d¨ªa, este en concreto, parece las tres cosas y otra ninguna. Tambi¨¦n se aplicaron los centrales para hacerle acogedor el partido a Areola. Y al fin asom¨® Hazard, que primero perdi¨® la silueta (compacta, seg¨²n eufemismo divertido de Valdano) y estaba por perder el sitio. Por precio y reputaci¨®n, el Madrid le puso al volante del proyecto y, al filo del descanso, caz¨® un env¨ªo de Valverde y lo mand¨® a la porter¨ªa a la altura de su linaje: elevando sutilmente el bal¨®n sobre la marcha para petrificar a Rui Silva. El gol de la descompresi¨®n mientras aparece el f¨²tbol.
Del cielo al suelo
El Granada no guard¨® ninguna relaci¨®n con el que mand¨® a la lona al Bar?a, ni en filo, ni en intensidad, ni en organizaci¨®n. Nada le sali¨® desde el principio. A los cinco minutos perdi¨® a Montoro, su mejor viga de contenci¨®n, y fue trag¨¢ndose ocasiones por tierra, mar y aire. Dos de ellas de Carvajal, una en posici¨®n de nueve, en momentos en que el Madrid pareci¨® desatado. Rui Silva, que fue duda hasta el ¨²ltimo instante, evit¨® heroicamente la paliza antes del descanso.
Ese 2-0 apag¨® mucho el partido hasta que Modric meti¨® el gol de la semana, un misil a la escuadra. La obra de un Bal¨®n de Oro. Por medio anduvo Valverde, para probar que lo de Zidane con ¨¦l no fue obstinaci¨®n sino ojo de lince.
Y entonces regres¨® ese Madrid ansioso de thriller. Un error clamoroso de Areola llam¨® a filas al Granada, que meti¨® dos goles en diez minutos. El meta franc¨¦s ya hab¨ªa amenazado con dos salidas nulas en balones a¨¦reas. A ¨¦l le debe el equipo de Zidane el final cardiaco de un partido notable, cerrado finalmente por James. Huele a p¨®lvora en la porter¨ªa del Madrid.