Jo?o F¨¦lix, oro en Mosc¨²
El portugu¨¦s abri¨® la lata ante un Lokomotiv bien cerrado. Simeone estren¨® tridente y Thomas anot¨® el segundo. Oblak realiz¨®, otra vez, una de las paradas del campeonato.

Sali¨® Simeone con toda intenci¨®n. Estaba en su alineaci¨®n. Jo?o F¨¦lix, Morata y Costa, el tridente, aunque en realidad estuviera el Atleti ordenado 4-4-2, el portugu¨¦s donde hace da?o, detr¨¢s de los puntas. El Lokomotiv le cedi¨® el bal¨®n. No es un equipo con especial querencia por la pelota, ante el Leverkusen con un 26% de posesi¨®n le bast¨® para ganarle. El Atleti abraz¨® el regalo y lo acun¨®. El inicio fue soberbio. El partido, la fiesta de Thomas con un invitado de lujo, Jo?o F¨¦lix. Ni fr¨ªo ni apuros pas¨® el Atleti en Mosc¨².
Comenz¨® ya agresivo en la presi¨®n, intenso, como si los primeros minutos ya fueran el 90. Empujaba el empate en la primera jornada con la Juve, esa obligaci¨®n de ganar para no sufrir. Thomas guiaba al ej¨¦rcito, como si sus botas siguieran inmantadas, todos los balones primero pasaban por ¨¦l. En el corte, la distribuci¨®n, el juego. Jo?o F¨¦lix portaba la linterna, entrando en juego y liberado con dos puntas por delante, en los primeros minutos cada vez que tocaba la pelota era un pase filtrado gritando uyyy.
Pero Morata siempre estaba en fuera de juego y, cuando no, cortaba Guilherme. Y jugaba Arias, a Trippier le tocaba descanso y faltaba su guante para lanzar los c¨®rners. Y Costa, ay Costa. Es un primo lejano de aquel de 2014, el Costa de la furia, el caos y goles que se caen de los bolsillos. De Mosc¨² lleg¨® otra foto. Era la de esa jugada en el minuto 18. Le cay¨® la pelota como regalo del cielo, tras una prolongaci¨®n en un c¨®rner, pero Costa la pate¨® por encima del larguero. Y eso que estaba solo, sin tilde, solo de sol¨ªsimo. A puerta vac¨ªa. A tres palmos de la l¨ªnea de gol. Incomprensible. En la primera parte tuvo m¨¢s discusiones, hasta con Koke, con Thomas, que ocasiones.
El Lokomotiv segu¨ªa minucioso su plan. Con transiciones rapid¨ªsimas y lanz¨¢ndose sobre las contras en jaur¨ªa. Pero todas terminaban en disparos altos, balas fuera. Oblak trabajo real no ten¨ªa. Y atr¨¢s Simeone tiene un candado acorazado. Se llama Felipe y le va poner las cosas dif¨ªciles a Simeone en las alineaciones. Tiene una jerarqu¨ªa tremenda. Al Atleti s¨®lo le faltaba el gol. S¨®lo eso. Hasta las ocasiones ya ten¨ªa.
Recital de Jo?o F¨¦lix
Tard¨® Jo?o F¨¦lix en saltar al campo en la segunda parte. Por los calcetines, que llevaba, de color distinto a las medias una cinta tuvo que ponerse para taparlo, pero, en cuanto lo hizo, s¨®lo dos minutos m¨¢s tarde le daba al Atleti eso que le faltaba. El gol. Naci¨® en su bota, con un toque, plic, puso en ventaja a Morata en carrera. Mientras, ¨¦l se iba al punto de penalti donde Morata le devolvi¨® el bal¨®n. Dispar¨® una vez. Repeli¨® Guilherme. Pero el rechace regres¨® a su bota y a la segunda Jo?o F¨¦lix no err¨®. Derechazo y a la red. Su primero en Champions, primero de muchos.
Jo?o era el brillo de un tridente que bland¨ªa Simeone orgulloso en Mosc¨². Morata asist¨ªa. Y diez minutos despu¨¦s lo har¨ªa Costa. Todo volvi¨® a iniciarse en la bota de Jo?o, con una transici¨®n brutal. Ignatyev s¨®lo pudo perseguir el polvo que dejaban sus botas. Rompi¨® al Lokomotiv con un pase de lujo a Costa, que le regal¨® el gol al se?or del partido, Thomas. 0-2. Y que siguiera la fiesta.
Si alguien pensaba que Oblak no estaba invitado nada m¨¢s lejos.Cuando en el 73¡¯ el Lokomotiv levant¨® la cabeza y vio el 0-2 le entraron las prisas y Krychowiak, su mejor futbolista, finaliz¨® una contra con toda la malicia que le hab¨ªan faltado a todas las anteriores. Pero ah¨ª levant¨® el portero sus guantes. Primero con una mano por bajo fabulosa, despu¨¦s con otra de puro reflejo. No por cotidiano deja de ser milagro.?
Barinov envi¨® un bal¨®n al travesa?o al final del partido. ?ltimo estertor de un Lokomotiv muerto ya hac¨ªa muchos minutos, trinchado por ese tridente, el del Atleti en Mosc¨².?