Valencia: los miedos del vestuario
El vestuario del Valencia es consciente que con la crisis social del club y si se habita en una monta?a rusa de resultados y sensaciones regresar¨¢n viejos fantasmas que quieren evitar.
El Legan¨¦s fren¨® en seco los s¨ªntomas de mejor¨ªa que mostr¨® el Valencia en Londres. El empate, por la forma y el fondo, unido al ambiente de protesta contra la gesti¨®n de Peter Lim que se vivi¨® en Mestalla, en el que era el primer partido que jugaba el Valencia en casa desde la decisi¨®n de la propiedad de prescindir de Marcelino y hacer as¨ª p¨²blico el desmoronamiento del proyecto que guiaba Mateu Alemany, abrieron la puerta del vestuario a viejos fantasmas a los que los futbolistas guardan respeto y tambi¨¦n cierto temor.
La plantilla del Valencia ha mantenido diferentes reuniones en las ¨²ltimas semanas con intenci¨®n de prevenir y sofocar los diferentes escenarios de crisis que se les podr¨ªa presentar por la coyuntura social del club. Son varios los pesos pesados que las han visto de diferentes colores en el Valencia desde la llegada de Peter Lim y de ah¨ª que, entre otras medidas, optaran durante unos d¨ªas por la ¡®ley del silencio¡¯. As¨ª quisieron mostrar su malestar por las maneras que hacia ellos tuvo la propiedad a la hora de informarles del despido de Marcelino y, a la vez, quer¨ªan cerrar filas y evitar avivar pol¨¦micas con sus declaraciones. La sensaci¨®n que reina entre los jugadores a d¨ªa de hoy es que son ellos los ¨²nicos que pueden mantener a d¨ªa en pie y firmes los pilares deportivos del club.
El ¡®fantasma¡¯ de los ¨¦xitos de Marcelino
Los hechos, dos a?os seguidos clasificando al equipo para la Champions y una Copa del rey tras 11 a?os de sequ¨ªa, conllevan que el esp¨ªritu de Marcelino vaya a seguir presente por Mestalla durante mucho tiempo. Lim, adem¨¢s, ha conseguido con sus formas y el momento elegido para su despido convertir a Marcelino en m¨¢rtir inclusive entre parte de sus detractores, que tambi¨¦n los hab¨ªa por Valencia. Varios de los jugadores fueron los primeros en lamentar en redes sociales su adi¨®s y las consecuencias que ello puede conllevar, si bien, una de las conclusiones que sacaron los jugadores en las varias reuniones que mantuvieron en los d¨ªas previos a los partidos del Barcelona y Chelsea es que tambi¨¦n deber¨ªan ser ellos los primeros en pasar p¨¢gina de la era Marcelino y arropar a Celades.
La figura de Celades y la comparaci¨®n con el pasado
Los futbolistas, como se ha apuntado, han entendido desde el primer d¨ªa que Marcelino ya no era su entrenador y que ahora la direcci¨®n es cosa de Albert Celades. El vestuario quit¨® al t¨¦cnico catal¨¢n desde el primer instante de la ecuaci¨®n de los culpables de la situaci¨®n que se est¨¢ viviendo y con declaraciones como las de Parejo en Londres y gestos como el de Rodrigo el domingo, cuando recrimin¨® a un sector de la afici¨®n cuando se inici¨® un c¨¢ntico en favor de Marcelino y a su vez aplaudi¨® cuando los hicieron a favor de Celades, dos de los capitanes han mostrado p¨²blicamente su apoyo y respeto a su nuevo entrenador. Los jugadores tratan as¨ª de mantener la uni¨®n del vestuario y la comuni¨®n entre plantilla y cuerpo t¨¦cnico, que fue una de las claves de los ¨¦xitos recientes. Adem¨¢s, el temor de los jugadores es que el ruido externo y las comparaciones con el Valencia de Marcelino pasen factura a Celades, m¨¢s ahora que el t¨¦cnico ha optado por modificar el sistema (del 4-4-2 al 4-3-3). De ah¨ª que futbolistas importantes como Kondogbia relativicen el cambio: ¡°Yo creo que seguimos el mismo plan¡±.
Habitar en una ¡®monta?a rusa' de resultados y sensaciones
Quiz¨¢s sea uno de los mayores p¨¢nicos que a d¨ªa de hoy se tienen en el vestuario, porque son conscientes que los resultados son la mejor v¨ªa para alejar los tambores de guerra y a la vez el mayor reclamo cuando no son los deseados. El empate contra el Legan¨¦s fue un jarro de agua fr¨ªa para los futbolistas, que sent¨ªan que en Londres hab¨ªan recuperado el pulso y que entend¨ªan que era vital sumar los seis puntos que hab¨ªa en juego esta semana en Mestalla (Legan¨¦s y Getafe). El vestuario sabe el peligro de habitar en una montana rusa de resultados, m¨¢s en la coyuntura social actual. Ese vaiv¨¦n de sensaciones de un partido a otro (Barcelona, 5-2; Chelsea, 0-1 y Legan¨¦s 1-1) acarrea que se generen dudas.
El runr¨²n de Mestalla
La afici¨®n del Valencia, sobre todo a ra¨ªz del empate contra el Legan¨¦s, aunque tambi¨¦n tras el pitido inicial, clam¨® contra Peter Lim. Tanto Celades como los jugadores est¨¢n libres de pecado y de culpa. De hecho los futbolistas fueron recibidos con una sonora ovaci¨®n cuando saltaron al c¨¦sped e inclusive fueron despedidos tambi¨¦n entre aplausos cuando agradecieron el apoyo recibido desde el centro del campo. Pero los futbolistas son, a su vez, conscientes que ese runr¨²n de Mestalla acabar¨ªa se?al¨¢ndoles por la inercia del malestar reinante si los resultados no son los deseados. En ¨¦poca de vacas gordas a un mal control le suele acompa?ar un aplauso de apoyo desde la grada; en ¨¦poca de vacas flacas, por el malestar acumulado por los aficionados, ese mismo mal control es sin¨®nimo de pitada. Los futbolistas, los veteranos del vestuario, saben bien esa doble cara del calor de Mestalla.
El momento de Guedes
El juego del Valencia es irregular desde que comenzara la temporada. Lo fue en las tres jornadas con Marcelino y tambi¨¦n en los tres partidos que lleva Celades. Entre los futbolistas que no encuentran su mejor versi¨®n, hay un caso que preocupa de manera especial entre los jugadores: el de Gon?alo Guedes. El portugu¨¦s es pieza importante por su calidad y a su vez tiene un car¨¢cter especial. Es una persona que no esconde sus estados de ¨¢nimo. No le salen las cosas como quisiera y los compa?eros le arropan para que no se desquicie y decida hacer la guerra por su cuenta. Ayer contra el Legan¨¦s, durante el partido, fueron constantes las veces que Parejo habl¨® con Guedes, que Gay¨¤ le aplaudi¨® en signo de respaldo tras p¨¦rdida o error y tambi¨¦n Celades dialog¨® con el portugu¨¦s desde la banda.