Los ¡®magiares m¨¢gicos¡¯: la cruz hist¨®rica del Ferencvaros
El rival del Espanyol y el club con mejor palmar¨¦s de Hungr¨ªa fue marginado pol¨ªticamente en la ¨¦poca de oro de su selecci¨®n, los 50.
La historia del Ferencvaros guarda un agujero negro en la d¨¦cada de los 50, cuando solamente la consecuci¨®n de la Copa en 1958 adorna sus vitrinas. Paradojas del f¨²tbol h¨²ngaro, que vivi¨® sus mejores a?os en ese periodo, con una selecci¨®n que se mantuvo cuatro a?os invicta: fue campeona ol¨ªmpica (1952), subcampeona del mundo (1954) y cuyas innovaciones ayudaron al desarrollo t¨¢ctico del juego.
Tal y como relata minuciosamente el libro ¡®F¨²tbol Total¡¯, de ?lex Couto, en 1948 y despu¨¦s de la sangrienta II Guerra Mundial, los clubes de f¨²tbol pasan a estar controlados por el gobierno h¨²ngaro. El Ferencvaros, el club que representaba el nacionalismo tradicional, queda relegado a un segundo plano. La polic¨ªa secreta se hace con el control del MTK Budapest y el Ministerio de Defensa se adue?a del Honved, clubes que re¨²nen a los mejores jugadores del pa¨ªs y que ser¨¢n la base de la hist¨®rica selecci¨®n de los Puskas, Czibor, Kokcis...
El gobierno le da el control a Gustav Sebes, ex jugador en la d¨¦cada de los 30 y un estudioso del f¨²tbol que bebe de las fuentes de Jimmy Hogan, el irreverente entrenador brit¨¢nico que recorri¨® Europa plantando la semilla de un juego m¨¢s t¨¦cnico y asociativo (¡°keep it on the carpet¡± era su lema), un inspirador que ya hab¨ªa revolucionado el f¨²tbol austriaco. Sebes copia el modelo de las mejores selecciones de ¨¦pocas anteriores. Reparte a los internacionales por el MTK y el Honved y los obliga a entrenarse cada semana. Amante de la pol¨ªtica y de la corriente socialista, instaura esas ideas en la selecci¨®n, a la que dota de unos m¨¦todos de entrenamiento revolucionarios. ¡°Atac¨¢bamos todos, defend¨ªamos todos¡±, coment¨® Puskas a?os despu¨¦s cuando recal¨® en Espa?a.
De 1950 a 1954, Hungr¨ªa se mantiene invicta 32 encuentros y solo pierde el d¨ªa m¨¢s inapropiado, en la final del Mundial de Suiza ante Alemania Federal por 3-2. Un palo de bastas consecuencias en el pa¨ªs magiar: muchos familiares de los jugadores fueron despedidos de sus trabajos. Era tanta la presi¨®n que ejerc¨ªa un estado que utilizaba el f¨²tbol como propaganda que antes de los Juegos de Helsinki, en 1952, las autoridades obligaron a Sebes a firmar un documento en el que se compromet¨ªa a regresar con el oro, de lo contrario habr¨ªa ¡°consecuencias¡±. El t¨¦cnico asumi¨® el riesgo, consciente de la calidad de su equipo. Y obviamente Hungr¨ªa fue un cicl¨®n.
Para el recuerdo, el famoso partido del siglo del 25 de noviembre de 1953 en Wembley. La primera derrota inglesa en casa ante una exhibici¨®n nunca vista hasta ese momento. El 3-6 refleja el ba?o. ¡°Jugaban a otra cosa¡±, relata la prensa de la ¨¦poca. Sebes pas¨® ese d¨ªa de la consolidada t¨¢ctica WM (3-2-3-2) al 4-2-4 y sus jugadores, con un portero que hac¨ªa de l¨ªbero y un delantero centro postizo, marearon a los ingleses con Jimmy Hogan como espectador. Una po¨¦tica victoria de la mejor Hungr¨ªa de siempre y del peor Ferencvaros que se recuerda.
Desintegrada la hist¨®rica selecci¨®n, el Ferencvaros recuper¨® su corona y gan¨® hasta una Copa de Ferias en 1965. En su palmar¨¦s colecciona 30 ligas y 23 copas. El mejor club h¨²ngaro menos en la ¨¦poca de oro.
El meta Grosics pudo cumplir su sue?o a los 82 a?os
Un ejemplo de la marginaci¨®n a la que se vio sometido el Ferencvaros en los 50 es el meta de los magiares m¨¢gicos Gyula Grosics (1926-2014). Hincha del club de Budapest desde ni?o, empez¨® jugando en el Mateosz hasta que en 1950 lo reclutan para el Honved. En su carrera no pudo cumplir su sue?o de jugar en el club de sus amores, pues el Ministerio de Defensa no lo permiti¨®.
Una deuda hist¨®rica que se repar¨® en marzo de 2008 durante un partido amistoso entre el Ferencvaros y el Sheffield. Gyula Grosics, de 82 a?os, defender la porter¨ªa, Grosics jug¨® el primer minuto de partido y luego fue sustituido pero pudo vivir su sue?o de ni?o.
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