La indefinici¨®n de Zidane
El pr¨®logo de la pretemporada y el arranque liguero anuncian la confusi¨®n del Madrid. El t¨¦cnico franc¨¦s no encuentra un modelo t¨¢ctico estable.


Casi seis meses despu¨¦s de su regreso Zidane sigue sin encontrar un sistema y una alineaci¨®n estable. El Madrid manifiesta los mismos s¨ªntomas de vacilaci¨®n, irregularidad y falta de automatismos que tanto le condicionan. Zidane ya ha probado diferentes modelos t¨¢cticos (1-4-3-3, 1-4-4-2, 1-4-2-3-1...) y jugadores diversos, mirando en exceso al rival, pero no acota los problemas de equilibrio de un equipo transparente ante las transiciones adversarias ¨C13 acciones de contra por partido¨C y de desigual rendimiento ofensivo.
El Madrid ha encarado los tres partidos de Liga ante Celta, Valladolid y Villarreal con patrones de juego distintos. Zidane dispuso en el estreno un 1-4-3-3, con Bale y Vinicius como extremos a pierna cambiada. En la segunda jornada, mantuvo la disposici¨®n, pero las titularidades de James como tercer centrocampista e Isco iniciando en la izquierda moldearon una variante encaminada a llevar m¨¢s la iniciativa. El ¨²ltimo giro de Zidane se produjo contra el Villarreal al elegir un 1-4-4-2, con Lucas y Bale en las alas y Jovic arriba junto a Benzema. Otra propuesta que dista de las anteriores en concepto y estructura y que aumenta la confusi¨®n. La indefinici¨®n consume el cr¨¦dito futbol¨ªstico del Madrid.
Las contrariedades del Madrid parecen end¨¦micas. Sus dificultades se pueden atribuir a errores individuales y a cierto d¨¦ficit de pegada ¨Cocho jugadas de gol por partido y s¨®lo seis tantos¨C, pero los ahogos t¨¢cticos persisten en sus actuaciones. No arregla Zidane las situaciones de balance defensivo, ineficaces las vigilancias sobre los rivales. Casemiro es el ¨²nico elemento fiable que contribuye a la consistencia. El medio centro suma 35 recuperaciones en los tres partidos oficiales. Aun as¨ª, si no funciona la primera presi¨®n, el Madrid se parte en dos incapaz de frenar las rupturas entre lateral y central y los apoyos entre l¨ªneas. Mendy ayud¨® en esta labor en el ¨²ltimo compromiso. Zidane decidi¨® su inclusi¨®n ante el v¨¦rtigo de Chukwueze y las desatenciones incorregibles de Marcelo.
En fase ofensiva, con Hazard en la enfermer¨ªa, carece de juego interior, con un promedio baj¨ªsimo de siete acciones de ataque por el carril central en relaci¨®n a las 35 que realiza por la derecha y las 31 por la izquierda. Tambi¨¦n se excede con los centros laterales al firmar 19 por encuentro (34 durante la tarde del Valladolid). El f¨²tbol del Madrid necesita enriquecer sus recursos en ataque.
La base del 1-4-3-3

Es el dibujo empleado contra el Celta, hasta la expulsi¨®n de Modric, ante el Valladolid hasta las entradas de Vinicius y Jovic y en el final del duelo frente al Villarreal. En Bala¨ªdos funcion¨® y aport¨® seguridad. La entrada de James el d¨ªa del Valladolid le dio un aire m¨¢s incisivo.
El ajuste del 1-4-4-2

Zidane opt¨® por esta estructura para ganar en profundidad contra el Villareal. Se pierde presencia defensiva de Casemiro al tener que abarcar m¨¢s campo y Jovic y Benzema necesitan afinar su alianza. El final ante el Valladolid se?al¨® m¨¢s un 1-4-2-4 que un 1-4-4-2.
El inicio del 1-4-2-3-1

La pretemporada comenz¨® con este sistema frente al Bayern y volvi¨® en el triunfo sobre el Fenerbah?e. En alguna situaci¨®n tambi¨¦n se vio contra el Valladolid. Tiene cabida con James o Isco de mediapuntas, incluso con Benzema como un escal¨®n intermedio a Jovic.
El recurso del 1-3-5-2

Otra disposici¨®n del Madrid que luci¨® en verano ante el Salzburgo y el Roma. No ataj¨® su vulnerabilidad en el repliegue ¨C24 contras del equipo austr¨ªaco¨C, pese a la funci¨®n de Casemiro. El mal¨ªsimo primer acto en Italia provoc¨® que Zidane lo apartara de momento.?