La bomba era Bale
Los dos goles del gal¨¦s, que acab¨® expulsado, salvaron a un Madrid notable en ataque y desastroso en defensa. El Villarreal fue de menos a m¨¢s. Modric fue suplente.
Volvieron al Madrid las sospechas de una plantilla momificada, los errores gruesos en defensa y la pertinaz falta de punter¨ªa. Volvi¨® la sombra del fracaso de la temporada pasada. Y tambi¨¦n volvi¨® el Bale que un d¨ªa se estren¨® en el Estadio de la Cer¨¢mica en medio de unas expectativas no cumplidas. Ha pasado en menos de un mes de transferible a pseudofichaje. Qui¨¦n iba a decirlo en julio. El gal¨¦s evit¨® que un Villarreal decreciente castigara la defensa del papel de los blancos.
Hay un paso entre los equipos muy vistos y los equipos mal vistos. Le estaba pasando al Madrid, que segu¨ªa en manos de los que le llevaron al fracaso el curso pasado, y Zidane tir¨® de fichajes. Mendy y Jovic, para empezar. El despertador de Marcelo para tapar a Chukwueze, ese proyecto de diablo que prepara el Villarreal, y el barril de p¨®lvora que le falta al Madrid desde el adi¨®s de Cristiano. No arreglaron demasiado. El ingreso del serbio, doblando el ataque, llev¨® al Madrid a un 4-4-2 inevitable. Un dibujo que mud¨® a Bale a la izquierda, la suerte natural, que le dio la derecha a Lucas V¨¢zquez y que dej¨® sin sitio, sorprendentemente, a Modric y, menos sorprendentemente, a Vinicius. Los regateadores andan permanentemente bajo sospecha. Y en el Madrid, con alg¨²n fundamento (de Ito a Robinho).
El plan qued¨® alterado pronto por un error con consecuencias penales de Ramos, que perdi¨® un bal¨®n ante Ekambi como pen¨²ltimo centinela. El primer remate del francocamerun¨¦s lo rechaz¨® Courtois; el segundo, de Gerard Moreno, le result¨® inalcanzable. As¨ª es el Villarreal, un equipo de Europa League, como m¨ªnimo, de cintura hacia arriba y otro, mucho peor, de cintura hacia abajo. El club pas¨® el verano remodelando la defensa, pero las bajas de Rub¨¦n Pe?a y Alberto Moreno han dejando la cosa a medias. Sufri¨® mucho ante el Madrid, sobre todo por alto, cuando se qued¨® sin gas.
En cualquier caso, el arranque del partido fue suyo, bajo la direcci¨®n general de Santi Cazorla, el renacido, que sabe por viejo y por sabio. Su segunda carrera est¨¢ a la altura de la primera. ?l fue el lanzador de Ekambi, un alborotador de primera, y de Chukwueze, que inquiet¨® poco.
Un Villarreal de m¨¢s a menos
El Madrid, en cambio, ech¨® de menos a Modric, sus v¨ªas respiratorias, el centrocampista que tantas veces le sac¨® de apuros as¨ª. Casemiro y Kroos parecieron poca cosa ante un rival que sali¨® a revientacalderas. De hecho, el Madrid tuvo muchas m¨¢s oportunidades que f¨²tbol. A tirones fue levantando la feria: una falta lanzada fuera por Bale, un zurdazo desviado de Jovic, dos cabezazos francos y sin tino de Casemiro y Ramos, un remate al lateral de la red de Lucas V¨¢zquez, un trallazo al palo de Benzema... Todo sin el hilo conductor del juego, sin el verdadero dominio del partido, pero con tal potencia de fuego que, sobre la campana del descanso, lleg¨® el merecido empate, en combinaci¨®n Carvajal, Casemiro, Jovic (de tac¨®n), Carvajal y remate final de Bale donde empez¨® todo, aunque luego no haya ido como se esperaba. Una combinaci¨®n perfecta de un equipo hasta entonces imperfecto.
Ese gol y la falta de piernas del Villarreal entregaron el partido al Madrid. Reapareci¨® Kroos, que estuvo a punto de marcar en dos remates, y le anularon un gol a Benzema por fuera de juego de cent¨ªmetros. Modric relev¨® a Jovic para regresar al 4-3-3 tradicional. Curiosamente, el Madrid, con m¨¢s pelota, lleg¨® con menos claridad. El Villarreal sobreviv¨ªa de milagro. Anguissa entr¨® para muscular el centro del campo sin demasiado ¨¦xito. Y sin embargo, con la soga al cuello, Moi G¨®mez adelant¨® al Submarino. Como en el primer gol, el Madrid no se aviv¨® ante un rechace de Courtois. Acababa de entrar Vinicius, que se fue a la izquierda y mand¨® a Bale a la derecha. Y desde ah¨ª lanz¨® el salvavidas el gal¨¦s, con un izquierdazo raso brutal. Luego fue expulsado, pero ya hab¨ªa evitado otro "a tomar por saco" de Zidane.