LEGAN?S
Robert Ib¨¢?ez, el h¨¦roe pepinero que pudo ser y no fue
El extremo de Osasuna regresa hoy a Butarque, estadio del que se march¨® gravemente lesionado tras el doblete con el que el Legan¨¦s se estren¨® de local en Primera.
Se march¨® de Butarque conteniendo las l¨¢grimas, ahogando con rabia la ovaci¨®n ruidosa de un estadio que lo despidi¨® coronado de ¨ªdolo fugaz. El entronizamiento dur¨® poco. Apenas una noche. La que iba camino de ser velada perfecta y acab¨® en pesadilla de manual. Robert Ib¨¢?ez aprendi¨® ese 21 de noviembre de 2016 que la vida puede pasar de maravilla a porquer¨ªa en apenas dos goles y menos de 90 minutos.
Aquella jornada de f¨²tbol at¨ªpico (la Avenida de los Once Leones no estaba acostumbrada a¨²n a Primera Divisi¨®n, ni a los lunes), el Legan¨¦s gan¨® su primer partido local en la ¨¦lite ante Osasuna, 2-0. Doblete del propio Robert Ib¨¢?ez, entonces un pipiolo de 23 a?itos. El valenciano, que hab¨ªa llegado el ¨²ltimo d¨ªa de mercado, se estren¨® ante la meta rival derribando con su f¨²tbol huracanado la puerta de la titularidad, ¨¦sa que a¨²n no hab¨ªa abierto hasta la noche de marras.
Pero all¨¢ cuando todo parec¨ªa que iba a concluir en la perfecci¨®n, all¨¢ por el 85¡¯, el infortunio le desvi¨® la vida hacia la tragedia. ¡°Lesi¨®n del ligamento cruzado anterior y del ligamento colateral interno de la rodilla derecha¡±, escupi¨® dos d¨ªas despu¨¦s el parte m¨¦dico del Legan¨¦s. En ¨¦l, por cierto, tambi¨¦n hubo comunicado sobre Diego Rico y Szymanowski. Los tres cayeron esa noche. Los tres por problemas de rodilla.
Para Robert fue el final de su etapa como pepinero. Nunca m¨¢s volvi¨® a lucir la blanquiazul. Hizo las maletas y regres¨® a Paterna, d¨®nde se recuper¨® de la dolencia supervisado por los servicios m¨¦dicos del Valencia, club del que proced¨ªa en calidad de cedido. El Legan¨¦s dio de baja su ficha y el muchacho ya no pudo ejercer de futbolista hasta el verano siguiente.
Empezaba una nueva etapa en su vida. La que guiar¨ªa el sacrificio. Tambi¨¦n la paradoja. Y siempre atado con hilos invisibles al Legan¨¦s. Porque su siguiente destino, por ejemplo, fue el Getafe. El eterno enemigo pepinero. Primero cedido. Luego en propiedad. Mutaci¨®n azulona que pas¨® a cambio rojillo tiempo despu¨¦s. S¨ª, Robert fich¨® por Osasuna, el equipo ante el que ejerci¨® de h¨¦roe y v¨ªctima aquella noche del 21 de noviembre.
Dos cesiones dieron paso, hace apenas unos d¨ªas, a un traspaso definitivo. Ya es de Osasuna. Llega para quedarse y para demostrar que la vida (el f¨²tbol, vaya) es caprichosa. Esta noche, ya con 26 primaveras, retornar¨¢ al escenario de su tragicomedia. Seguramente de titular. Seguramente con el ruido atronando evocador restallando en sus o¨ªdos. El ruido de aquella ovaci¨®n. El ruido de sus gritos por el dolor de una lesi¨®n que le cambi¨® la vida. El h¨¦roe pepinero que pudo ser y no fue.