Sin punter¨ªa ni veteran¨ªa
El Madrid perdi¨® su superioridad en la primera parte, con los titulares, y se vino abajo con los j¨®venes en la segunda. Golazo de Rodrygo y detalles de Kubo. Bale, cerca de irse, ni se visti¨®.
Tienen de bueno los veranos que las derrotas son indoloras, aunque no tanto ante el Bayern, enemigo eterno incluso en julio y bajo la sombrilla. El Madrid cl¨¢sico, el del primer tiempo, fue superior en juego y peor en punter¨ªa. El de las promesas, al que Zidane le dio la segunda parte, result¨® un coladero, un cordero entre las fauces de un lobo. El Bayern le ense?¨® el peligro del fuego real y sembr¨® las primeras dudas sobre el fondo de armario.
El volver a empezar de Zidane se situ¨® en el punto exacto en que lo hab¨ªa dejado. En su primera etapa y en su fallido remake: sin Bale, que ni siquiera se visti¨®. El club no se molesto en alegar siquiera molestias f¨ªsicas. No jug¨® porque Zidane no quiso. Su exclusi¨®n le indic¨® la puerta de salida y su reputaci¨®n baja m¨¢s deprisa que su h¨¢ndicap. ¡°Nada ha cambiado para ¨¦l¡±, dijo el franc¨¦s en la v¨ªspera. Y si lo ha hecho es a peor.
Diez cl¨¢sicos y Hazard, el gal¨¢ctico de ¨²ltima generaci¨®n, formaron el once de Zidane en su tercer kil¨®metro cero. Ni canteranos ni fichajes por descubrir ni presuntamente prescindibles necesitados de escaparate en esa primera alineaci¨®n que parece encerrar un mensaje: los que estaban parten con ventaja sobre los que llegan o, en traducci¨®n libre, los fichajes ser¨¢n nutrientes del plan B, que presentaba las mayores carencias a ojos del t¨¦cnico. Y con Isco y Asensio, de porvenir deste?ido, como titulares. Su presencia en la casilla de salida parece alejarles definitivamente del mercado. Una alineaci¨®n atrevida pero con una nota a pie de p¨¢gina: en la concentraci¨®n no est¨¢n ninguna de las dos patrulleras del centro del campo, Casemiro y Valverde.
Tambi¨¦n el Bayern visti¨® de media etiqueta. De los disponibles s¨®lo se ech¨® en falta de salida a Lewandowski y Gnabry. Y de los fichajes (118 millones hasta ahora) s¨®lo fue titular el joven Arp, comprado al Hamburgo. Pavard empez¨® en el banquillo y Lucas Hern¨¢ndez sigue lesionado. Tambi¨¦n Rummenigge tiene trabajo este verano (San¨¦, Demb¨¦l¨¦...).
Los primeros trazos dejaron dos buenas noticias para el Madrid: hay vocaci¨®n por la recuperaci¨®n r¨¢pida y la presi¨®n ambiciosa y Modric, sin un Mundial en la mochila, anda m¨¢s ligero de piernas y de cabeza. Ya en la era Lopetegui dej¨® el equipo cierta voluntad de irse a por el contrario de salida, de meterse en sus terrenos para robar pronto. Pero una cosa fueron los principios y otra la constancia. Veremos hasta d¨®nde alcanza esta vez el buen prop¨®sito. El Bayern, un equipo con un orgullo que no le cabe en el escudo, vestido de rojo pero de sangre azul, replic¨® con id¨¦ntica estrategia. Y dio primero, en un doble remate de Tolisso, un llegador: Marcelo salv¨® el primero y fue insalvable la segundo.
Benzema pierde el tino
Hasta entonces, en un escenario de equilibrio, el Madrid hab¨ªa estado m¨¢s cerca del gol. Benzema prob¨® con una volea lejana y fall¨® luego en boca de gol ante un Neuer intuitivo y agil¨ªsimo que le caz¨® en el remate. El franc¨¦s a¨²n arrastra ese aire de delantero bueno pero piadoso, aunque gener¨® todo el peligro, ese hecho tan preocupante como recurrente. El gol se redujo a ¨¦l el curso pasado con las desastrosas consecuencias por todos conocidas.
Durante un buen rato, el tanto de Tolisso desorden¨® mucho al Madrid, que qued¨® muy desabrigado ante las contras alemanas, bien conducidas por Renato Sanches y Coman, dos promesas incumplidas hasta el momento.
Al otro lado, tard¨® en ponerse en marcha Hazard, ese futbolista con superpoderes llamado a cambiar la suerte del equipo. A ¨¦l le dieron su arranque natural, desde la izquierda, con Asensio en la derecha, su banda favorita, y con Isco como mediapunta, ese puesto de aventurero que debe sentarle como un guante. Aun faltos de velocidad y de puesta a punto y ante un equipo con una marcha m¨¢s, devolvieron el mando al Madrid, que volvi¨® a perdonar en remates de Ramos, Benzema, Varane, Asensio, Hazard y Modric. Tambi¨¦n Thiago, Coman y Arp tuvieron su oportunidad. Courtois par¨® los tiros de los dos primeros y roz¨® el palo el disparo violent¨ªsimo y sin ¨¢ngulo del tercero. Pero hubo momentos de bombardeo sobre un acertad¨ªsimo Neuer, que con el Benzema del curso pasado hubiera salido malparado.
El segundo acto fue de pura pretemporada. Zidane cambi¨® a los once y se puso en manos del Madrid que est¨¢ por venir: de Rodrygo a Vinicius, de los canteranos Javi Hern¨¢ndez y Seoane al prometedor Kubo. Y con Jovic, el analg¨¦sico de un ataque dolorido. El Bayern cambi¨® menos (seis) y sali¨® mejor frente a un grupo de desconocidos y muy por hacer, aunque m¨¢s veloz y hambriento.
Thiago estuvo a punto de cazar un remate en plancha y Keylor le hizo una parada milagrosa a Tolisso. El costarricense, decidido a quedarse, est¨¢ por ir a la pelea. Tambi¨¦n tuvo su oportunidad Vinicius, que sigue perdiendo en el remate lo que gana en su velocidad. El pase le lleg¨® de Kubo, el japon¨¦s recriado en La Mas¨ªa que va para ilusionista.
En cualquier caso, un equipo muy tierno para un depredador como el Bayern, ahora coronado por Lewandowski, que resolvi¨® su primera ocasi¨®n con una impecable media vuelta a la red. Un veterano con condecoraciones muy a gusto entre aquel pu?ado de reclutas, que toleraron tambi¨¦n el tercero, en remate a quemarropa de Gnabry. El Madrid final fue un equipo desencuadernado, sin orden ni concierto, expuesto a una goleada de las que tardan en curar, aunque qued¨® el buen sabor de un golazo de Rodrygo de falta. Tiene trabajo Zidane en la instrucci¨®n y, probablemente, Florentino en el mercado.