Regreso a los madrugones en San Rafael sin Koke ni Oblak
Ni el capit¨¢n ni el portero trabajaron con el resto del equipo sobre el c¨¦sped. Trabajo de una hora, con estaciones f¨ªsicas para trabajar la potencia y la precisi¨®n en el golpeo.
Volvi¨® ayer el Atl¨¦tico de Madrid a Los ?ngeles de San Rafael para abrazarse a su rutina en Segovia. Las triples sesiones, los madrugones. 13 entrenamientos le faltan al equipo rojiblanco para dar por completada su estad¨ªa de pretemporada. M¨¢s fuertes, con las agujetas que van domin¨¢ndose, los futbolistas acud¨ªan al campo 1 a las 07:45 horas para completar una hora de entrenamiento f¨ªsico, liderado sobre todo por el Profe Ortega y sus estaciones. Tambi¨¦n sus bromas.?
Sin Koke, primer entrenamiento que se pierde por entrenamiento individualizado y alternativo de car¨¢cter preventivo (desde el club explican que, debido al reparto de cargas, ser¨¢n habituales las ausencias de jugadores a alguna de las sesiones; el capit¨¢n es el primero que se pierde) ni tampoco Oblak (ibidem, s¨®lo que en el caso del portero la semana pasado s¨®lo complet¨® un entrenamiento completo sobre la hierba, con el resto del grupo), los futbolistas se repartieron en varios grupos para completar las estaciones dispuestas por el preparador f¨ªsico rojiblanco.?
Primero calentamiento, despu¨¦s ejercicios de toque, m¨¢s tarde de potencia. En medio, la chispa, toda en su voz, llena de conceptos de f¨²tbol aplicados a la vida misma. Fue su manera de despertar a los jugadores que deb¨ªan golpear el bal¨®n que les lanzaba un compa?ero mientras otro trataba de impedir sus movimientos con una goma. "Ese bal¨®n no existe en el f¨²tbol", dec¨ªa el Profe y lanzaba d¨®cil. "Este s¨ª", mostraba: un bal¨®n potente que el futbolista no sabe d¨®nde le va a llegar. "Hay que ser p¨ªcaro, bandido, sacando ventaja con todo", insist¨ªa y desataba las risas en la decena de aficionados que asist¨ªan como p¨²blico. Tocaba golpear diciendo un nombre de mujer. Con la A, con la M. Buscando eso, picard¨ªa. Cuando los jugadores se dirigieron a las cuatro estaciones dispuestas ya estaban absolutamente despiertos. Y listos.?
Diego Costa, l¨ªder
El grito del Cholo se colaba entre los golpeos de bal¨®n, el ruido de las gomas, las pesas al dejarse caer en la hierba, las redes vencidas. "A robar, a robar". Eran cuatro estaciones de potencia con un objetivo claro: acabar ante la porter¨ªa. Recibir, girar, cambiar de ritmo. Hubo felicitaciones para dos de los futbolistas que la semana pasada Simeone m¨¢s insisti¨® en pulir, Joao F¨¦lix y Lodi. Hubo mucho Costa en todo momento. Por su naturalidad, por volcarse con los nuevos para ser su cicerone (Felipe, am¨¦n de los Lodi y Joao), porque en el primer remate a puerta de la ¨²ltima estaci¨®n se llev¨® la mano a la ingle, quiz¨¢ abductor o aductor. Pero sin alarmas. No dej¨® de tocarse con la mano la zona, como si hubiera sentido un tir¨®n, pero sigui¨® entrenando con normalidad. Golpeando, corriendo, rematando. A media ma?ana, los futbolistas tendr¨¢ gimnasio y, por la tarde, m¨¢s campo.