Arn¨¢iz y el reto de sentirse de nuevo importante en el Legan¨¦s
El extremo talaverano arrancar¨¢ de cero por primera vez una pretemporada con los pepineros. No cuenta con ofertas firmes y su deseo es quedarse y romperla.


El t¨ªpico t¨®pico dice que segundas partes nunca fueron buenas. Jos¨¦ Arn¨¢iz vive aferrado a la ilusi¨®n por voltear lugares comunes como ¨¦ste y as¨ª convertir su segunda temporada en el Legan¨¦s en algo m¨¢s que bueno. En un curso magn¨ªfico. El reto es tit¨¢nico y las barreras, tambi¨¦n. Orillado por las lesiones y consumido por las dudas de su entrenador, poco amante en Butarque de usar jugadores como ¨¦l, de banda, Arn¨¢iz afronta la pretemporada que est¨¢ por empezar con la esperanza de retornar a ser el que fue con el Valladolid o el Bar?a B y las inc¨®gnitas de no vislumbrar si su rol ser¨¢ primordial o ser¨¢ de nuevo, secundario.
Los cinco millones de euros que invirti¨® hace un a?o el Legan¨¦s en la compra del 50% de sus derechos, el fichaje (con En Nesyri) m¨¢s caro en la historia del club, sugieren que su papel debe ser fundamental. As¨ª lo cre¨ªan en los despachos de una entidad que all¨¢ por noviembre ve¨ªa con muchas esperanzas la vuelta a los terrenos de juego de este chaval de Talavera (24 a?os).
Fue entonces cuando se puso a tono de sus problemas f¨ªsicos (anduvo ocho meses de baja) y empez¨® a ejercitarse como uno m¨¢s. Bueno, en realidad Arn¨¢iz no era uno m¨¢s. Amante de la filigrana, su regate en corto y hambre de gol fueron poco a poco recuper¨¢ndose en el d¨ªa a d¨ªa. Pero eso no le abri¨® hueco ni en el once, ni en las convocatorias.
V¨ªctima del sistema
El sistema del Flaco (5-3-2) vetaba el acceso a jugadores extremo. Como ¨¦l. Como Nabil El Zhar. De esa manera, la esperanza de verle liderando al equipo en la segunda vuelta se convirti¨® en ilusi¨®n por verle ara?ar alg¨²n minuto en alg¨²n partido. Los pocos que disput¨® (ocho, ninguno de tiular), eso s¨ª, fueron de buen rendimiento.
Llamativa result¨®, por ejemplo, su exhibici¨®n de 15 minutos en el Wanda Metropolitano. All¨ª le hicieron un penalti que el ¨¢rbitro y el VAR no pitaron entre maldiciones de sus compa?eros. Tambi¨¦n las suyas. De haberse se?alado, de haber sido el gol del 1-1, quiz¨¢ habr¨ªa cambiado su estatus. Mateu Lahoz mir¨® para otro lado y el asunto qued¨® evaporado, como las oportunidades de Arn¨¢iz en su primer curso de pepinero.
Ahora, con la pretemporada a punto de comenzar (lo har¨¢ la semana que viene, el 4 de julio) el contador se pondr¨¢ a cero. Sin ofertas serias sobre la mesa y con el discurso firme de querer ser uno m¨¢s (¡°Cuenten o no conmigo, yo me quiero quedar¡±, dijo en el pen¨²ltimo partido del curso), Arn¨¢iz afronta lo que est¨¢ por llegar con la ilusi¨®n de sentirse de nuevo importante y demostrar que aquella inversi¨®n por ¨¦l mereci¨® la pena.