El Madrid fichar¨¢ un campe¨®n
Hazard fulmin¨® al Arsenal y le dio la segunda Europa League al Chelsea. Se exhibi¨® con un doblete y una asistencia. El Madrid quiere cerrar su fichaje cuanto antes.

El Chelsea no juega, gana. Y volvi¨® a hacerlo en otra final, su tercer t¨ªtulo europeo de la d¨¦cada, as¨ª como quien no quiere la cosa y en contra de la corriente m¨¢s popular: cambiando de entrenador y de estilo cada dos por tres. Antes de saberse exactamente qu¨¦ es lo que quiere Maurizio Sarri de los suyos y quiz¨¢ como despedida, gan¨® al Europa League con un Eden Hazard espectacular y efectivo.
"?Por fuera, por fuera!", se hart¨® Unai Emery de gritar a los suyos durante una primera parte discreta. Ah¨ª estaba el partido. El Arsenal bas¨® sus ataques en aprovecharse del espacio que quedaba en las bandas porque los laterales (Emerson y Azpilicueta) deb¨ªan apoyar a sus centrales, acosados por los dos arietes rivales. As¨ª fueron llegando las medias oportunidades: un chut de Xhaka, un bal¨®n largo para Lacazette al que casi llega, un centro de Aubemayang al que casi cabecea un compa?ero.
El Chelsea, que quiso entrar por dentro, necesit¨® de la precisi¨®n en los pases y Hazard para llegar al ¨¢rea rival. Del mismo modo que un camarero preparar concentrado un cocktail con malabarismos incluidos, el Arsenal segu¨ªa el plan previsto. El Chelsea era el cliente que se lo mira todo con cierto escepticismo esperando un mal gesto. Tic, tac, Hazard ofrece un golpecito m¨¢gico y ocasi¨®n de Emerson. Tic, tac de nuevo, un pase del belga deja a cinco del Arsenal atr¨¢s y la pared entre Jorginho y Giroud necesit¨® de otra mano fuerte de Cech. El cliente amenazaba con tocar el brazo del camarero en el momento m¨¢s inoportuno y estropearlo todo.
Y justo despu¨¦s del descanso le dio el empujoncito que le desequilibr¨®. Tras un discreto centro desde la izquierda de Emerson, el cabezazo de Giroud entr¨® lamiendo el poste y abri¨® la lata. Aunque no lo celebr¨®, era para hacerlo: su onceavo tanto en catorce partidos en la competici¨®n. Ante el rival ciudadano. Un momento que cambiaba una final europea.
Para entonces se hab¨ªa ajustado el Chelsea: Kovavic y Kant¨¦ apoyaban a los laterales y por banda el Arsenal ya no encontraba petr¨®leo. Y ahora con el resultado a favor, el club m¨¢s resultadista se encerr¨® alrededor de su ¨¢rea.
Antes de la hora de partido, Jorginho rob¨® el bal¨®n en una salida r¨¢pida de Maitland-Niles. Kovacic y Hazard aprovecharon la aventura del lateral derecho para atacar esa banda. Los desajustes son alimento para los listos. El belga dio un paso atr¨¢s para que el que aparece siempre en las finales, Pedro, rematara con la zurda. Luego lleg¨® el penalti a Giroud, inocente de nuevo MItland-Niles. El tercer tanto fue de Hazard y tambi¨¦n el cuarto.
Poco despu¨¦s Torreira fue sustituido y lloraba de camino al banquillo. A l¨¢grima viva. Para los uruguayos, ya se sabe, una final perdida es una peque?a muerte. Le sustituy¨® Iwobi que provoc¨® una falta que acab¨® con un gol suyo desde fuera del ¨¢rea y dio para descubrir la personalidad de los participantes. El Arsenal, el d¨ªa de la despedida del veterano Cech, se mostr¨® inocente. Y el Chelsea, de la de Hazard, letal.