Fue justo despu¨¦s de marcar, cuando todos sus compa?eros corrieron a abrazarle, el instante en el que Uche se encar¨® con el p¨²blico de detr¨¢s de la porter¨ªa de Reina. Fue imperceptible lo que grit¨®, como es evidente, pero evidentes tambi¨¦n fueron sus gestos de desaprobaci¨®n. Hacia la grada y tambi¨¦n hacia sus compa?eros, a los que se quit¨® de encima cuando trataban de felicitarlo y calmarlo.
La relaci¨®n de la grada del Nou Estadi con la plantilla no ha sido buena. No lo ser¨ªa en ning¨²n club que tiene como sue?o el ascenso y objetivo la permanencia y que acaba descendido a cinco jornadas para el final. Los pitos se han escuchado en el Nou Estadi, pero la actitud de los futbolistas al respecto ha sido muy distinta: Uche, a diferencia de sus compa?eros que siempre han aceptado la cr¨ªtica, les reproch¨® los silbidos. Tambi¨¦n lo hizo antes Josema (que pidi¨® disculpas y quiso dar explicaciones sobre sus declaraciones) pero no con la intensidad de Uche. Tampoco nadie recibi¨® tantos silbidos: tras errar el penalti los pitos fueron sonoros.
La aceptaci¨®n de la cr¨ªtica por parte de los aficionados es uno de los tragos amargos que conlleva el descenso, y desde la directiva lo tienen claro. El p¨²blico est¨¢ en su derecho de exigir, siempre desde el respeto, y los futbolistas (en este caso Uche) deben convivir con ello: "No me gust¨®. El jugador ha de prestar atenci¨®n al campo, no debe dirigirse a la grada. Todo viene del fallo en el penalti y ha querido resarcirse. Muy mal por su parte" coment¨® Llu¨ªs F¨¢bregas, director general del club, a los micr¨®fonos de Tarragona Radio.
Uche, de hecho, no seguir¨¢ en el club grana la pr¨®xima temporada, pues el nuevo proyecto deportivo se edificar¨¢ sobre otros futbolistas y el jugador acaba contrato. Adem¨¢s, su salario (elevado) no justifica un rendimiento deportivo que se ha circunscrito a las ¨²ltimas jornadas de los dos ¨²ltimos cursos.