Guardiola se viste de h¨¦roe y sella la permanencia pucelana
El Valladolid se adelant¨® de penalti, pero Medr¨¢n logr¨® empatar. Hasta que Guardiola se col¨® entre la defensa franjirroja para poner el 1-2. Esta victoria y la derrota del Girona certifican su continuidad en Primera.
Vallecas se inund¨® de alegr¨ªa... pucelana. El Valladolid certific¨® la salvaci¨®n y roz¨® el ¨¦xtasis con el gol de Guardiola. Si ellos representaban la cara de la moneda, el Rayo fue la cruz. El conjunto franjirrojo, ya descendido, no se dej¨® ir y opuso resistencia hasta el final.
Pronto comparecieron las urgencias. Apenas hab¨ªan transcurrido cinco minutos, cuando el Valladolid inaugur¨® el marcador. Lo hizo desde los once metros, despu¨¦s de que Abdoulaye cometiese penalti --su tercero del curso-- sobre Guardiola y Unal lo materializara. Dimitrievski lo adivin¨®, pero no pudo atajarlo. El macedonio se mostr¨® seguro en las arremetidas de Unal. La referencia arriba, el faro pucelano.
El Rayo se iba subiendo al duelo, consiguiendo la posesi¨®n y encadenando llegadas. Se sucedieron las de De Tom¨¢s, ?lvaro y Catena --en su debut--, pero todos los disparos terminaron desviados o en las nubes. Los visitantes llegaron al descanso sufriendo sin el esf¨¦rico.
Poco o nada cambi¨® el choque despu¨¦s. El Valladolid se lo jugaba todo a los balones en largo hacia sus delanteros. En una de esas, Guardiola vio a Dimitrievski adelantado y busc¨® una sorpresa que no lleg¨®. Tambi¨¦n Masip adquiri¨® protagonismo, encadenando dos paradones, uno a Pozo y otro a Catena. Momento en que la afici¨®n blanquivioleta, pegada a la radio, celebr¨® el empate del Levante.
Tito se lesion¨® y Paco movi¨® ficha metiendo a Guerra, m¨¢s p¨®lvora. Al final, la perseverancia del Rayo se tradujo en el empate. Medr¨¢n cabece¨® un gran centro de ?lvaro y puso el 1-1. No estaban todas las cartas sobre la mesa. Guardiola se col¨® entre los centrales y su tiro cruzado termin¨® en el fondo de la red. El 1-2 desat¨® la locura y adem¨¢s el Levante venc¨ªa: la permanencia era una realidad.
Lleg¨® el pitido final y la fiesta pucelana lo inund¨® todo. Los nervios contenidos y la preocupaci¨®n acumulada se descorcharon, dejando paso a un mar de l¨¢grimas y abrazos, que se derramaron por el terreno de juego y salpicaron al p¨²blico. Part¨ªcipe en un d¨ªa de despedidas en Vallecas. Adi¨®s a De Tom¨¢s y a Primera. Un adi¨®s que el Rayo pretende convertir en un simple ¡®hasta luego¡¯.