Coutinho, Busquets, Jordi Alba: se?alados con mensaje
El brasile?o firm¨® su final en el Bar?a, el centrocampista fue el reflejo del paso del tiempo y el lateral, de la falta de concentraci¨®n y competencia en el puesto.
Del aplastamiento de Anfield, hundimiento, pira o como se le quiera titular, es imposible salvar a nadie, pero tampoco se puede meter a todos los jugadores en la misma cocktelera. Coutinho, Jordi Alba y Sergio Busquets fueron seguramente los peor parados del 4-0. El brasile?o era un sospechoso habitual, m¨¢s todav¨ªa despu¨¦s de ese gesto que hizo en el partido del Camp Nou contra el Manchester United despu¨¦s del 3-0 y de los pitos que hab¨ªa recibido cuando fue sustituido ante el Liverpool. El partido de Coutinho fue inaceptable a las alturas de competici¨®n en la que estaba el Bar?a. Apenas toc¨® el bal¨®n 18 veces y fue absolutamente intrascendente. Perdi¨® continuamente sus duelos en ataque y en la ¨²nica ocasi¨®n que tuvo no pudo hacer el gol en su mejor perfil posible. Es un jugador incapaz de rebelarse contra los acontecimientos y con mucho menos poso del que se pens¨®. Despedido con pitos por la que fue su afici¨®n, Anfield se lo trag¨®. Su futuro en el Bar?a parece escrito despu¨¦s del desastre de este martes. El club buscar¨¢ una venta que salve (s¨®lo en parte) los 120 millones m¨¢s 40 en variables que cost¨® su fichaje. Los nuevos horizontes tal vez se llamen Griezmann.
Pero el partido tuvo m¨¢s se?alados, estos m¨¢s dolorosos por su largu¨ªsimo v¨ªnculo con el club y por su terrible palmar¨¦s. Pero que, por una u otra raz¨®n, reflejaron la ca¨ªda del equipo. El mal partido de Busquets fue el s¨ªmbolo del paso del tiempo. Al mediocentro le supera el ritmo de juego en estos d¨ªas el¨¦ctricos por m¨¢s que Rakitic y Vidal hagan kil¨®metros intentando tapar los espacios a los que ¨¦l ya no llega. Busquets fue cuatro veces regateado y fall¨® en dos entradas. Ser seis veces superado en una posici¨®n tan estrat¨¦gica como la suya supone lo que se vio en el Liverpool, un rival llegando en oleadas. Busquets perdi¨® incluso su mejor virtud. La frialdad, el raciocinio, el c¨¢lculo. En la primera parte vio un bal¨®n volando y cuando se acerc¨® a ¨¦l todav¨ªa estaba lej¨ªsimos. Tuvo que tirarse hacia el rival a destiempo y vio una amarilla que, en el fondo, tambi¨¦n le condicion¨®. El asunto de Busquets tiene mucho fondo porque ¨¦l ha sido uno de los metr¨®nomos del Barcelona en la ¨²ltima d¨¦cada. Su posici¨®n despu¨¦s de lo de Anfield queda debilitada. Llegaba con descanso en las piernas y era uno de los jugadores se?alados para acelerar o pausar el partido cuando conviniera. Fracas¨®.
Si Busquets simboliz¨® el paso del tiempo, Alba fue el reflejo de la falta de concentraci¨®n y la mala toma de decisiones. Dos errores grav¨ªsimos en las jugadas del 1-0 y del 2-0 dejaron expuesto al Bar?a de mala manera a que sucediese lo peor. Sin Salah, y s¨®lo con la preocupaci¨®n de Shaqiri, sus alegr¨ªas ofensivas fueron mucho m¨¢s castigadas que otras veces. Alba ha realizado una temporada fant¨¢stica y es un talento en ataque, pero tampoco es un secreto que en las grandes noches europeas y ante equipos poderosos sufre y con raz¨®n porque tampoco es un defensa de nacimiento. Lo sorprendente fue su falta de precisi¨®n con al pelota, su manera de exponer as¨ª el bal¨®n para las dentelladas del Liverpool. Errores que hacen plantearse si, de una vez el club deber¨ªa plantearse buscar competencia real para Busquets y para Alba. Para el de Badia llega De Jong. Para Alba hay un erial. Vivir c¨®modo tiene sus ventajas pero cuando la necesidad aprieta, olvidas c¨®mo aprendiste a sobrevivir.