Coutinho, el patito feo de una noche m¨¢gica
Fue el titular que menos veces toc¨® el bal¨®n (35) y su desencuentro con el Camp Nou empieza a verse con cierta preocupaci¨®n desde el vestuario y la planta noble del club.
Ese lenguaje no verbal de Messi despu¨¦s del 2-0 ("no pit¨¦is, aplaudid; no pit¨¦is, aplaudid") fue inequ¨ªvoco. La relaci¨®n entre Coutinho y el p¨²blico del Camp Nou est¨¢ en un momento muy dif¨ªcil. Como para pensar en un divorcio definitivo. Que en una semifinal de Champions un jugador local se marche entre pitos es inaudito y significa mucho. Coutinho, que pese a intentar justificar su gesto el d¨ªa del Manchester United ya arrastraba anoche ese caldo de cultivo, no los pudo evitar.
Su partido fue pobre. El dato m¨¢s sorprendente, sin duda, tiene que ver con su poca participaci¨®n en el juego. S¨®lo toc¨® el bal¨®n 35 veces, menor que cualquier titular del Bar?a. Estuvo preocupado de aspectos defensivos, pero estuvo poco suelto. S¨®lo se vio en el arranque del partido, cuando se asom¨® con dos disparos, cada uno con una pierna. Uno lo par¨® Alisson y el otro se march¨® fuera aunque la jugada se hab¨ªa invalidado por fuera de juego. La ¨²ltima vez que se le vio en t¨¦rminos ofensivos fue en el 1-0, cuando baj¨® un cambio de juego de Vidal y encontr¨® a Jordi Alba antes de que este localizara a Su¨¢rez.
Fue entonces cuando Coutinho desapareci¨® del campo de manera paulatina. No tuvo incidencia en el juego. Al inicio de la segunda parte lleg¨® el cocktail definitivo. La afici¨®n, nerviosa por el dominio del Liverpool en el inicio, pag¨® su inquietud con la indecisi¨®n del brasile?o en los balones divididos. Valverde comprob¨® r¨¢pido que el partido le estaba pasando por encima y dio en el clavo con el cambio, que cambi¨® para bien el curso del partido en favor del Bar?a. Coutinho fue despedido con pitos en una imagen que molest¨® de lo lindo a Messi. El maestro de ceremonias del Camp Nou se lo record¨® al p¨²blico despu¨¦s del 2-0. Por m¨¢s que el brasile?o no dio el nivel, dio la sensaci¨®n de excesivo el reproche al brasile?o en la ida de una semifinal de la Champions.
Nadie puede escurrir ya que hay caso Coutinho. Y que va a m¨¢s. Primero fue la cr¨ªtica quien puso en discusi¨®n su rendimiento. Pero ahora ya es la grada. Y ese gesto de Coutinho el d¨ªa del United, fuese para un sector de la grada del Camp Nou o fuese para el periodismo, ha terminado de prender un fuego que disgusta al vestuario y que, sobre todo, preocupa en la planta noble del club. Pese al respaldo desde todos los sectores y ese mantra repetido desde inicio de curso ("Coutinho ha sido, es y ser¨¢ importante en el Barcelona; tiene muchos a?os de contrato"), es humano empezar a tener dudas sobre la conveniencia de un traspaso que no deben descartar ni sus agentes. Kia Joorabchian y Giuliano Bertolucci ya han revoloteado por los clubes de la Premier esta temporada. No es descartable que a final se curso se sienten todas las partes y se hable de un traspaso. Al Bar?a, no obstante, le conviene un mes m¨¢s de paz social. En el fondo, los partidos grandes que le quedan ya no ser¨¢n en el Camp Nou.