El bochorno interminable
Zidane sigue sin conseguir que el Madrid gane fuera, aunque ya est¨¢ matem¨¢ticamente en Champions. Un penalti de VAR, transformado por Embarba, permite al Rayo agarrarse al clavo ardiendo.
Hay temporadas en que es mejor no salir de casa. Lo piensa el Madrid y empieza a pensarlo Zidane, que no ha conseguido que el equipo gane fuera, ni que limpie su reputaci¨®n. Al menos esta vez, en noche electoral, le pill¨® al pa¨ªs mirando a otro lado, hecho que el Madrid agradece. Dej¨® en Vallecas tan poca huella como en Getafe, un resultado peor y ning¨²n futbolista al alza. Al Rayo, colista, sin su monogoleador (Ra¨²l de Tom¨¢s), le bastaron el estado de necesidad, una estrategia atrevida y un gol de penalti para colgarse del clavo ardiendo y llegar con vida a las tres ¨²ltimas jornadas, en las que le esperan tres rivales directos (Levante, Valladolid y Celta). El lleno de Vallecas fue un maravilloso acto de fe respondido por el equipo.
En ese reparto del empleo sobre lo que no importa le lleg¨® el turno a Courtois y a algunos de los que figuran a la cola: Ceballos, Llorente y Mariano, fundamentalmente. Quiz¨¢, con Bale, los tres m¨¢s cercanos a la puerta de salida. Convenientemente mezclados con los titulares, demostraron estar tan a ras de suelo como todos los dem¨¢s. El Madrid necesita urgentemente un verano que le ayude a olvidar.
El partido, en cualquier caso, fue de una especie diferente al que el Madrid jug¨® en Getafe el jueves. Ya se sabe que a Paco J¨¦mez le gusta hacerse el valiente, aunque eso le convierta en previsible. Ha talibanizado tanto la salida de la pelota jugada desde atr¨¢s que es costumbre de sus adversarios irle a buscar a las barbas de su portero y meterle en un l¨ªo. Pero a este Madrid no le aprieta el hambre. Hace demasiado tiempo que perdi¨® el wifi de esta Liga y esa presi¨®n le dur¨® diez minutos. Los suficientes para crear dos ocasiones, de Marcelo y Mariano, y desaparecer de la escena, hecho por otra parte habitual.
Un penalti de VAR
As¨ª, la necesidad del Rayo cay¨® sobre el equipo de Zidane. Ha quedado la sensaci¨®n durante todo el curso de que produce m¨¢s de lo que recibe. El f¨²tbol no siempre premia las buenas intenciones. Pero esta vez se movi¨® bien de lado a lado, se apoy¨® mucho en Pozo, de largo su futbolista de m¨¢s calidad, y se alarg¨® mucho por la banda de ?lex Moreno. Eso, el escaqueo severo del Madrid y el VAR le pusieron en ventaja. Pudo ser la mayor controversia del curso. No vio Gonz¨¢lez Fuertes un agarr¨®n de Vallejo a Javi Guerra y en la contra, Bale tuvo un mano a mano errado ante Alberto. Despu¨¦s lleg¨® la revisi¨®n y el penalti en diferido. As¨ª se pas¨® del posible 0-1 al 1-0, m¨¢s que justo. Courtois ya le hab¨ªa sacado a Pozo dos disparos antes y el Rayo hab¨ªa sobrevivido sin p¨¢nico a la defensa exageradamente adelantada propuesta por Paco J¨¦mez.
El gol no encerr¨® al Rayo, peligro recurrente, y tampoco provoc¨® un ataque de verg¨¹enza en el Madrid. La consecuencia fue la salida de Ceballos, que no defendi¨® su continuidad, y la entrada de Brahim, que con una carrera por hacer trae el entusiasmo que le falta a la mayor¨ªa.
El Madrid ocup¨® m¨¢s terreno rayista pero a espaldas del gol, m¨¢s all¨¢ de dos disparos de Bale sin demasiada ciencia parados por Alberto. Al Rayo se le hab¨ªan ido ya para entonces las fuerzas para estar en los dos lados del campo y se acost¨® sobre su ¨¢rea, con alguna galopada de Beb¨¦, un futbolista con mejor f¨ªsico que conocimiento del juego. En cualquier caso, Paco J¨¦mez consigui¨® que nada sucediera en la recta final y que su equipo acabar¨¢ en condici¨®n de salvable. Y el Madrid se fue a la cama clasificado matem¨¢ticamente para la Champions pero a 18 puntos del Bar?a campe¨®n, asunto que hace tiempo no le quita el sue?o m¨¢s que a Zidane.