El Legan¨¦s homenajear¨¢ a Mariano Callejo en la previa del duelo ante el Celta
Hist¨®rico fot¨®grafo del club, la entidad le rendir¨¢ tributo con el saque de honor ante los gallegos. Sus fotos configuran buena parte del archivo del club.


El Legan¨¦s tiene alma. Tambi¨¦n recuerdos. Muchos llevan firma en forma de foto. Y siempre el mismo nombre a pie de pagina: Mariano Callejo. Este veterano fot¨®grafo ha sido, hasta hace apenas un par de temporadas, el fot¨®grafo oficial del club. Una vida dedicada a inmortalizar momentos hist¨®ricos del Lega por amor al arte. Por amor a su club. Por eso la entidad lo homenajear¨¢ el s¨¢bado en la previa del partido ante el Celta. Porque el Legan¨¦s tiene alma.
Mariano har¨¢ el saque de honor de un choque de ¨¦lite. Uno de los m¨¢s de 100 que ya ha disputado el equipo entre los mejores del f¨²tbol espa?ol. Era su sue?o. ¡°Poder hacer ahora una foto del Lega en Primera¡±, dec¨ªa cuando se le preguntaban con los pepineros a¨²n en Segunda B, tiempos en los que apenas ¨¦l ocupaba la banda de Butarque para inmortalizarlo todo. Tambi¨¦n lo hac¨ªa en el Luis Rodr¨ªguez de Miguel, el antiguo estadio que le quedaba apenas a cinco minutos de casa.
Siempre aparec¨ªa con una carpeta bajo el brazo. En ella, obvio, fotos. Decenas de ellas. De partidos, de jugadas, de posados. Generoso como pocos, sol¨ªa regal¨¢rsela a quienes le ped¨ªan alguna. As¨ª, sus instant¨¢neas han forrado m¨¢s de una casa de hinchas blanquiazules. Tambi¨¦n han llenado los archivos hist¨®ricos del club. Sin ¨¦l, sin Mariano, no habr¨ªa constancia de nada de eso.
Memoria visual en carrete (y tambi¨¦n en formato digital) que el club quiere agradecer con este gesto nacido a iniciativa de algunos fotoperiodistas veteranos y noveles de la ciudad que, conscientes de que Mariano ha pasado recientemente por alg¨²n momento delicado de salud, merec¨ªa la medicina del cari?o que se ha ganado con sus im¨¢genes eternas. El s¨¢bado 12.000 almas le aplaudir¨¢n para animarle y agradecerle sus fotos. Ser¨¢ de los pocos momentos en los que su c¨¢mara no tenga a otros por protagonista. Ahora le toca a ¨¦l ser objetivo de otros compa?eros de profesi¨®n.