La fecha exacta en la que se fund¨® la secci¨®n femenina del Espanyol nunca se ha precisado, depende de la versi¨®n de quien lo cuente porque tampoco hay documentos concretos que lo certifiquen. Hay una aproximaci¨®n recurrente, que arranc¨® en el a?o 1970. Si sobre la fecha existen diferentes versiones, m¨¢s apasionante todav¨ªa es el debate sobre el nombre de su fundador. Hay quien se lo adjudica a Llu¨ªs Oliva, firmante de muchos de los primeros documentos que se conservan de aquella d¨¦cada y empresario. Otras fuentes apuntan a Fina Torres, quien despu¨¦s s¨ª ostent¨® con seguridad el cargo de presidenta. En cualquier caso, fueron diversas las familias que se implicaron en aquellos d¨ªas de ajetreo. Entre ellas, tambi¨¦n se encontraba la de Francisca Titi Cam¨²?ez, que muy pronto se convertir¨ªa en jugadora de la secci¨®n.

Sea cual fuese el nombre del fundador (o fundadores), no hay discusi¨®n sobre quien fue el primer entrenador del C.D. Espanyol, nombre con el que se bautiz¨® al equipo. Se trata de Juli¨¢n Arcas, el m¨ªtico jugador de los a?os 50, entonces ya retirado. El a¨²n tercer m¨¢ximo goleador de la historia del Espanyol (86 goles en la Liga, por detr¨¢s de Rafa Mara?¨®n y de Ra¨²l Tamudo), fue pionero en estas lides en el bando perico. Y en los derbis con el Barcelona se tuvo que enfrentar con otro mito que ocupaba el banquillo cul¨¦: Antoni Ramallets.

S¨®lo unas semanas despu¨¦s de que se fundase la secci¨®n femenina del Espanyol, se disput¨® el Primer Torneo Cuadrangular de F¨²tbol Femenino de Catalu?a-Copa Pernod, entre los d¨ªas 21 y 28 de marzo de 1971. Debutaban las pericas en una competici¨®n, ante otros tres conjuntos de la tierra: Barcelona, Sant Andreu y Atl¨¨tic Sabadell. Al Espanyol le tocaron en suerte las vallesanas, en la primera de las semifinales, y ya hubo sorpresa: 2-1 para las blanquiazules, que se clasificaron para la final. Y en el partido decisivo, la prensa de la ¨¦poca apostaba sin paliativos por la victoria azulgrana, del antes mencionado Ramallets. Pero no fue as¨ª: a pesar de tratarse del primer derbi femenino de la historia, se dieron registros impensables hoy en d¨ªa: se jug¨® en el Camp Nou ante 40.000 espectadores.

Lo locut¨® Pedro Ruiz y el trofeo al equipo vencedor lo entreg¨® Ricardo Zamora. ?Que qui¨¦n gan¨®? El Espanyol, de nuevo por dos goles a uno. Este impresionante triunfo no s¨®lo ocup¨® lugares destacados en la prensa catalana y espa?ola (por ejemplo, un programa en Radio Espa?a), sino que abri¨® el camino a una nueva secci¨®n y encandil¨® a la gente con el f¨²tbol femenino. El 8 de mayo de aquel 1971, el Espanyol organizar¨ªa el Campeonato de Catalu?a de F¨²tbol Femenino.

El viaje a Francia y la mujer del ¨¢rbitro

El CD Espanyol gan¨® la considerada primera Liga catalana. Esta competici¨®n dur¨® cuatro temporadas y el Espanyol no tuvo rival. Se convirti¨® en la referencia de Catalu?a, por encima del Barcelona. ¡®Titi¡¯ Cam¨²?ez, emblema de aquel equipo, recuerda esa brillante trayectoria: ¡°En esos cuatro a?os lo ganamos todo, s¨®lo perdimos una Copa Catalu?a. ?ramos las mejores de la zona, sin lugar a dudas¡±.

La d¨¦cada de 1970 convirti¨® al CD Espanyol en el equipo m¨¢s internacional de Catalu?a. Era un conjunto de barrio que le ped¨ªa prestadas las camisetas al equipo masculino y que, incluso, compraba ropa con el dinero de su bolsillo. Las jugadoras se pagaban la gasolina en sus viajes. As¨ª fue este equipo hasta la d¨¦cada de los 80, cuando el RCD Espanyol comenz¨® a patrocinarle todas las necesidades.

La fama del CD Espanyol lleg¨® a Francia. La Semana Santa de 1976 pasar¨¢ a la historia c¨®mo el debut del femenino fuera de Espa?a. El equipo perico particip¨® en un torneo internacional, aunque su resultado no fue muy esperanzador: ¨²ltimo puesto. Fina Torres, delegada del equipo, nos explica lo que pas¨®: ¡°El f¨²tbol europeo nos llevaba 20 o 30 a?os de diferencia. Ellas eran mucho mejores que nosotras. No pudimos hacer nada¡±. Este viaje tiene sus an¨¦cdotas. La plantilla tuvo que alojarse en una base militar y las jugadoras estuvieron obligadas a dormir en los camarotes que, a?os atr¨¢s, hab¨ªan ocupado soldados en la II Guerra Mundial.

Pas¨® tiempo hasta que el Barcelona logr¨® la victoria ante el CD Espanyol, en uno de los t¨ªpicos torneos veraniegos que enfrentaban a ambos equipos. Las pericas hab¨ªan ganado todos sus duelos hasta que, en un mal d¨ªa, el Barcelona se impuso, dada la superioridad siempre blanquiazul. Una d¨¦cada da pie a mil an¨¦cdotas. Nos quedamos con la que ocurri¨® en 1975 en Viladecavalls en un encuentro entre los locales y el CD Espanyol. Mientras ambos conjuntos luchaban en un campo embarrado bajo una fuerte lluvia, la mujer del ¨¢rbitro entr¨® en el terreno de juego con su paraguas para que su marido no se mojara. Las risas y la verg¨¹enza del colegiado fueron tremendas. El resultado, lo de menos.

¡°Iros a fregar las escaleras o los platos¡±

La transici¨®n espa?ola no s¨®lo puso fin al oscurantismo pol¨ªtico y social con en el que hab¨ªa crecido la poblaci¨®n durante 40 a?os, sino que tambi¨¦n supuso un primer paso para lograr la igualdad entre la mujer y el hombre. Si la d¨¦cada de los 70 fue la del inicio del f¨²tbol femenino, la de los 80 fue la de su oficialidad. ¡°Viv¨ªamos en un entorno lleno de machistas¡±, asegura Rosa Pedrosa, jugadora del CD Espanyol (1970-1982). La Federaci¨®n segu¨ªa haciendo o¨ªdos sordos a las exigencias de la UEFA y la FIFA, pero al final, ante la presi¨®n de un grupo de mujeres de distintas partes del estado, entre ellas Fina Torres, en 1980 se dio validez al f¨²tbol femenino.

Fue en ese momento cuando Fina Torres y Montse Domingo comenzaron su peregrinaje con el club blanquiazul para adquirir el nombre de Real. Muchas reuniones de ascensor, entre ellas y Pedro Tom¨¢s, gerente de la directiva por aquel entonces. El f¨²tbol femenino asomaba la cabeza, pero a¨²n no era tomado en serio por nadie. En 1981 tanta insistencia surti¨® efecto. Tom¨¢s le cedi¨® los Estatutos a Fina Torres, que los llev¨® a Madrid, a la sede de la Federaci¨®n. ¡°Fue el d¨ªa m¨¢s feliz de mi vida¡±, reconoce Torres. A partir de ah¨ª, el equipo femenino pas¨® a depender del Espanyol de manera oficial, aunque las cosas cambiaron poco para un ¡°equipo de barrio¡±.

El ¨²nico cambio en el Espanyol femenino lo encontramos en su escudo: ahora lleva corona. Los ¨¦xitos segu¨ªan sucedi¨¦ndose, pero los recursos eran m¨ªnimos. Pepe Mauri se encargaba de llamar a Fina Torres y de darle algunas medias, balones o camisetas sobrantes, de los equipos juveniles sobre todo, ya que las tallas eran similares. Pero nadie se quejaba de esa circunstancia. ¡°De todos los equipos femeninos que he conocido en mi vida, nosotros ¨¦ramos uno de los que mejor ha vivido y m¨¢s apoyo ha tenido¡±, dijo Rosa Pedrosa.

¡°Iros a fregar las escaleras o los platos¡±. Es s¨®lo un ejemplo de los insultos que ten¨ªan que o¨ªr las jugadoras del Espanyol y de otros conjuntos de toda Espa?a. La gente segu¨ªa siendo recalcitrante, reacia a que las mujeres se liberaran y se atrevieran a jugar a un deporte que hab¨ªa sido entendido por muchos como cosa de hombres.

En 1979-80 se celebr¨® la primera Liga Interregional. El Espanyol compiti¨® con equipos de Arag¨®n y de la Comunidad Valenciana. Qued¨® en tercer lugar, por detr¨¢s de un conjunto de Zaragoza y del Manises, ¡°un equipazo¡±, seg¨²n algunas jugadoras de esa ¨¦poca. Pese a que no gan¨® ese torneo, volvi¨® a demostrar que en Catalu?a no ten¨ªa rival.

Del Espanyol al Atenas

Ya era Real, con todas las de la ley, pero las penurias segu¨ªan impregnando a un equipo femenino temible en Catalu?a. Sin campo propio, las chicas blanquiazules se ve¨ªan obligadas a buscar cada fin de semana un terreno de juego para disputar sus encuentros. Algunos de esos duelos se jugaban en El Carmelo, el desgraciado barrio de la ampliaci¨®n de la L¨ªnea 5 de metro. ¡°El Espanyol s¨ª que nos daban algunas facilidades, pero no nos ced¨ªan su campo ni nos suministraban econ¨®micamente¡±, recuerda una jugadora de la ¨¦poca.

En 1982 el Espanyol femenino gan¨® la Copa de Catalu?a y sigui¨® escribiendo su brillante palmar¨¦s. Pero, como toda historia, este triunfo precedi¨® una etapa oscura, habitual en varios equipos femeninos de la ¨¦poca, como el Barcelona, el Sabadell o el Catalu?a (que luego se llam¨® Sant Andreu). Varias jugadoras del equipo fundacional abandonaron el club por ¡°problemas internos¡±. Son heridas que dolieron, que ya han cicatrizado, pero que significaron el fin de un gran ciclo, que supuso que el Espanyol estuviera durante muchos a?os en el primer escalaf¨®n del panorama catal¨¢n y espa?ol.

Desde 1981, cuando se reconoci¨® al Deportivo Espanyol como Real, hasta 1982, el ambiente ya fue raro. Hab¨ªa un exceso de jugadoras y surgieron problemas en el seno de la plantilla. ¡°Mi ¨²ltimo partido con el Espanyol lo jugu¨¦ el 18 de julio de 1982¡±, recuerda Rosa Pedrosa. Las jugadoras m¨¢s m¨ªticas se separaron. Crearon un nuevo equipo, llamado Atenas, en el que luc¨ªan la misma vestimenta que llevaba el Espanyol. ¡°Nunca dejamos de ser pericas¡±, recuerda Titi Cam¨²?ez.

?Por qu¨¦ Atenas? ¡°Nos reun¨ªamos en el restaurante Atenas, que era de una compa?era. Con el tiempo se convirti¨® en nuestro local social. Propusimos darle al equipo este nombre y todos salimos contentas¡±, explica una jugadora que jug¨® en el Atenas. Era la alternativa a un Espanyol que segu¨ªa siendo la referencia, aunque pasaba por unos a?os de transici¨®n. Titi Cam¨²?ez fue una de las jugadoras que cambi¨® de lado, pese a que continu¨® manteniendo el coraz¨®n perico y, con el tiempo, regres¨® a la entidad blanquiazul. Otras jugadoras, como Elisabeth o Montse Domingo se quedaron en el RCD Espanyol.

La pregunta que todos se hacen es, ?se enfrent¨® el Espanyol al Atenas? Y la respuesta es s¨ª. Y siempre sali¨® ganando el equipo perico (el oficial), aunque las jugadoras del Atenas se lo dejaban todo en el campo: ¡°Ten¨ªamos mala suerte¡±, recuerda Titi. Fue un golpe duro para el Espanyol, ¡°pero son cosas que pasan¡±. Y lograron salir adelante.

El germen de la Copa de la Reina

Tras el s¨ª de la Federaci¨®n a la aceptaci¨®n del f¨²tbol femenino de manera oficial y antes de que las jugadoras m¨ªticas del Espanyol fundaran el Atenas, llegaron los primeros torneos a nivel estatal. El primero que se recuerda, en 1981, se bautiz¨® como Campeonato de F¨²tbol Femenino en Honor a su Majestad La Reina. En ¨¦l tomaron parte 16 equipos de distinta procedencia (Barcelona, Sabadell, Granollers, Pontevedra, Espanyol, Valladolid, Girona, Ricard de Las Palmas, Catalunya, Sant Adri¨¤, Uni¨®n Canaria, Bilbao, Karbo La Coru?a, Ciudad Condal, Punta del Este Tarragona y Cide Mallorca).

Poca gente podr¨ªa entender, a d¨ªa de hoy, que un torneo de tal magnitud se jugase durante cuatro d¨ªas en una poblaci¨®n determinada. O, dicho de otra manera, que el conjunto que llegase a la final tuviera que jugar cuatro encuentros en esos mismos d¨ªas. El equipo perico que particip¨® en aquel torneo estaba presidido por Rosa Pedraza y entrenado por Titi Cam¨²?ez. La plantilla estaba compuesta por Paqui, Navas, Aurora, Montse I, Rosa, Ruiz, Lidia, Elisabet, Montse III, Manoli, Esperanza, Rosalia y Joquel. Esta plantilla se descompuso poco despu¨¦s con la separaci¨®n de algunas jugadoras. El Espanyol qued¨® encuadrado en el Grupo 2 y tuvo como rivales al Valladolid, Cardona y Ricard Las Palmas.

¡°Fueron unos d¨ªas especiales para nosotras. Dorm¨ªamos y com¨ªamos en un colegio, todas juntas. Ten¨ªamos todos los gastos pagados, creo que a d¨ªa de hoy a¨²n se debe dinero de aquel campeonato¡±, asegur¨® Fina Torres, secretaria de personal del equipo perico seg¨²n los panfletos del torneo. Esta iniciativa, que no tuvo repetici¨®n en el futuro, corr¨ªa a cargo de Agust¨ªn Mayol y Pons, miembro de la Federaci¨®n Catalana de F¨²tbol y hermano de una central del Espanyol, Rosa Mallol. Mientras tanto, la Federaci¨®n, ni agua. S¨ª: hab¨ªa reconocido el f¨²tbol femenino, pero segu¨ªa sin mover un dedo y sin promover que las mujeres jugaran al f¨²tbol.

Al Espanyol le falt¨® suerte. No perdi¨® ning¨²n encuentro, pero tampoco gan¨®, por lo que qued¨® apeado de las semifinales. A todas las jugadoras les impresion¨® el juego del Las Palmas. ¡°?C¨®mo jugaba!¡±, dec¨ªan algunas jugadoras que estuvieron presentes en aquel torneo. ¡°Al final no s¨¦ si ganaron, pero s¨ª que me acuerdo que llegaron a la final¡±, dijo Fina. La ciudad se entreg¨® a este torneo. Algunos diarios de la ¨¦poca cubrieron la informaci¨®n, y la gente se agolpaba a los campos de f¨²tbol. Fue el primer grano de arena, pero que tard¨® en repetirse. ¡°No se quer¨ªa invertir en f¨²tbol femenino y la Federaci¨®n hac¨ªa o¨ªdos sordos¡±.

Las primeras ligas y el caso Nuria Sala

En 1982 el f¨²tbol femenino dio un salto organizativo y cualitativo. Hasta la fecha, las ligas eran locales o regionales, meros campeonatos auton¨®micos en los que el nivel era muy bajo y un equipo sobresal¨ªa por encima del resto, como en Catalu?a ocurr¨ªa con el Espanyol. Torneos como el Campeonato de Tarragona (1981), que reuni¨® a 16 equipos de toda Espa?a, eran un ejemplo de que las cosas estaban cambiando. Ese torneo fue la semilla que brot¨® y form¨® la primera Liga Nacional, en 1982.

El Espanyol se desmarc¨® como uno de los mejores conjuntos de esa categor¨ªa. Siempre entre las primeras posiciones, no tuvo la suerte que le hiciera ser campe¨®n de este torneo. El Catalu?a, un club moderno y potente, el A?orga, que pertenec¨ªa a la Real Sociedad, el Oroqueta Villaverde, cuyo fundador fue el Atl¨¦tico de Madrid, y el Barcelona, se repartieron los trofeos en esa d¨¦cada, en la que el Espanyol se code¨® con los grandes y logr¨® un subcampeonato (1986).

Siete a?os dieron pie a muchas an¨¦cdotas. Y la m¨¢s sonada fue la que protagoniz¨® Nuria Sala, una fenomenal jugadora perica que se fue al Barcilona (un potente y nuevo conjunto) por discrepancias con el Espanyol. La historia se remonta a 1985, cuando el conjunto blanquiazul jug¨® un encuentro ante el Vall¨¦s Occidental. Sala era la estrella: regateaba, marcaba goles, daba asistencias... Era objeto de las defensas contrarias. En diez minutos, tres faltas. Nuria se hart¨® y le dijo al ¨¢rbitro: ¡°Ya era hora que pitaras, pensaba que necesitabas gafas¡±. Tarjeta roja.

Y el caso lleg¨® a los despachos. Montse Domingo y Fina Torres, dos pericas que trabajaban para la Federaci¨®n, se asombraron cuando vieron que ese colegiado no hab¨ªa indicado en el acta la sanci¨®n. No hab¨ªa existido esa expulsi¨®n, pese a que todos los equipos femeninos de Catalu?a estaban esperando que Nuria Sala estuviera, como m¨ªnimo, un partido sin jugar. Al Espanyol le entr¨® el miedo. Sab¨ªan que le iban a tildar de equipo c¨®mplice de la Federaci¨®n. As¨ª que Fina decidi¨® sancionar a la jugadora con un encuentro, como si el acta lo hubiese reflejado. Pero la cosa no acab¨® ah¨ª. Remordimientos de conciencia provocaron que Fina Torres se lo dijera a Nuria Sala, quien reaccion¨® con ira y se march¨®.

El descenso y el adi¨®s de Eli

Y el Espanyol no se repuso y en 1989 lleg¨® el famoso y ¨²nico descenso. El entrenador en aquel entonces, Calpena, se fue al Barcelona y se llev¨® a toda la columna vertebral perica. El Espanyol tuvo que reordenarse, pero no lleg¨® a tiempo y descendi¨®. Pasaban las jornadas y el Espanyol femenino hacia la goma: entraba en la zona peligrosa para la jornada siguiente salir. Esa fue la t¨®nica una semana tras otra. Hasta que a falta de pocos encuentros para acabar la Liga, el coma fue ya irremediable. Era un equipo joven, inexperto, que consumaba el primer y ¨²nico descenso en la historia del club. ¡°Comenzamos la temporada s¨®lo con diez jugadoras¡±, recuerda Isabel (1982-2002). La fuga del entrenador con varias chicas fue crucial. 

Hier¨¢tico, como un cuadro egipcio, se qued¨® el club. S¨ª: segu¨ªa ayudando al femenino prest¨¢ndole ropa y material de vez en cuando, pero no movi¨® un dedo para traer a nuevas jugadoras que potenciasen al equipo. ¡°Ten¨ªamos que poner dinero de nuestro bolsillo. El club nos ignoraba¡± asegura Elisabeth S¨¢nchez (1971- 1990). (A¨²n en 2005, aunque parezca extra?o, ocurr¨ªa algo similar. Los equipos femeninos del f¨²tbol base no est¨¢n financiados por el club. S¨®lo al A y el B juegan en la Ciudad Deportiva).

Suerte que en esta categor¨ªa las diferencias entre un conjunto de Primera Nacional y otro de Primera Catalana eran abismales. La historia se respeta y el Espanyol se pase¨® por los campos catalanes como ya hac¨ªa en la exitosa d¨¦cada de los 70. Subi¨® a falta de tres jornadas para que se acabara el campeonato. Pr¨¢cticamente ning¨²n equipo le tosi¨® y gole¨® en todos sus encuentros. En cuesti¨®n de meses, regres¨® a la ¨¦lite.

Al Atenas, a principio de los 80, se fueron muchas jugadoras fundadoras de este Espanyol. Poco a poco, las que se quedaron empezaron a decir adi¨®s, hasta que en 1990, Elisabeth S¨¢nchez fue la ¨²ltima en colgar las botas. Eli, como la conocen todos, ha vivido m¨¢s de media historia de este equipo, desde que se cre¨® hasta que baj¨® de categor¨ªa. Y tambi¨¦n fue la primera jugadora perica en ser internacional. ¡°En el a?o 81 jugu¨¦ mi primer partido con la Selecci¨®n, que curiosamente fue el primer encuentro que se jugaba de manera oficial. Porque ya desde 1971 iba a jugar en una especie de combinado nacional, aunque a¨²n no reconocido¡±, recuerda Eli.

Eli dijo adi¨®s y puso fin a una extraordinaria generaci¨®n de jugadoras pericas. Pero hab¨ªa futuro, como por ejemplo el de Isabel, que continu¨® hasta 2002 jugando con la camiseta del Espanyol. Fue una de las jugadoras m¨¢s destacadas del equipo cuando logr¨® el ascenso en el 90. Y lo ser¨¢ m¨¢s en el futuro, con las dos Copas de la Reina (1996-1997).

El robo de la caja y los viajes en coches

Muchas novedades con la entrada con el retorno a la Primera Nacional. Al Femenino no le sent¨® mal su a?o en el infierno. Regres¨® con m¨¢s fuerza que nunca, quedando en los puestos altos de la clasificaci¨®n. Hasta la consecuci¨®n de la primera Copa de la Reina (1996), esta secci¨®n dio para mucho, por sus an¨¦cdotas, sus peculiaridades, que demuestran que no s¨®lo la secci¨®n masculina vive momentos estramb¨®ticos.

El club segu¨ªa haciendo o¨ªdos sordos a las peticiones de una de las mejores plantillas de Espa?a, pero lleg¨® un patrocinador de Oviedo, llamado Emilio y afincado en Barcelona, para poner dinero. Fue el polic¨ªa que protegi¨® al equipo durante varias temporadas. ¡°Nos ayud¨® mucho. Era un simpatizante del Espanyol y lleg¨® a poner tres millones de pesetas por cada temporada. Hasta 1992 nos financiaba todo, luego ya nos tuvimos que espabilar nosotras¡±, recuerda Fina Torres.

En la temporada 1993-94 sucedi¨® una hecho curioso y extra?o en el f¨²tbol femenino, un ¨¢mbito, a priori, exento de corrupci¨®n. El que era el tesorero y delegado del equipo perico en esa temporada se fug¨® de la noche a la ma?ana con 900.000 pesetas, la mayor¨ªa del presupuesto del equipo. A partir de ah¨ª, la vida del femenino dio varios pasos atr¨¢s. Se retrocedi¨® en el tiempo. Desde ese momento, el equipo tuvo que renunciar a muchos privilegios. Viajaban a los campos en coches particulares, llegaban justo para jugar el partido y luego, nada m¨¢s acabar, regresaban a Barcelona.

Isabel recuerda una an¨¦cdota, de sabor amargo para toda la plantilla, que les ocurri¨® en esa ¨¦poca: ¡°Fuimos a Oviedo en coche para jugar un encuentro de Liga. Despu¨¦s de muchas horas de paliza al volante, el encuentro se tuvo que suspender porque los ¨¢rbitros no se presentaron. Fue indignante, evidentemente¡±. En 1994 Ramon Catal¨¢, preparador f¨ªsico del equipo, y Xavi ?lvarez, que tambi¨¦n dirig¨ªa a un conjunto masculino, llevaron las riendas del femenino. Hac¨ªan las t¨¢cticas, los entrenamientos, le¨ªan los encuentros antes y aconsejaban los cambios, pero no viajaban.

En 1994, seg¨²n varias versiones de ex jugadoras, debut¨® con el primer equipo Raquel Cabez¨®n, una de las mejores de la historia perica. Con tan s¨®lo 15 a?os ya se enfund¨® la camiseta blanquiazul. Fue una de las protagonistas en la Copa de la Reina.

La primera Copa y Raquel Cabez¨®n

Joana, Sonia, Montse, Dolors, Esther Arribas, Raquel, Isabel, Esther Torner, Lorena, Toni, Susanna, Carmen, Ana y Sandra Sabater. Estas fueron las jugadoras que participaron en la final de la Copa de la Reina de 1996 jugada en el Estadi Ol¨ªmpic de Terrassa y que enfrent¨® al Oroquieta Villaverde (Madrid), uno de los dominadores del f¨²tbol femenino, y al Espanyol. Rompiendo todas las apuestas, el conjunto blanquiazul destroz¨® en la final al favorito, a un Oroquieta repleto de jugadoras internacionales y que hab¨ªan impuesto su hegemon¨ªa en la Liga desde mediados de los ochenta.

Ram¨®n Catal¨¤ y Xavi ?lvarez fueron los entrenadores que llevaron al Espanyol a la cima. Fue en la v¨ªspera de San Juan, en una soleada jornada del 23 de junio de 1996. ¡°Me acuerdo que lleg¨¢bamos a la final sin opciones. Nadie daba un duro por nosotras, e incluso, pocas esper¨¢bamos ganar¡±, recuerda Raquel Cabez¨®n. Y es que, pese a que el Espanyol jugaba pr¨¢cticamente en casa, el equipo fue a la gran cita en cuadro, con tan s¨®lo 13 jugadoras y una portera. Quienes s¨ª que acudieron fueron los t¨¦cnicos, que normalmente no asist¨ªan a los encuentros por motivos laborales.

El encuentro tiene semejanzas con la final de Copa del Rey que gan¨® el Espanyol masculino en Madrid ante el Zaragoza en 2006. El Espanyol golpe¨® primero. Raquel Cabez¨®n, que tan s¨®lo ten¨ªa 17 a?os, adelant¨® a su equipo. El Oroquieta apret¨® pero no pudo sobrepasar la defensa perica. Cuando la primera parte tocaba su fin, Raquel puso tierra de por medio con un segundo gol de falta directa. Inapelable la primera parte perica.

No sin sufrimiento, porque el conjunto madrile?o estuvo a punto de recortar distancias en varios momentos, el Espanyol resisti¨® y sentenci¨® a pocos minutos para acabar el encuentro. Esther Torner marc¨® el tercero en un contraataque y la fiesta comenz¨® a fraguarse. Isabel, la capitana del equipo, levant¨® la Copa de la Reina entre la ovaci¨®n de los aficionados. ¡°Las celebraciones, incre¨ªbles. Enlazamos el triunfo con San Juan¡±, recuerda Raquel. La noche m¨¢s corta se convirti¨® en la m¨¢s larga. El club tom¨® nota y comenz¨® a tomarse en serio al Femenino. ¡°Suele pasar cuando ganas t¨ªtulos¡±, se lamenta alguna jugadora. El Femenino pase¨® la Copa de la Reina por Sarri¨¤.

Felicitaciones de Jordi Pujol

Con m¨¢s plantilla, s¨ª, que el a?o anterior, pero con la misma humildad de siempre y los mismos recursos. La historia del Femenino es una lucha de fuerzas y antifuerzas. El milagro se obr¨® por dos veces de forma consecutiva. Si en 1996, el Oroquieta Villaverde fue la v¨ªctima, este a?o le toc¨® el turno al Atl¨¦tico de M¨¢laga, uno de los conjuntos m¨¢s en forma en la Liga Nacional, pues hab¨ªa quedado en las posiciones delanteras.

De nuevo, el Espanyol iba de tapado. Nadie se cre¨ªa que repetir¨ªan t¨ªtulo, pero esto de las finales les va como anillo al dedo. El 2-1 final refleja la igualdad, aunque el bal¨®n y el juego corrieron de parte blanquiazul. El Espanyol se puso 2-0. To?i marc¨® de penalti y Esther Arribas de vaselina. ¡°Estaba encarrilado, pero ellas recortaron distancias y acabamos pidiendo la hora¡±, recuerda Raquel Cabez¨®n. Y es normal, siempre hay que sufrir, es la t¨®nica del Espanyol.

¡°A nosotros nos gustaba tocar el bal¨®n, dominar. No ¨¦ramos equipo de contraataque¡±. Y eso es digno de elogiar. La filosof¨ªa de Ramon Catal¨¤ y Xavi ?lvarez se manten¨ªa. La alineaci¨®n la formaron Carmen, Merc¨¨, Sandra, Dolors, Montse, Nagore, Esther Torras, Silvia, Raquel, Isabel Castanera, Esther Arribas, Sonia, To?i, Anabel y Susanna. Raquel Cabez¨®n e Isabel destacaban en un equipo de mucha t¨¦cnica. Una por su juventud y calidad y la otra, por su voz en la capitan¨ªa del equipo. ¡°Creo que a la plantilla le hizo m¨¢s ilusi¨®n el primer t¨ªtulo que el segundo, porque lleg¨¢bamos en unas circunstancias m¨¢s desfavorables, pero la celebraci¨®n fue por todo lo alto en ambos casos¡±. Aquel M¨¢laga era un conjunto joven, que hab¨ªa irrumpido con fuerza en la Liga Nacional. Muchas de aquellas jugadoras juegan, curiosidades de la vida, en el rival del Espanyol ma?ana en la Copa de la Reina, el Sevilla (2006).

Aparte de la celebraci¨®n que le rindi¨® el espa?olismo, Jordi Pujol, presidente de la Generalitat, recibi¨® a las ganadoras en el Palau de la Generalitat y las felicit¨® por ese logro. El f¨²tbol femenino comenzaba a ser reconocido. En uno de sus viajes a Madrid esa temporada, la plantilla vivi¨® otra an¨¦cdota m¨¢s. El autob¨²s tuvo un problema en el motor y tuvieron que parar en un ¨¢rea servicio a que el conductor lo arreglara. Si es que ninguna fiesta es completa.

La Superliga y el salto a Sant Adri¨¤

La Superliga se podr¨ªa definir como la uni¨®n de las ligas regionales que nacieron en 1981. Hasta el a?o 2000, la mec¨¢nica era la siguiente: 1.- Hab¨ªa cuatro grupos diferenciados por el espacio geogr¨¢fico. As¨ª, en el que jugaba el Espanyol hab¨ªa conjuntos de Baleares y de Valencia tambi¨¦n. 2.- Los campeones de cada grupo, o lo que es lo mismo, cuatro equipos, jugaban una final four en una localidad determinada. 3.- Los cuatro primeros de cada grupo jugaban la Copa de la Reina, competici¨®n que el Espanyol gan¨® en dos ocasiones, como ya hemos explicado.

Este nuevo formato de Liga, como la Primera Divisi¨®n espa?ola, era mucho m¨¢s ambicioso, pero tuvo su lado negativo. Varios equipos vendieron su plaza en la Superliga porque no pod¨ªan afrontar todos los gastos. Otros equipos tuvieron que renunciar a ella cuando ya se hab¨ªan disputado algunas jornadas. El Espanyol, en cambio, vivi¨® en el otro lado de la balanza. El club se implic¨® m¨¢s, atr¨¢s quedaron ya las penurias, los viajes en autob¨²s el mismo d¨ªa del partido y las subvenciones de las propias jugadoras. El Femenino pas¨® a recibir el mismo trato que el f¨²tbol base. Todo fue gracias a la Ciudad Deportiva.

¡°Fue un momento especial para todas¡±, recuerda Raquel Cabez¨®n y se refiere a la temporada (2000-01) cuando el Femenino pis¨® y jug¨® sus encuentros en Sant Adri¨¤. ¡°Ten¨ªamos los servicios m¨¦dicos al lado, todos estaban muy atentos a nosotras¡±, asegura. La Superliga sirvi¨® para que el Espanyol femenino creciese ostensiblemente.

Antes de eso, justo la temporada anterior de que se comenzase la Superliga, varias jugadoras abandonar el equipo por peque?as diferencias con el t¨¦cnico, Xavi ?lvarez. ¡°Fueron s¨®lo peque?os detalles, todo hab¨ªa ido muy bien¡± argumenta Isabel, quien hab¨ªa sido la capitana y tambi¨¦n decidi¨® irse. Ella y otras compa?eras fundaron un nuevo equipo, que actualmente milita en Segunda Divisi¨®n y que hab¨ªa llegado a estar en Primera.

El Femenino comenzaba a ascender a la cima. El equipo se rejuveneci¨® y en las siguientes temporadas estuvo cerca de los puestos de cabeza. En la temporada 2001-02 qued¨® tercero y en la siguiente, s¨¦ptimo. Luego comenz¨® el proyecto encabezado por Santi Fern¨¢ndez.

Santi Fern¨¢ndez, capit¨¢n general

Cuando cre¨ªa que su etapa en el f¨²tbol femenino hab¨ªa llegado a su fin, el Espanyol llam¨® a su puerta. Jaime Mart¨ªnez, coordinador de las pe?as y uno de los responsables de esta secci¨®n, no tard¨® en convencerle de este ambicioso proyecto, que ten¨ªa que dar un salto cualitativo a la entidad. Santi Fern¨¢ndez era la cabeza visible de un equipo que deb¨ªa aspirar, en s¨®lo tres a?os, a ganar la Superliga.

El dinero lo pon¨ªa Antonio Mart¨ªn, propietario de Quad y patrocinador, los fichajes Jaime Mart¨ªnez y el trabajo con las chicas, Santi Fern¨¢ndez. Fueron el ¡®tridente¡¯ del Femenino que comenz¨® a caminar en junio de 2004. Santi Fern¨¢ndez llegaba con un cartel de lujo. Hab¨ªa entrenado al Sabadell durante varias temporadas y hab¨ªa conseguido ganar una Copa de la Reina y situarlo entre los mejores conjuntos de Espa?a. A eso se le suma una amplia experiencia en el entorno del f¨²tbol, pues de joven, con 21 a?os, hab¨ªa incluso entrenado en el filial del Real Madrid, bajo la atenta mirada de Vicente del Bosque (¡°a veces me falta ambici¨®n, y decid¨ª volverme para Catalu?a¡±).

Pero lo que ten¨ªa que ser una larga historia se convirti¨® en una novela corta, con un final feliz y prematuro. El objetivo de su primera temporada, la 2004-05, era mantener la categor¨ªa y, ¡°si sal¨ªa un buen a?o¡±, entrar en la Copa del Reina. Pero lo que comenz¨® siendo un tobog¨¢n, con resultados dispares, acab¨® transform¨¢ndose en un camino de rosas, que situ¨® al Femenino en la tercera posici¨®n de la Superliga. La pareja ofensiva Sara-Marta Cub¨ª y la solidez en defensa fueron las armas. El Femenino se hizo un hueco entre las grandes. El proyecto iba viento en popa, navegando a m¨¢s velocidad de la prevista.

Las esperanzas se pusieron en la Copa de la Reina. El equipo fue a m¨¢s y todos esperaban llegar lejos en esta ronda. El rival era el Rayo Vallecano, que ya hab¨ªa resultado inferior en la Liga a las de Santi, pero en la Copa fue otra historia. El Espanyol qued¨® eliminado. La temporada se acab¨® con una evaluaci¨®n excelente, pero con un gusto amargo...

Como tambi¨¦n lo fue la marcha de Raquel Cabez¨®n en verano. Por discrepancias con el club, la capitana se fue al Barcelona (para no alejarse casa y jugar para acudir con la Selecci¨®n). Se fue la ¨²ltima hero¨ªna de la historia perica, la ¨²ltima Titi, Rosa Pedrosa, Isabel¡­ Raquel apunt¨® su nombre a la historia del Femenino con letras may¨²sculas, aunque sali¨® por la puerta trasera. El Espanyol sigui¨® su curso y se repuso con refuerzos, como el de Adriana Mart¨ªn.

Y lleg¨® la temporada 2005-06, el mejor a?o en la historia de la entidad. Las de Santi Fern¨¢ndez ganaron la Superliga y la Copa de la Reina, imponi¨¦ndose en ambos torneos 36 a?os despu¨¦s de que Oliva o Torres, Torres u Oliva pusieran la primera piedra.