God¨ªn y el VAR avivan LaLiga
Concedi¨® un gol al Fara¨®n que hab¨ªa anulado el colegiado. El equipo de Simeone sufri¨® ante el Girona hasta la sentencia de Griezmann, pero coge fuerza antes del Camp Nou.
La venganza se sirve en fr¨ªo y quiz¨¢ por eso el gol del Atleti lleg¨® as¨ª: con suspense de VAR. Porque Vitolo hizo salir de la cueva a Iraizoz con un remate mordido. Salt¨® el portero con Griezmann para que el rechace lo cabeceara God¨ªn a porter¨ªa vac¨ªa. Ni tiempo le dio a celebrar. Enseguida se escuch¨® el silbato del ¨¢rbitro: anulado por fuera de juego de Griezmann... Hasta que algo avis¨® en su o¨ªdo. Chequeo de VAR. Un minuto, tres m¨¢s tarde, ya s¨ª, God¨ªn alzaba el brazo. La bota de Pons habilitaba a Grizi. Pod¨ªan celebrar. Gol. El Fara¨®n terminaba con lo que, hasta ese momento, estaba siendo una tortura. Este partido ante el Girona.
Sali¨® el equipo de Eusebio, bestia negra, eterno empate, como si el de Copa de enero no hubiera terminado. Doumbia lo cogi¨® donde lo hab¨ªa dejado. Si entonces hac¨ªa el gol que elimin¨® al Atleti en el 88¡¯, ayer, en el 2¡¯, obligaba a Oblak al parad¨®n. Solo, sol¨ªsimo, cabeceaba un centro desde el coraz¨®n del ¨¢rea. El Atleti hab¨ªa salido fr¨ªo pero en rombo. Para tratar de agarrarse al hilo que le queda a esta temporada. El Camp Nou el s¨¢bado. Ir lo m¨¢s cerca posible del Bar?a es la ¨²nica carta. Ayer acarici¨® ir a siete: lo har¨¢ a ocho.
Seg¨²n fueron pasando los minutos, el equipo del Cholo se fue asentado en el partido y la hierba. C¨®modo, le puso ritmo trot¨®n, de amistoso en abril, con Koke y Arias llevando el bal¨®n al ¨¢rea de Eusebio. El primero dando ese paso hacia dentro, el segundo haciendo suya la banda derecha. Ten¨ªa profundidad el Atleti, tanta como p¨®lvora mojada. El Thomashawk esta vez se iba al cielo, el trallazo de Koke astillaba el travesa?o y Morata, que lo intentaba todo, se quedaba siempre en ¡®casi¡¯.
Casi reba?ar un bal¨®n a Iraizoz en un saque de puerta. Casi controlar ese pase de Grizi por dentro, a la espalda del defensa, que le dejaba solo ante el portero. Casi convertir en gol ese otro gran pase, ahora de Gim¨¦nez, en largo, para su desmarque. Se despidi¨® de la primera parte con otro penalti no pitado en su particular cuenta: un centro lateral en el que Iraizoz en vez de despejar el bal¨®n golpe¨® su cabeza. Cay¨® en el ¨¢rea, rotundo, sin casis y sin escuchar al silbato pitar penalti. Debe estar empezando a acostumbrarse.
Termin¨® la primera parte con el portero del Girona con los guantes intactos mientras Oblak se iba con dos paradas en los suyos y un golpazo. Todo de Doumbia. Agazapado hab¨ªa seguido el Girona, esperando. Con mejor juego y posesi¨®n. Que se sab¨ªa el final de este cuento. Que otras veces ya lo hab¨ªa vivido.
El pen¨²ltimo gol del 'Fara¨®n'
Tard¨® un rato el Atleti en quitarse de encima el dominio con el que los de Eusebio regresaron tras el reposo. Porque unos jugadores, Thomas, Gim¨¦nez, Grizi, apercibidos, parec¨ªan jugar con freno. Porque otros, Filipe, parece que hace meses que no est¨¢n. Porque cuando el Girona ten¨ªa la pelota la jugaba entre bien y muy bien. Mientras, el Atleti segu¨ªa estrell¨¢ndose ante Iraizoz.
Parec¨ªa haber frotado el portero cada brizna de hierba de su ¨¢rea con ajo. Cada vez que el Atleti la pisaba, se cegaba. Ya Morata (que se fue tocado), ya Sa¨²l, ya un Grizi que segu¨ªa negado. Pero Vitolo encontr¨® el ant¨ªdoto: entr¨® por Filipe, justo despu¨¦s de ese trallazo de Aleix Garc¨ªa que fue la ¨²nica muesca que en los guantes de Oblak dej¨® la segunda parte, para iniciar la jugada del gol de God¨ªn. No logr¨® empatar esta vez el Girona. Por primera vez. Aunque asisti¨® al final del partido el Wanda Metropolitano con los ojos empa?ados.
Y eso que ¨¦ste romp¨ªa dos maldiciones. El nunca ganarle al Girona y la sequ¨ªa de Grizi, que marcaba al fin, en la ¨²ltima contra. Pero no pod¨ªa evitarlo el estadio, los ojos empa?ados. Por eso que hab¨ªa visto y que pod¨ªa ser la ¨²ltima vez. El ¨²ltimo gol de God¨ªn ante sus ojos. O pen¨²ltimo, mejor siempre pen¨²ltimo, como ocurre con las copas en las noches que no quieres que se terminen nunca.