Benzema evita el bochorno
Un gol del franc谷s, muy a 迆ltima hora, salv車 a un mal Madrid. Luca ZIdane y Brahim fueron titulares. El Huesca fue valiente y mereci車 puntuar.
Con Zidane y sin 谷l, el Madrid sigue sulfatado y su hinchada, curada de espanto. En su doble papel de entrenador y observador, Zidane alborot車 mucho el once y sac車 poco en limpio: que Odriozola tiene un largo recorrido; que Brahim puede ser, si no ahora, despu谷s; que Benzema est芍 de su parte. Tambi谷n vio lo poco que queda de Marcelo y Bale y c車mo el colista zarandeaba a su lujoso grupo de forma casi bochornosa. El partido entr車 en la historia de un Huesca revoltoso, con nervio y con ganas de salvarse. No defraud車 a sus 2.000 fieles m芍s que en el marcador.
Como ejercicio pr芍ctico de borr車n y cuenta nueva y como opci車n pr芍ctica para separar salvables y vendibles anunci車 Zidane desde el primer d赤a que de aqu赤 al final pondr赤a a todos. Y como todos son todos, sac車 a su hijo Luca, en su segundo cameo con el Madrid, el primero desde que 谷l sali車 del club. Su primera intervenci車n fue para sacar la pelota de su porter赤a, tras un disparo tan a quemarropa de Cucho Hern芍ndez que le result車 invisible. Qued車 libre de culpa. Chimy ?vila le hab赤a madrugado el bal車n a Nacho, que ha blandeado mucho este curso, y se lo hab赤a puesto al colombiano en el punto exacto de cocci車n.
En cualquier caso, lo uno y lo otro, lo de meter a Luca Zidane (y Brahim) y lo de tragarse un gol a los dos minutos ante el colista, dan para hacerse la idea de lo que vive el Madrid, donde el verano ha comenzado en marzo, donde conforta hablar de fichajes, de Mbapp谷s y Pogbas, que se mueven entre lo car赤simo y lo inalcanzable, para aliviar la molestia de jugar sin horizontes.
As赤 que Zidane cambi車 a cinco, con la doble jornada FIFA como coartada, buscando un equipo con muchas piernas y lo que encontr車 fue un grupo desatento, en marea baja, superado de salida por un Huesca valiente. Francisco tiene el m谷rito de haber persuadido al grupo de no rendirse, de haberle sacudido la novatada, pero un arranque tan infernal se paga en Primera. Ahora juega mejor, pero el consuelo no punt迆a.
Los silbidos del Bernab谷u
Estir車 el efecto del tanto de Hern芍ndez diez minutos m芍s, hasta que al Madrid se le pas車 la caraja y se sinti車 en la obligaci車n de lo que Zidane llama acabar bien. Entonces encontr車 puntos de apoyo: en Isco, jugador muy absorbente; en Brahim, que persigue un porvenir; en Odriozola, un correcaminos; en Benzema, nuevo modelo de compromiso. Bale, en cambio, se esforz車 poco en dejarse ver. Lleva cinco a?os haciendo la goma y unos meses haciendo la estatua. Se lo reproch車 la grada, que tampoco cant車 alabanzas a Marcelo. Aquella acometida desordenada, con un centro del campo descompuesto, le dio al Madrid para empatar tras dos asistencias de Brahim: la primera, desperdiciada por Benzema; la segunda, aprovechada por Isco. Y luego, nuevo desmayo y dos buenas ocasiones del Huesca que arrancaron silbidos de la grada. Fin del Madrid en alm赤bar que se promet赤a con Zidane.
Sin que nada mejorara significativamente, salvo una mejor ubicaci車n de Llorente, el Madrid se puso por delante. Coloc車 un centro de exterior Bale, lo cabece車 de palo a palo Benzema y la empuj車 Ceballos. Un gol en medio del oleaje, porque Cucho y Chimy llegaron con frecuencia y sin remate cerca de Luca Zidane. As赤 que no extra?車 el segundo empate, en cabezazo picado del central Etxeita en centro que se trag車 Bale. Una afici車n descre赤da censur車 entonces cada imprecisi車n hasta que Benzema meti車 un derechazo que mand車 al Huesca a la lona. El Madrid, incluso en d赤as as赤, tiene pu?o de hierro.