El Bar?a, contra las cuerdas
El Sevilla tumba a un rival sin sus pilares, con goles de Sarabia y Ben Yedder, y toma clara ventaja. Boateng se estren¨® en el once y Coutinho volvi¨® a fallar.
El Sevilla deja al Barcelona contra las cuerdas en la Copa. Los de Mach¨ªn aprovecharon el regalo de un Bar?a irreconocible en forma y fondo que sali¨® escaldado del Pizju¨¢n por culpa de un exceso de confianza y se impuso por 2-0 en un duelo que no tuvo m¨¢s color que el del equipo local, que se qued¨® a un palmo de borrar al Bar?a de la Copa. Le falt¨® despertarse antes. El Bar?a se queda tras este partido a la espera de que en el Camp Nou comparezca la artiller¨ªa liderada por Messi dentro de una semana para buscar una nueva remontada. El equipo blaugrana repiti¨®, corregido y aumentado, el error que casi le cuesta la eliminaci¨®n en la ronda de octavos ante el Levante mientras que el Sevilla se fue con la sensaci¨®n de que pod¨ªa haber logrado una mayor renta si llega a perderle el respeto antes al conjunto blaugrana.
Hay d¨ªas en los que uno se levanta deseando que no pase nada. D¨ªas grises en los que uno piensa que lo mejor es quedarse en la cama y que lo f¨ªa todo en que ma?ana (enti¨¦ndase como partido de vuelta) ser¨¢ otro d¨ªa. Esos d¨ªas pasan factura. As¨ª sali¨® el Barcelona en el Pizju¨¢n con una alineaci¨®n en la que faltaba de entrada Demeb¨¦l¨¦ por lesi¨®n, Su¨¢rez, Coutinho y Alba porque se quedaron de entrada en el banquillo y Messi y Busquets, que ni viajaron. Sin cinco piezas clave, el Barcelona compareci¨® ante un Sevilla que tard¨® en perderle el respeto a los cul¨¦s. El club blaugrana sali¨® a jugar mandando un mensaje: estaba dispuesto a aceptar lo que fuera teniendo en cuenta que cualquier castigo era corregible dentro de una semana en casa y con el equipo de gala. Al final, la cosa se le complic¨® m¨¢s de lo previsible.
Sab¨ªan los de Mach¨ªn que el ¡®francotirador¡¯ destinado a parar a Messi (la pesadilla del Sevilla) no era necesario porque el argentino se qued¨® en su casa, pero ni as¨ª salieron a por el Bar?a de entrada. El primer tiempo fue un ejercicio de errores y de miedo en dos direcciones. El Bar?a sali¨® con un equipo tan extra?o que ni el Sevilla supo descifrarlo. Navas tard¨® una eternidad en retar a un Semedo que jugaba a banda cambiada y la batalla del centro del campo echaba de menos la continuidad en el juego por ambas partes.
Boateng era el muro que descargaba cualquier bal¨®n en ataque gracias a su juego de espaldas que nadie era capaz de aprovechar. Vidal se tomaba el duelo como es habitual en ¨¦l como algo personal en plan comando que debe de rescatar a toda una unidad en territorio enemigo y m¨¢s all¨¢ de estas noticias, el Bar?a no era nada. El Sevilla, ni se lo cre¨ªa. Era cuesti¨®n de tiempo que le metiera mano al Bar?a.
En la agon¨ªa del primer tiempo, Malcom, a pase de Arthur demostr¨® que si no juega habitualmente es por algo y Cillessen, a tiro de Ben Yedder demostr¨® todo lo contrario: si juega en la Copa es por algo. Salv¨® al Bar?a de irse al descanso perdiendo.
En la segunda, el Sevilla sali¨® con otra cara y se comi¨® a un Barcelona que segu¨ªa teniendo como m¨¢xima aspiraci¨®n que no pasara nada. Los de Valverde no propon¨ªan mientras que el Sevilla empez¨® a carburar. Sarabia aprovech¨® un desborde de Promes para marcar el primero y cuando Valverde quiso arreglar la situaci¨®n colocando a Coutinho, en el pecado tuvo la penitencia. Una p¨¦rdida lamentable del brasile?o provoc¨® la contra que vali¨® el 2-0 de Ben Yedder. Un resultado que, si el Sevilla se lo llega a creer hubiera sido mayor, porque los catalanes estaban absolutamente noqueados. En una semana tendr¨¢n la ocasi¨®n, ya sin inventos, de levantarse de la lona.
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