REAL MADRID 0 - REAL SOCIEDAD 2
Se va la Liga y llega Vinicius
Un Madrid a la desesperada tir¨® sus opciones. Partidazo sin premio del brasile?o, al que Munuera y el VAR le quitaron un penalti indiscutible. La Real resisti¨® y remat¨®.
Se va la Liga y llega Vinicius. El partido le dej¨® al Madrid un presente horrible y un prometedor futuro. Vinicius, titular, fue h¨¦roe de una tarde sin haza?as y Munuera y Melero, que le quitaron en el campo y en el VAR un penalti de gran tama?o, los antih¨¦roes. Mereci¨® m¨¢s el Madrid y menos la Real, pero el perro flaco ladra hoy en el Bernab¨¦u.
El artista es siempre sospechoso principal de los cr¨ªmenes del f¨²tbol. Y como los del Madrid se han sucedido en serie tambi¨¦n en serie son las suplencias de Isco. Ha ido perdiendo la rueda de Bale, Asensio y Ceballos. Ahora tambi¨¦n la de Vinicius, clavo en el ata¨²d de Lopetegui, clavo ardiendo en el viaje de Solari. La decisi¨®n de poner al brasile?o tuvo que ver con que el t¨¦cnico no ve a Isco ni como centrocampista ni como extremo y no caben en su dibujo los mediapuntas. Cr¨¦anlo, hay entrenadores que pasan horas en la pizarra para demostrar por qu¨¦ conviene que no jueguen los mejores. Pero Isco tampoco jug¨® esta vez porque el Madrid no tiene gol y se espera en Vinicius, que est¨¢ en esa edad en que un futbolista rompe en crack, en bluff o en mediopensionista, el territorio de las mayor¨ªas.
La cosa empez¨® para el Madrid de la peor manera posible. Meti¨® la pata Marcelo y Casemiro acudi¨® a matar moscas a ca?onazos, lo que le llev¨® a cometer un penalti claro y absurdo sobre Merino con el que Willian Jos¨¦ adelant¨® a la Real. El p¨²blico ten¨ªa ganas de pitar al lateral y encontr¨® la excusa perfecta.
Lo que vino despu¨¦s fue un Madrid mucho mejor de lo que dec¨ªan marcador y clasificaci¨®n. Porque la Real defendi¨® mucho y mal, encogida en su ¨¢rea, sin m¨¢s miras que resistir en su defensa del regalo. Y el Madrid atac¨® mucho y sin tino, con la excepci¨®n de Vinicius, un verdadero agitador, con velocidad, desborde y la pasi¨®n que le falta al resto del equipo, incluido el entrenador, tentado de brindar por un empate o por ganar cinco puestos en la clasificaci¨®n sin pisar el podio.
Con todo, el Madrid tuvo el empate a tiro unas cuantas veces antes del descanso: en un remate inexplicablemente errado por Benzema, en una arrancada sin broche de Vinicius, en un zapatazo de un Modric al alza rechazado por Rulli, en un centro-chut de Lucas V¨¢zquez que dio en el palo... Pero la pegada, esa vida extra de los grandes que no tiene relaci¨®n con el juego, se march¨® con Cristiano a Tur¨ªn. En cualquier caso, el juego racheado y las oportunidades fabricadas desviaron los pitos del equipo a Munuera Montero, al que se le reclam¨® un penalti a Ramos que no vieron ni ¨¦l ni Melero en la pecera del VAR.
La segunda mitad fue otra cosa. Se descamis¨® el partido, que empez¨® a circular en las dos direcciones. La del Madrid, al toque de corneta de Vinicius, de largo la figura del equipo. La de la Real, en la finura de Merino y Januzaj. La llegada de Isco coincidi¨® con la expulsi¨®n de Lucas V¨¢zquez, por dos amarillas indiscutibles. As¨ª que el Madrid qued¨® condenado a la heroica sin mirar a su espalda, un riesgo extremo. Y entonces lleg¨® la jugada del gran l¨ªo: Vinicius, con el Bernab¨¦u en la palma de su mano, se fue hacia Rulli y el meta le derrib¨® n¨ªtidamente con ambas manos. Munuera se trag¨® el pit¨®; Melero, el rebobinado. Una pu?alada al VAR, que naci¨® para esto, para corregir y confirmar lo evidente, y que llenar¨¢ el invento de malpensados.
La Real, despu¨¦s, encaden¨® contragolpes fallidos hasta que acert¨® en uno, de Rub¨¦n Pardo, y baj¨® el tel¨®n al Madrid, que sale de esta Liga reci¨¦n empezado el a?o. Un fracaso sin paliativos con una ¨²nica buena noticia: le coge con la ventana de fichajes abierta de par en par.