El Athletic elige presidente con la sombra del descenso acechando
Uribe-Echevarr¨ªa representa el continuismo y Elizegi, la ruptura con la etapa reciente. Octava cita con las urnas e inquietud social
EI Athletic se juega hoy el color de su gobierno durante los pr¨®ximos cuatro a?os. El que se siente ma?ana en la poltrona de Ibaigane lo har¨¢ con una amenaza m¨¢s que fundada de descenso, ya que el equipo est¨¢ en las alcantarillas de la tabla (sali¨® de la zona caliente el s¨¢bado pero est¨¢ pendiente del partido aplazado del Villarreal ante el Madrid). Un drama que sacude a un club que lleva 120 a?os en la c¨²spide, el ¨²nico que enarbola esa bandera junto con Madrid y Barcelona.
La afici¨®n, una de las m¨¢s fieles de Espa?a, se debate entre dos opciones: el continuismo con la l¨ªnea trazada por Josu Urrutia desde 2007, representado por el economista Alberto Uribe-Echevarr¨ªa, o la ruptura con este pasado reciente, en manos del cocinero Aitor Elizegi.
La campa?a ha tenido tres ejes vertebradores: la econom¨ªa, Lezama y la grada de animaci¨®n. Uribe-Echevarr¨ªa parte con una ventaja que hist¨®ricamente siempre sonr¨ªe a la l¨ªnea continuista, ya que, como la Ley del Deporte obliga a responsabilizarse de su gesti¨®n a una junta, ¨¦l y su candidatura pueden disponer de los 300 millones de euros en los que la directiva anterior aument¨® el patrimonio de la entidad sin tener que poner dinero de su bolsillo. Mientras que su rival, que tuvo que avalar 19,3M€, solo podr¨ªa hacerlo con la ¡°hucha¡± los 76 millones de provisi¨®n que la junta anterior dispuso para posibles contingencias en los pr¨®ximos cuatro a?os. Elizegi cuestiona esos n¨²meros.
El primero es el favorito a tenor de la presentaci¨®n de firmas para avalar su proyecto, un acto considerado como las primarias. Eran necesarias un m¨ªnimo de 2.069 firmas, es decir, un 5% de la masa social con derecho a voto, que es 41.354 (7.494 m¨¢s que la ¨²ltima cita electoral, la de 2011), ya que hay que descontar a los 44.171 socios los que son menores de edad y los que llevan menos de un a?o con el carnet. Uribe-Echevarr¨ªa present¨® 4.075 y le validaron 3.972; y Elizegi 3.123, de las que pasaron el corte 2.942.
La de hoy es la octava cita con las urnas de la masa social rojiblanca, una vez que Beti Du?abeitia decidi¨® en 1977, con la llegada de la democracia, instaurar las elecciones por sufragio universal entre los socios.
Uribe aspira a prolongar el legado de Urrutia, con el que fue el contador durante estos siete a?os y medio. Su talante en estos 15 d¨ªas de campa?a ha sido de loar los grandes logros, que los ha habido, durante esta etapa, aunque desde el primer momento puntualiz¨®: ¡°Yo no soy Josu Urrutia¡±. Elizegi ha protagonizado un mensaje m¨¢s rupturista y agresivo: mientras el primero le llamaba ¡°ilusionista¡± por sus propuestas, el cocinero denominaba ¡°iluminado¡± a Urrutia y en t¨¦rminos despectivos, ¡°contador¡± a su rival.
La batalla por la presidencia comenz¨® con enorme titubeo. En primer lugar, la junta saliente no encontraba una figura para tomar el relevo: se fueron borrando el secretario, Javier Aldazabal, y le vicepresidente, Jos¨¦ ?ngel Corres. Y el perfil de Andrinua encantaba a los continuistas, pero se neg¨® desde un primer momento. En la otra candidatura, Elizegi desvel¨® un d¨ªa que le hac¨ªa ilusi¨®n ser candidato, luego dijo que no se presentaba y, 48 horas m¨¢s tarde, que se lanzaba al ruedo electoral.
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