Griezmann, en la fiesta del Capi
El franc¨¦s marc¨® de penalti en un partido que termin¨® en fiesta para el excapit¨¢n y en el que el Espanyol tuvo sus oportunidades.
"Alg¨²n d¨ªa me tendr¨¦is que explicar qu¨¦ he hecho para merecer esto¡±, aquella frase de Torres hoy puede tocarse en el Metropolitano. Est¨¢ en cada grito, en la piel erizada del mediod¨ªa plomizo. Se juega un partido de Liga que baja un tel¨®n. Y no es el de 2018, que s¨ª, este Atleti-Espanyol. Va m¨¢s all¨¢. Es el final de una historia, aunque hoy no vistas de corto sino de palco; qu¨¦ raro se hace hablar de algunas personas con el ex por delante. Qu¨¦ raro hablar de ti as¨ª, Gabi, si tu nombre esta tarde llena el estadio. En esta cr¨®nica de un brazalete cosido a un partido. Y hay m¨¢s.
Collar te dir¨ªa hoy aquello de siempre. ¡°Le das car¨¢cter al Atl¨¦tico¡±. Como ese que muestra seg¨²n la pelota comienza a rodar. Maniata al Espanyol con presi¨®n alta y robos de Thomas. A los pocos segundos del inicio Griezmann sent¨® a Rosales pero su centro raso no encontr¨® a nadie. Lo repiti¨® al poco, y tampoco: a su bal¨®n colgado no lleg¨® Koke. El Espanyol pasar¨ªa de la l¨ªnea del centro del campo en la jugada siguiente y el asedio sin remate rojiblanco llegar¨ªa a su fin. Y hay m¨¢s.
¡°Gabi representa el ADN rojiblanco¡±, te define Tom¨¢s Re?ones y el partido se pone para sacarlo. Porque el Espanyol aprieta y sus remates van a matar, aunque salgan del pie con la delicadeza de una vaselina. Primero Granero, despu¨¦s Borja Iglesias, desde 30 metros: Oblak saca con la punta del guante. Y hay m¨¢s. Porque el partido para el Atleti se pondr¨ªa como la tarde, fr¨ªo, fr¨ªo.
¡°Porque luchan como hermanos¡±. Eso que tan bien conoces te susurrar¨ªa Miguel ?ngel Ruiz y t¨² se lo gritar¨ªas a los chicos. Porque el Espanyol ahora tiene el mando, vertical¨ªsimo con Baptistao e Iglesias, ante un Atleti que pierde todos los duelos, carreras, y cojea por el costado de Sa¨²l. Baptistao no lo hizo herida porque Oblak par¨® su disparo desde la frontal y el rechace posterior se estamp¨® en el palo. Y hay m¨¢s.
¡°M¨¢quina¡±, te dir¨ªa Antonio L¨®pez, capit¨¢n que te entreg¨® el brazalete mientras el partido te hac¨ªa su propio homenaje, echando de menos tu figura al centro, tu presi¨®n. Dos tiros de Grizi, poco antes del reposo, fueron el ¨²nico peligro rojiblanco. Par¨® Diego L¨®pez. La bandera con tu rostro y 14 ondeaba baja. Habr¨ªa m¨¢s, pero ya despu¨¦s del descanso.
¡°Gabi es el esfuerzo¡±. La frase es de Futre. Y a ella trata de abrazarse el Atleti. El juego pide un cambio mientras los ojos, que siempre delatan, te buscan en los palcos y el videomarcador enfoca a Lucas, indiferencia. Entonces sube la voz del estadio, por una jugada que podr¨ªa haber iniciado Kalinic en fuera de juego. Sigue. Granero derriba a Koke y Correa marca. Anulado. El ¨¢rbitro manda penalti. Grizi lo mete. Se alza alta tu bandera y la grada cimbrea. Y hay m¨¢s.
¡°Lo dio todo por este escudo¡±, cuenta Adelardo de ti. Y todo lo dio Griezmann en su disparo, centrado y fuerte, para poder dedicarte el marcador. Pasaba el reloj de la hora cuando Kalinic, invisible, dejaba paso a un Vitolo ovacionado y el Atleti iniciaba su tradicional yenka, pasitos atr¨¢s. El partido entr¨® en fase de nada mientras los t¨¦cnicos hac¨ªan sus cambios. Hubo m¨¢s.
¡°Ejerci¨® de capit¨¢n, nunca f¨¢cil¡± te dibuja Soloz¨¢bal mientras God¨ªn, a quien el brazalete tu diste, lo hace con Montero, ser capit¨¢n, corregirle en defensa. El Espanyol se ha subido a la bota de Darder y asedia al final, escuecen las cinco derrotas. Pero Oblak para todo y el aire del Metropolitano recuerda al Calder¨®n, con sus letras, Muchaaachos, con el Cholo director de orquesta, subi¨¦ndole decibelios y Torres y t¨² aqu¨ª, cu¨¢nto os dej¨¢steis la piel en la hierba. Eso es escudo, ser¨¢ vuestro legado. Recu¨¦rdaselo a Lucas, por si se le olvid¨® en tu ausencia. Eso y m¨¢s.
¡°Capit¨¢n y referencia¡±, grit¨® la grada en este partido que se cierra despu¨¦s de que Gelson estropease una contra al final y Savic achicara cada bal¨®n colgado. Comenzaba tu fiesta, Capi. Se emocion¨® el Metropolitano, sonri¨® el Calder¨®n en Madrid. Porque contigo no hay duda, habr¨¢ m¨¢s seguro. Ya se te espera.