KASHIMA ANTLERS 1 - REAL MADRID 3
El Mundial resucita a Bale
Su hat-trick en una hora meti¨® al Madrid en la final. El Kashima aguant¨® un tiempo y se descompuso despu¨¦s. Isco y Asensio salieron en la segunda mitad y el balear se resinti¨®.

Guste o no, as¨ª es Gareth Bale, uno de esos futbolistas que crecen con el tama?o del partidos pero que presentan una carrera demasiado ondulada como para ganarse el aprecio del p¨²blico y la cr¨ªtica. Porque apenas ha dejado nada entre la chilena de Kiev y el hat-trick en el Zayed Sports City Stadium, pero su rara habilidad para inscribir su nombre en los partidos que luego se recuerdan (Lisboa, el sprint ante Bartra...) ha ayudado mucho al Madrid. Ante el Kashima japon¨¦s result¨® el hecho diferencial de un equipo que adorn¨® mucho el marcador y no tanto su imagen.
A poco rival, ninguna excusa. Esa es la letra peque?a de los Mundiales de clubes, que acostumbran a condecorar a precio de saldo a los grandes de Europa. Es decir, que el t¨ªtulo sale barato, pero el fracaso, car¨ªsimo. Y no siempre cala la advertencia. Lo puede explicar bien River Plate. Los tres primeros minutos del Madrid tambi¨¦n fueron un buen ejemplo de salida a escena desatenta y descuidada. Antes de que se cumplieran, Courtois tuvo que hacerse de goma para desviar un tiro cruzado de Serginho y a Shoji le faltaron cinco cent¨ªmetros de fe para meter un cabezazo en la red a la salida de un c¨®rner. La zaga blanca sigui¨® su acometida y su fallido escorzo con la mirada.
Un mal arranque de partido de un Madrid que fue corrigi¨¦ndose progresivamente con una presi¨®n m¨¢s alta y ajustada, un compromiso mayor en la recuperaci¨®n y el Bale que compr¨® el club y que se volvi¨® insospechadamente espor¨¢dico. El resto, durante la primera mitad, sigui¨® en el punto en que lo dej¨® ante el Rayo y el Huesca: tres centrocampistas huidizos del ¨¢rea y un ataque poco agraciado en el remate, s¨¢lvese Bale y el que pueda. Ese equipo que sin Cristiano anda en m¨ªnimos de productividad. Y eso que caben pocos reproches a los tres de arriba. Lucas V¨¢zquez estuvo tan patri¨®tico como acostumbra, Benzema mejora cualquier tr¨¢mite en la jugada y Bale anduvo por la causa m¨¢s de lo habitual y le quit¨® el tap¨®n al encuentro. Es el ¨²nico que naci¨® con el gol como misi¨®n principal.
Solari, en cualquier caso, confirm¨® en su cita m¨¢s importante hasta ahora que Asensio y Isco est¨¢n por detr¨¢s de Lucas V¨¢zquez, giro laborista que se prolonga en el tiempo. El resto fueron los mismos que hubieran puesto Lopetegui, Zidane, que ya utiliz¨® a ocho de los que salieron esta vez hace un a?o, o el que hubiera pasado por all¨ª. Los mismos jugadores, pero en un momento f¨ªsico y an¨ªmico diferente menos Cristiano, un recorte important¨ªsimo.
Con ese once mand¨® el Madrid en la primera mitad con reparos, justific¨¢ndose con disparos lejanos e inocentes y tolerando alguna contra del Kashima, que entiende el f¨²tbol como una cadena de montaje: ni equivocaci¨®n ni imaginaci¨®n. Eso a¨²n no lo ha arreglado Zico.
El gol que cambi¨® el partido
El equilibrio se mantuvo hasta que Bale y Marcelo, que ya hab¨ªan adivinado que por ah¨ª se abr¨ªa un hueco, levantaron una pared de alt¨ªsima precisi¨®n resuelta por el gal¨¦s de tiro cruzado. El gol que compens¨® a los dos jugadores m¨¢s verticales del equipo. Una gran noticia en el caso de Marcelo, que llevaba tiempo circulando en marchas muy cortas.
Ese gol decapit¨® al Kashima, cuyo plan era alargar al m¨¢ximo el empate y pescar luego en r¨ªo revuelto. Sucedi¨® lo contrario. Regal¨® el segundo gol, en doble desprop¨®sito Yamamoto-Seung-hyeon, y no pudo evitar el tercero, ambos de Bale y ambos cocidos en su salsa: el primero se lo dio la velocidad y el tercero, el ca?¨®n de su izquierda. En cuanto Solari vio el bal¨®n en la red le quit¨®. Ven¨ªa de una lesi¨®n y tiene toda la munici¨®n de la final.
Lo que lleg¨® despu¨¦s s¨®lo tuvo importancia simb¨®lica. Solari meti¨® a Asensio e Isco, para mostrarse en son de paz, aunque el balear se resinti¨® y ¨²nicamente dur¨® 13 minutos. Eso le dio la ocasi¨®n de reactivar tambi¨¦n a Casemiro, que tendr¨¢ un papel mejor en la final, aunque su baja haya provocado que Marcos Llorente deje de ser causa perdida. En esa relajante atm¨®sfera perdieron goles cantados Carvajal y Lucas V¨¢zquez y meti¨® el de consolaci¨®n Doi, tras la radiografia de su control (pecho o mano) por el VAR. Sin River, el Madrid tiene muy a mano un t¨ªtulo tantas veces analg¨¦sico.