El Getafe perdona la vida al Athletic en San Mam¨¦s
Los leones dominan pero no hacen ni cosquillas y no salen del bucle del empate, que no les da para ver un rayo de esperanza. Penalti a Mata que el ¨¢rbitro no pit¨® al final.


El Athletic entr¨® en descenso el viernes por el empuj¨®n del Legan¨¦s y comparec¨ªa ante el Getafe con cara de p¨¢nico. En estos casos, San Mam¨¦s se recoge en torno a la chimenea y hace pi?a familiar. Lo de menos es la poes¨ªa, interesa sacar los puntos aunque sea con una desbrozadora. Pero este equipo no est¨¢ para cosechas grandes. Domina, lleva el peso, pero no hace ni cosquillas a los rivales. Es blando en las ¨¢reas, previsible en grado m¨¢ximo y tiene un tembleque terrible recordando la clasificaci¨®n. Ya no se sabe si est¨¢ m¨¢s acatarrado con bal¨®n o sin ¨¦l.
Sin f¨²tbol, el coraz¨®n dio para adelantarse, pero luego?extra?amente perdi¨® el control en lugar de cerrar el cofre y se desorganiz¨®; se encogi¨® con el empate de un Getafe que se manej¨® muy bien al final con la angustia local y pudo dar un zarpazo de muerte. I?igo cometi¨® un penalti sobre Mata, con abrazo incluido, que se trag¨® el ¨¢rbitro y el VAR no cheque¨® bien tal vez por coincidir casi con el pitido final. Estar¨ªa contratado el videoarbitraje hasta el minuto 90 y les pillar¨ªa recogiendo los trastos, o no ser¨ªa operativo en el descuento porque si no es dif¨ªcil entenderlo. La gente ya ni silba, de pura congoja. Es lo peor que te puede pasar: la resignaci¨®n de lo que era una caldera.
No hay ideas y en ataque este Athletic es un jerogl¨ªfico. Le puede la ansiedad y le va a costar salir del laberinto. El Getafe mereci¨® ganar en la segunda parte. Eso s¨ª, lejos de comparecer rajado por el miedo, el Athletic sab¨ªa que su oficio era la victoria en la matinal de San Mam¨¦s. Sin excusas ni disimulos. Asusta tener semejante urgencia ante un conjunto como el azul¨®n, todo un profesional a la hora de sacar de quicio, con sus l¨ªneas bien juntas y el buen manejo de la picard¨ªa para usar las faltas y los parones.
Si algo tienen los equipos de Bordal¨¢s es que no enga?an. Pasas el algod¨®n y sabes qu¨¦ rastro va a quedar: orden y contraataque. Un acorde¨®n plegado, con hasta ocho jugadores defendiendo su territorio, patadones sin complicarse la vida, y Molina en punta aguantando la bola para el despliegue del equipo y Mata dando velocidad o aprovechando las segundas jugadas. La primera media hora fue un alivio para la parroquia bilba¨ªna, donde retumbaban las alarmas. Berizzo pidi¨® atraer por dentro, con San Jos¨¦ en esa mediapunta de tanto riesgo, para descargar por fuera y recaud¨® tres rematitos, de cabeza, dos de los centrales y otro de Williams. A Susaeta le costaba en las ayudas defensivas y el juego azul¨®n se volcaba por Antunes.
Luego, entre faltas y l¨ªos, se par¨® la refriega. Pablo Fern¨¢ndez, preparador f¨ªsico local, se sum¨® al caos,?se encendi¨® contra el banquillo visitante y fue expulsado. En la segunda parte, Bordal¨¢s vari¨® un par de piezas: Mata se fue a la izquierda y la bala Amath y Molina se colocaron arriba. Luego los retoc¨® de nuevo. Un error de N¨²?ez permiti¨® a Amath dar una galopada que sac¨® Herrer¨ªn con el pie, un parad¨®n de balonmano.
En cinco minutos el partido mud¨® por completo su rumbo, lleg¨® una serie de catastr¨®ficas desdichas que dir¨ªa la pel¨ªcula, con la lesi¨®n de dos rojiblancos. En un forcejeo en el ¨¢rea se dobl¨® la rodilla Ra¨²l Garc¨ªa y acto seguido sinti¨® un pinchazo Balenziaga. De golpe y porrazo los esquemas por los aires. Berizzo prefiri¨® situar en el lateral izquierdo a I?igo Mart¨ªnez, como Luis Enrique en la Selecci¨®n, en lugar de precipitar el estreno de Ganea, al que ense?a la puerta de salida con una pista llena de luces como las de aterrizaje por la noche.
Nolaskoain exprimi¨® el bal¨®n parado, en una falta sacada por Be?at. A la ¨¦pica. Pero el Athletic, algo comprensible, se acul¨® en exceso para proteger el bot¨ªn impagable y empez¨® a mostrarse cansado. En una jugada en el ¨¢rea todos se fueron a tapar un tiro y en el palo contrario, a la derecha, apareci¨® solo Mata para lanzar un jarro de agua congelada en el coliseo bilba¨ªno. Berizzo se jug¨® la baza de Aduriz para los ¨²ltimos diez minutos y tuvo una con aquellos muelles de joven que remat¨® al palo, a seis minutos para acabar.
El goteo de oportunidades era favorable a los visitantes, que perdonaron la vida a los vizca¨ªnos. Mata, una verdadera pesadilla, tuvo el segundo, pero Nolaskoain la salv¨® milagrosamente y el punta madrile?o fue objeto de un abrazo de I?igo Mart¨ªnez en el ¨¢rea, un penalti de libro que se comieron el ¨¢rbitro y todos sus colaboradores a pie de campo y en la sala de VAR.