A derrota propia, empate ajeno
Espa?a cay¨® en un partido loco por perdonar en las dos ¨¢reas. Siempre fue a remolque. Ahora necesita un empate entre ingleses y croatas para clasificarse.
Pas¨® otro tren y tampoco lo tom¨® Espa?a, cuya suerte se ventilar¨¢ el domingo en Wembley sin su presencia. Estar¨¢ en la final a cuatro si croatas e ingleses acaban en tablas y fuera con cualquier otro resultado. Como en el Villamar¨ªn, La Roja tir¨® un tiempo, regal¨® mucho atr¨¢s y no le vali¨® con descamisarse al final. Una derrota propia que s¨®lo salvar¨ªa un empate ajeno.
Croacia fue gato escaldado. Con el set de Elche en la cabeza, se hizo la estrecha en Zagreb, adelantando la defensa, renunciando a la presi¨®n elevada y agrup¨¢ndose en una delgada lengua de terreno. Entendi¨® que Espa?a se alimenta del espacio y se lo neg¨®. A m¨¢s tr¨¢fico, menos rival fue el manual de instrucciones que llev¨® al duelo, con ocho de los titulares del Mundial (faltaban el lesionado Privaric y los mediopensionistas Subasic y Mandzukic) para seguirlo al pie de la letra.
Ese plan restrictivo de Modric, Rakitic y su mariachi le fue mal a Espa?a, insignificante en ataque de salida y expuesta a al juego a la contra de los de Dalic, territorio que les llev¨® a la viceconquista de Rusia. Quien peor lo pas¨® fue Sergi Roberto, porque se juntaron en las mismas coordenadas su falta de formaci¨®n defensiva y el m¨¢ximo aprovechamiento de la banda de Perisic, un diestro en la izquierda para buscarse siempre el disparo. Uno acab¨® en el primer palo de De Gea, el mismo por el que ya le caz¨® en la pasada Eurocopa de Francia. Otro centro del jugador del Inter no encontr¨® la bota que apuntaba a puerta vac¨ªa de Kramaric.
A Espa?a le fallaron sus ¨®rganos vitales en la primera parte. Isco justific¨® su recurrente suplencia en la era Solari, Ceballos no cruz¨® las l¨ªneas enemigas, Sa¨²l no lleg¨® muy lejos, a Rodrigo (que jug¨® por la derecha) y Aspas apenas les lleg¨® nada, el esperad¨ªsimo Jordi Alba se qued¨® muy corto. Espa?a tuvo la pelota, pero no tuvo la raz¨®n. Podr¨ªa decirse que se qued¨® a media salida: no hubo tiquitaca porque falt¨® velocidad en el circuito de pase y tampoco juego vertical, por falta de vigor y profundidad. Luis Enrique debi¨® asistir estupefacto a aquel gilijuego que le encargaron erradicar, una perversi¨®n de lo que en su d¨ªa fue un magn¨ªfico plan. S¨®lo un disparo lejano de Isco, desviado a c¨®rner por Kalinic, dej¨® la Selecci¨®n como prueba de su necesidad de ganar el partido antes del descanso.
De la calma a la locura
El partido vol¨® de palo a palo cuando Sergi Roberto se columpi¨® ante Perisic en la salida de bal¨®n. La intercepci¨®n pas¨® a asistencia a Kramaric. De Gea no evit¨® nada. Un gol que hizo pasar el duelo del silencio al estruendo. Espa?a se hab¨ªa atornillado mejor en la presi¨®n y eso le permiti¨® una respuesta r¨¢pida. Ceballos inici¨® la secuencia con un taconazo y la pelota le volvi¨® tras pasar por Aspas e Isco para empujarla a la red. El sevillano del Madrid comenz¨® a darle cierta gracia al juego de Espa?a en un partido que se alborotaba. Muchas veces para mal. Al 1-1 le siguieron dos ocasiones croatas, especialmente clara una de Rakitic, y tambi¨¦n un disparo al larguero de Aspas.
Luis Enrique no esper¨® m¨¢s y cambi¨® a sus puntas. Entraron Asensio y Morata, ambos lejos de su esplendor, con Isco revitalizado. Por fin se abr¨ªa una oportunidad y, de pronto, en un c¨®rner, Modric precis¨® su centro, De Gea se acul¨® bajo los palos y Jedvaj volvi¨® a adelantar a la acobardada Croacia. Tres minutos despu¨¦s el meta evit¨® el 3-1 y, de inmediato, con Espa?a jugando ya con dos puntas, Morata patin¨® casi a puerta vac¨ªa y Vrsaljko hizo un penalti. Lo transform¨® Ramos olvid¨¢ndose de Panenka. Como ante Inglaterra, Espa?a tir¨® de tremendismo y acab¨® y¨¦ndole igual de mal, porque cambiando golpes se llev¨® el del KO, otra vez de Jedvaj, en el descuento. Ahora pende de un empate ajeno que es m¨¢s fino que un hilo.