P¨®lvora mojada en Eibar
Entre Enrich, Cardona, Charles y Kike solo han marcado 7 de los 12 goles del equipo, que suma cuatro derrotas en lo que va de liga.

Que en Eibar existe una clara falta de gol lo sabe todo el mundo. Solo 12 goles en 12 jornadas son las cifras que maneja el equipo dirigido por Jos¨¦ Luis Mendilibar. Una media de gol por partido que, de no ser por la rentabilidad que los armeros sacan a cada uno de esos goles, podr¨ªan haber puesto en serios apuros al que se ha convertido en el sexto equipo menos goleador de la categor¨ªa.
Una de las posiciones que m¨¢s controversia est¨¢ generando es, sin duda, la de la delantera. El capit¨¢n Sergi Enrich, Kike Garc¨ªa, el veterano Charles D¨ªas y el debutante Marc Cardona son las bazas de las que Mendilibar dispone para perforar la porter¨ªa rival. Sin embargo, el equipo contin¨²a sin un referente goleador despu¨¦s ya de 12 jornadas disputadas.
Con un gol anotado en los 147 minutos que ha disputado esta liga, Marc Cardona es el jugador que mayor promedio goleador muestra en el equipo. Todo ello, a pesar de haber disputado solamente 3 encuentros. Tras ¨¦l, Charles D¨ªas se coloca en segundo lugar como m¨¢ximo goleador de la plantilla con 3 goles en 11 encuentros disputados. El brasile?o necesita casi dos partidos para hacer gol, aunque su imagen ¨²ltimamente se est¨¦ viendo emborronada por la gran falta de punter¨ªa que muestra.
Lo m¨¢s preocupante, sin embargo, lo encontramos entre los delanteros titular¨ªsimos del equipo. Enrich, con sus dos goles en liga, promedia un gol cada 4,2 partidos. Unas cifras m¨¢s que preocupantes para el que es ya uno de los pesos pesados del vestuario armero. Eso por no hablar de Kike Garc¨ªa, cuyo rendimiento goleador ha ca¨ªdo en picado esta temporada, con un solo gol y 490 minutos disputados. De hecho, seg¨²n estas cifras, el de Motilla del Palancar necesita casi 5 partidos y medio para anotar.
En un club de primera divisi¨®n, donde cada punto vale su peso en oro, la punter¨ªa se antoja indispensable. Una punter¨ªa que, tras superar las rencillas en defensa durante las primeras jornadas, podr¨ªa terminar de llenar de moral y confianza a una delantera que, en general, no est¨¢ pasando por un buen momento.