El Atleti gana con el gol del cojo
Marc¨® un God¨ªn roto en el 92' y el colegiado rectific¨® la decisi¨®n del asistente de se?alar fuera de juego. Williams hizo el 0-1 y el 1-2 pero Thomas y Rodrigo hab¨ªan igualado.
Imposible no emocionarse. Media hora llevaba God¨ªn arrastrando una pierna sobre la hierba, con dolor, cojo, pero ah¨ª. Tiraba el brazalete, el orgullo, la sangre charr¨²a. Se hab¨ªa cambiado el sitio con Thomas para quedarse arriba, como el delantero centro que fue, buscando meter la cabeza en uno de esos balones colgados y que el gooool tapara el quemaz¨®n en el muslo. El Athletic se hab¨ªa puesto dos veces ya por delante y las dos el Atl¨¦tico lo hab¨ªa empatado. Era el minuto 92¡¯: Thomas botaba una falta y ah¨ª asomar¨ªa El Fara¨®n, un futbolista de esos que anteponen los colores al dolor. Cuando se rompi¨®, media hora antes, ya no hab¨ªa cambios, no pod¨ªa irse, dejar a su equipo con diez. Su gol fue de heroica y f¨²tbol de antes. Como aquella vez de Arteche, como la de Aparicio. El Atl¨¦tico gan¨® con el gol del cojo y un toque de siglo XXI: consentimiento de VAR.
Hab¨ªa regresado el uruguayo al once junto a Costa y el Atl¨¦tico comenz¨® la noche como si la del Dortmund a¨²n no se hubiese acabado. Mandaba, dominaba, encerraba al Athletic en su ¨¢rea desde que el ¨¢rbitro diera por comenzado el partido, con su silbato. Rodrigo y Thomas impon¨ªan su fortaleza f¨ªsica, Simeone su t¨¢ctica. El plan de Berizzo quedaba claro en la hierba: que Williams buscara a Montero, el chaval. El Athletic apretaba l¨ªneas y cerraba espacios. Correa dejaba fogonazos como un sombrero de tac¨®n a Balenziaga pero todo terminaba en nada. Estaba muy solo. Grizi ten¨ªa pase pero no acierto y Costa ya no es Costa. Parece manso y eso no mezcla con el rock and roll. El caso fue que el Athletic tuvo una y con una le bast¨®. Hab¨ªa crecido sobre el buen pie de Be?at y la movilidad de Muniain.
De Marcos envi¨® un bal¨®n en largo para que corriera Susaeta. Cuando lleg¨® al v¨¦rtice del ¨¢rea alz¨® la cabeza: ah¨ª ven¨ªa San Jos¨¦, ah¨ª cedi¨®. ?ste pate¨® el bal¨®n a la escuadra y Oblak se estir¨®, par¨®, pero por dos veces bot¨® su rechace sobre la l¨ªnea y Williams lo empuj¨®. 0-1. Bocanada de aire entre tanta sombra.
Del descanso, el Atleti regres¨® sin Costa. Sobre la hierba un Vitolo con ganas: lleva un a?o forr¨¢ndose las piernas con ellas. Al poco Simeone se sac¨® otro conejo del banquillo: Gelson, por Montero. No tardar¨ªa Thomas en empatar: prepar¨® el kalashnikov de la pierna derecha y, desde 25 metros, sorprendi¨® a Herrer¨ªn, que no alcanz¨®. 1-1. No durar¨ªa nada. Un minuto apenas.
Que Simeone agotaba todos sus cambios, Kalinic por Correa, y Muniain lanzaba un bal¨®n en profundidad a Williams, que corri¨® y corri¨®, con toda la hierba del Metropolitano a sus pies. Y God¨ªn que trata de frenarle pero no llega, no alcanza, Williams es Bolt. Y por segunda vez en esta segunda mitad se encontrar¨ªa ante Oblak: en la otra se top¨® con su mano milagro, en ¨¦sta fue gol, el 1-2. Berizzo volv¨ªa a inspirar.
En el equipo del Cholo nada parec¨ªa estar donde deb¨ªa. Thomas ocupaba el centro de la zaga, all¨ª donde, desde hac¨ªa un rato, desde que Montero se hab¨ªa ido, habitaba Sa¨²l. God¨ªn, en el ¨¢rea, cojeaba, cojeaba mucho, y el Atleti ya no ten¨ªa m¨¢s cambios. Pero un charr¨²a nunca abandona a su equipo en una batalla, jam¨¢s. Empat¨® Rodrigo, con su 14 a la espalda, que no s¨®lo sabe c¨®mo recuperar y a qui¨¦n d¨¢rsela siempre, tambi¨¦n suma su cabeza al bal¨®n parado del Cholo. Bot¨® Thomas el c¨®rner y ¨¦l empat¨®. 2-2, 80¡¯.
Simeone celebraba brazos al aire mientras ve¨ªa a Vitolo ech¨¢ndose al equipo a la espalda. Y amenazaba al Atleti con Gelson, c¨®rner a c¨®rner, con God¨ªn sin una pierna. Y entonces lleg¨®, la ¨¦pica. Falta en la frontal de Unai G¨®mez a God¨ªn: la colg¨® Thomas, la toc¨® Sa¨²l, asisti¨® Griezmann de escorzo y God¨ªn se lanz¨® de cabeza, con todo. El asistente levant¨® el bander¨ªn pero habl¨® el VAR, era legal: el fuera de juego lo romp¨ªa Ra¨²l Garc¨ªa, que acababa de entrar. El gol de God¨ªn val¨ªa. Su piel quedaba en la hierba, con su coraje, bajo la lluvia. Pocas veces tendr¨¢ el Metropolitano abono mejor.