Kalmar: de los magiares m¨¢gicos a los Cinco Delfines
El entrenador, fallecido en 1990, fue el art¨ªfice del Espanyol que qued¨® tercero en la 66-67 y antes lo hab¨ªa sido de la Hungr¨ªa de los 50. Se fug¨® en un partido ante el Athletic.
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A lo largo de la m¨¢s que centenaria historia del Espanyol hay otros entrenadores al margen de Rubi que han conseguido situar al equipo blanquiazul en lo m¨¢s alto y hacer so?ar a sus aficionados con acabar en las posiciones de cabeza del campeonato. Hace 50 a?os que un h¨²ngaro solitario e inexpresivo, llamado Janos Kalmar (1908-1990), dej¨® el club perico despu¨¦s de un exitoso paso cuya c¨²spide fue la campa?a 1966-67: El Espanyol finaliz¨® en tercera posici¨®n con la delantera famosa de los Cinco Delfines.
Kalmar, criado en la Hungr¨ªa de entreguerras y futbolista del MTK Budapest hasta que en 1930 emigr¨® a Francia, donde jug¨® hasta meses antes del comienzo de la II Guerra Mundial, lleg¨® a Espa?a como entrenador en 1959. El Sevilla fue su primer destino, y tras proseguir su camino en el Granada, Oporto, Valladolid y Halmstads BK sueco, recal¨® en el Espanyol del presidente Vila Reyes en 1966. Pero antes hab¨ªa labrado una trayectoria destacada en la famosa Hungr¨ªa de los 50, la de los magiares m¨¢gicos, el equipo revolucionario y de moda de la d¨¦cada. Kalmar tambi¨¦n tuvo importancia en aquel ¨¦xito.
El t¨¦cnico dirigi¨® al Honved de 1952 a 1956, club que reuni¨® a los internacionales, con Ferenc Puskas a la cabeza. A las ¨®rdenes del posterior entrenador blanquiazul, la Hungr¨ªa de los 50 creci¨®, hizo partidos memorables, revolucion¨® el juego con su innovador estilo y sistema y tambi¨¦n se diluy¨® bajo el abrigo de Kalmar, quien emigr¨® de su pa¨ªs cuando comenz¨® la revoluci¨®n. Curiosamente, Kalmar y el resto de miembros de aquel equipo aprovecharon un encuentro europeo ante el Athletic Club para emprender una gira por el extranjero. No volvieron a Hungr¨ªa.
Junto a ¨¦l, Emil Osterreich, quien trajo a Puskas al Real Madrid y posteriormente como director deportivo fich¨® a Kalmar para el Espanyol. Una pareja simb¨®lica en Hungr¨ªa y determinante en el equipo perico.
Kalmar, ya de blanquiazul, apenas se permiti¨® licencias con sus jugadores, a quienes manten¨ªa concentrados los d¨ªas de partido en el Hotel Rayi, enfrente del actual Camp Nou, desde el viernes al mediod¨ªa hasta el lunes, una medida estricta. La plantilla pasaba el rato jugando a las cartas (el remigio era el m¨¢s popular) y haciendo actividades los s¨¢bados por la tarde, como acudir en grupo al cine o al teatro. El h¨²ngaro gastaba pocas bromas. La ¨²nica, quiz¨¢s ficticia, proviene de su etapa de futbolista en Par¨ªs, cuando explicaba que en un partido jugado con poca luz no reconoci¨® al portero rival porque era negro e iba vestido de negro, pero adivin¨® su posici¨®n porque abri¨® la boca y se le vieron los dientes. Marc¨® gol.
Aquellos m¨¦todos innovadores de los 50 se quedaron algo obsoletos a finales de los 60. El equipo hac¨ªa las pretemporadas en Olot corriendo por las praderas (a veces huyendo de animales) y tocando bal¨®n en el campo de f¨²tbol, y en Barcelona la rutina era muy surrealista. Los martes jugaban a baloncesto, los mi¨¦rcoles hac¨ªan preparaci¨®n f¨ªsica y gimnasia (cuentan sus ex jugadores que Kalmar introdujo el bal¨®n medicinal en los ejercicios, algo novedoso en aquel momento en el f¨²tbol espa?ol), los jueves jugaban un partido de balompi¨¦, los viernes, ba?o y masaje; y los s¨¢bados volv¨ªan a jugar a baloncesto. Esa rutina llev¨® al Espanyol a ser tercero de la Liga. ¡°Las primas de Vila Reyes eran lo nunca visto¡±, matizan los jugadores.
Kalmar dej¨® atr¨¢s la WM (3-2-3-2) de Hungr¨ªa en los 50 para jugar con un 4-2-4. Le gustaba entrenar en el campo de tierra de Piscinas y Deportes, y situar unas piedras como palos. Un tipo peculiar que dej¨® el club en su tercera temporada justo cuando tambi¨¦n lo abandon¨® su inseparable Osterreich. Acab¨® en M¨¢laga, aunque perdi¨® todo lo que gan¨® en el f¨²tbol en la bolsa: era jugador empedernido fuera del campo. En la ciudad andaluza vivi¨® sus ¨²ltimos a?os. Un personaje reconocido en Hungr¨ªa y en los a?os dorados del Espanyol de Vila Reyes.
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