El agujero del Bar?a: permiti車 15 disparos, perdi車 108 balones
El Sevilla marc車 dos goles, dispar車 al palo y Ter Stegen se agigant車, pero Piqu谷 admiti車 serios problemas defensivos. El equipo azulgrana concede demasiado.
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Pese al 4-2 final, el Bar?a dej車 este s芍bado una tremenda sensaci車n de fragilidad defensiva en el partido contra el Sevilla que certificaron los n迆meros: el conjunto azulgrana permiti車 15 disparos del Sevilla, de los cuales seis fueron a porter赤a y uno se estrell車 en el palo. Ter Stegen firm車 cinco paradas, cuatro de ellas sensacionales en dos dobles intervenciones que seguramente le salvaron el partido a los de Valverde.
Pero los quince disparos a puerta ten赤an una explicaci車n: 108 p谷rdidas de bal車n que permitieron una transici車n tras otra del Sevilla y llegadas relativamente n赤tidas a las cercan赤as de Ter Stegen. Piqu谷 admiti車 despu谷s del partido serios problemas defensivos (※nos cogen muy abiertos y nos llegan con regularidad. Tenemos que mirarlo y solucionarlo§).
No es habitual que el Bar?a convierta sus partidos en una ruleta rusa y tenga a su afici車n al borde de un ataque de nervios. Acostumbrado al f迆tbol control, especialmente el a?o pasado, el equipo empez車 a descoserse despu谷s de la famosa noche de Roma y todav赤a no parece haberse rehabilitado. Este curso, adem芍s, el Bar?a sufre con el 4-3-3. Ya en la primera jornada de fase de grupos de Champions, concedi車 10 disparos ante el PSV (s車lo uno a puerta), eso s赤. El Legan谷s y el Valencia le remataron ocho veces; Tottenham, Girona, Real Sociedad y Valladolid, siete; Huesca y Athletic, cinco; el Alav谷s, s車lo tres.
El Bar?a, como admite el mismo Piqu谷, deja demasiada distancia entre l赤neas y, por momentos, Busquets aparece s車lo en un oc谷ano en el centro del campo. Los interiores y los laterales se descuelgan y los centrales reciben jugadas en sensible inferioridad, lo que en ocasiones les se?alan. Si a eso se suman p谷rdidas de bal車n evitables, el cocktail se vuelve explosivo. Con Inter y Madrid en el horizonte, al Bar?a le urge coserse en el balance defensivo. Si no, sufrir芍 horrores en un estadio de dimensiones tan gigantescas como el Camp Nou.
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