Lopetegui en el abismo
Encaj¨® dos goles muy temprano, tuvo una defensa de juguete, dio tres palos, le anularon dos goles y fall¨® otros muchos. Situaci¨®n l¨ªmite para el t¨¦cnico.
El Madrid volvi¨® a beberse un amargo c¨®ctel de pecados y fatalidades. Todos los primeros los cometi¨® en campo propio. Todas las segundas se concentraron en el ajeno. Regal¨® dos goles y unas cuantas contras, estrell¨® tres palos, le anularon dos tantos, le dio un papel principal a Oier, empap¨® de sudor su infortunio y se fue del Bernab¨¦u con una crisis m¨¢s densa de la que ya arrastraba. La cercan¨ªa del duelo del Camp Nou parece ahora el ¨²nico y precario asidero de Lopetegui a su empleo.
Las crisis est¨¢n llenas de partidos as¨ª, con un Murphy implacable que extiende su ley a futbolistas fiables, a las l¨ªneas de cal, a postes y largueros, al gran hermano del VAR, al hilo del que pende Lopetegui, a la moral (poca) de la tropa. Todo lo que puede salir mal, sale mal. Conoc¨ªa bien el principio el Levante, que se fue al campo del Madrid como una fuerza de ocupaci¨®n, para provocar una desgracia escrita. Pero en ventaja le puso un lance mucho m¨¢s primitivo: pelotazo de un central, Postigo, muletazo a la pelota de Varane confundido por el bote y resoluci¨®n de oficio de Morales. Y de inmediato, una mano entre instintiva y mec¨¢nica del franc¨¦s en la frontera del ¨¢rea, que el VAR vio m¨¢s dentro que el resto del mundo. Penalti, gol de Roger, 0-2 y el Bernab¨¦u en manifestaci¨®n.
Se esperaba que la vuelta de Isco abriera las aguas a su paso y result¨® que el Madrid salud¨® al partido con dos vueltas de campana. La respuesta a la crisis de ansiedad no fue uniforme. El Madrid, con Benzema y Bale en el banquillo por falta de puesta a punto (tambi¨¦n Kroos, que por no ser un Casemiro tampoco fue titular), peg¨® mucho y recibi¨® mucho a partir de entonces, reacci¨®n al¨¦rgica com¨²n a los desesperados.
Marcelo ya s¨®lo fue un extremo, bien ayudado por Isco; a Lucas V¨¢zquez, con la finca ocupada por Odriozola, el partido el empuj¨® muchas veces al papel de nueve; Mariano sac¨® los tanques a la calle; Casemiro cabece¨® hasta los drones ante la zaga que peor? defiende el bal¨®n parado. El resultado fueron dos palos antes del descanso, uno de ellos seguido de gol en fuera de juego de Asensio, cazado por el VAR; dos paradas de balonmano de Oier a remates sin oposici¨®n de Lucas V¨¢zquez, y la sensaci¨®n de que un muro invisible imped¨ªa al Madrid meterse en el partido. Y al otro lado del campo, la misma actividad: una defensa de juguete sufriendo ante la velocidad de Morales, las incorporaciones de Jason y To?o y el buen pie de Bardhi. El buen ojo de un l¨ªnea invalid¨® el 0-3 de Rochina.
El cambio de Bale, que mand¨® al lateral a Lucas, cambi¨® poco y lo hizo a peor. Lleg¨® menos el Madrid y lo mismo o m¨¢s el Levante. Mejor le fue despu¨¦s con Ceballos. Ya le pas¨® a Espa?a ante Inglaterra. El nuevo arre¨®n se encontr¨® con Oier, que encaden¨® tres paradas, dos a Bale, quien en un gesto visceral ins¨®lito en ¨¦l pidi¨® ayuda a la grada. De la divina, visto lo anterior, no esperaba ya nada. Y con el equipo descamisado, a 18 minutos del final, meti¨® Marcelo el derechazo que paraba el crono de la sequ¨ªa en 481 minutos. Para entonces Benzema se hab¨ªa bajado a la obra. Un derechazo suyo top¨® por tercera vez en el palo. Y as¨ª, entre angustias, prisas, precipitaciones y otro gol bien anulado, este a Mariano, se le fue al Madrid su quinto partido consecutivo sin victoria. Rachas as¨ª dif¨ªcilmente se saldan sin v¨ªctimas.