Benzema tampoco quiere un 9
Doblete del franc¨¦s en un partido de dos caras: el Madrid fracas¨® al principio, empez¨® a enmendarlo con dos penaltis y acab¨® dando un recital.
Se acerca el final del mercado y los resultados se ponen m¨¢s del lado de Florentino, apologista de la austeridad y de Benzema, que de Lopetegui, suplicante del desembolso. Pero lo cierto es que el Madrid se vio en un apuro y s¨®lo fue el que se esperaba despu¨¦s de recibir el empuj¨®n de dos penaltis, just¨ªsimos. A partir de ah¨ª se descamis¨®, pero desde el espacio y no desde el juego posicional. A campo abierto resultaron imparables Asensio, Benzema y Bale. Y acab¨® desembocando en la goleada coral que debe remediar la marcha de Cristiano.
M¨¢s all¨¢ de la victoria, la falta de un goleador, hecho probado, simplificar¨ªa err¨®neamente el problema que se alza ante Lopetegui. Cierto es que en el megadivorcio ha perdido m¨¢s goles Cristiano que el equipo (l¨ªder y m¨¢ximo anotador del campeonato), pero el verano ha tenido un efecto nocivo en parte de los jugadores del equipo blanco.
Asensio, que est¨¢ en edad de crecer, no encuentra la regularidad pese a que su final de partido fue espectacular. Isco s¨®lo es un hecho diferencial de cuando en cuando. Marcelo ha empeorado dram¨¢ticamente en la ida y en la vuelta. Kroos fue el que se volvi¨® del Mundial casi sin pisarlo. Benzema es Benzema, aforado eterno aunque ahora con argumentos ahora para ahorrarse la competencia. En Montilivi estuvo soberbio. Y a Bale le cuesta hacerse lo que no es, el l¨ªder de un equipo de m¨¢ximo nivel, aunque delante de la porter¨ªa resulta inmisericorde. Y no hay banquillo que apriete, m¨¢s all¨¢ de Courtois en el cogote de Keylor, titular contra pron¨®stico, pelea sin ning¨²n efecto sobre el juego colectivo.
Ese arranque en fr¨ªo le puso en peligro en Girona, donde Eusebio, a ratos, fue capaz de cuadrar el c¨ªrculo. Porque durante media hora su equipo fue bueno con la pelota y sin ella, con pares y nones, con criterio e intensidad a partes iguales. El mismo jerogl¨ªfico en el que se perdi¨® el Madrid el curso pasado.
Marcelo flaquea
El Girona arranc¨® por el lado f¨¢cil, Portu, su futbolista con m¨¢s filo frente a un Marcelo abandonado. Y todo empez¨® a irle bien. Incluso en el marcador. El gol comenz¨® en un golpe de fortuna y acab¨® en obra de arte, porque el tiro de Lozano lo rechaz¨® Nacho y dej¨® a la zaga descolocada y a Keylor por los suelos. Un panorama favorable para Borja Garc¨ªa, que lo resolvi¨® con torer¨ªa: recorte a Casemiro y pelotazo a la escuadra.
A¨²n le dur¨® al equipo catal¨¢n la inercia del tanto y pudo doblar su ventaja en otra incursi¨®n de Portu que sobre la l¨ªnea salv¨® Carvajal. Isco ya hab¨ªa perdonado el 0-1 antes de que marcara Borja Garc¨ªa y Ramos se dej¨® ir luego dos cabezazos francos. Y de pronto, al partido qued¨® enganchado el Madrid casi milagrosamente por dos penaltis a Asensio, el primero evitable de Muniesa, el segundo imprudente de Pere Pons. Ramos, a lo Panenka, y Benzema los convirtieron.
Fue el fin del Girona y el tiempo de esplendor de Benzema y de Bale. Con la ventaja llegaron tambi¨¦n los espacios, donde el gal¨¦s es indefendible. Ayud¨® que Lopetegui quitara a un Marcelo en la inopia para cerrar la herida con Nacho. Qued¨® un Madrid m¨¢s seguro y mejor, un equipo que se desat¨® de Asensio a Isco, que le sirvi¨® el tercer gol al gal¨¦s supers¨®nico, de Kroos a Benzema, en el que se adivina la enmienda. Y aquel Girona del comienzo, deprimido por la falta de fuerzas y por el marcador, no volvi¨®.
Cuando al partido lleg¨® Modric, al que Lopetegui a¨²n ve prendido con alfileres, no hab¨ªa ya nada que reparar. O para ser exactos, lo poco que hab¨ªa lo arreglaron Benzema, con otro gol, y Keylor, con dos paradones. Su problema es que se avecina par¨®n y cuenta nueva.