Dos aspirantes, un partidazo
Valencia y Atl¨¦tico firman un partido vibrante en el que Rodrigo Moreno igual¨® el gol inicial de Correa tras un espectacular pase de Griezmann.
Comenz¨® LaLiga para Valencia y Atleti con un pasillo y un estadio en pie. Uno campe¨®n de Supercopa, otro iniciando su Centenario. La ceremonia de los himnos pasa, sorteo de campos, un capit¨¢n repite, Parejo, otro se estrena, God¨ªn, a?o I despu¨¦s de Gabi. Los decibelios suben. El bal¨®n ya s¨ª rueda. Los dos equipos vuelcan todas sus ambiciones sobre ¨¦l. Son muchas, y altas, mirando a mayo. Lo demostraron con un espect¨¢culo de f¨²tbol y bravura ayer, a juego con las aspiraciones.
El primero en presentarse fue Costa, que trat¨® de hacer en el 2¡¯ lo que al Madrid le hab¨ªa hecho en 49 segundos. Esta vez no sali¨®. Wass, debutante y titular, replic¨® en la jugada siguiente. Apertura de Rodrigo y trallazo a la escuadra de Oblak. Muy alto. El juego comenz¨® trepidante. Rodrigo y Wass ten¨ªan un mapa del tesoro, ese camino abierto entre los centrales y Koke y Sa¨²l, que les invitaba al ¨¢rea de Oblak. Simeone, de negro impoluto, ejerc¨ªa de recogepelotas para devolver cuanto antes al c¨¦sped un bal¨®n que hab¨ªa salido. Fue ese que tocaron sus dedos el mismo con el que Correa har¨ªa su gol. Griezmann mediante.?
Despert¨® el franc¨¦s un rato, que a¨²n arrastra verano, con una genialidad. Un pase que nadie esperaba y que s¨®lo ¨¦l vio que rompi¨® al Valencia. Envi¨®, sin mirar, a un Correa que defini¨® de libro. El mapa del tesoro del Atleti era el de verdad. El del Valencia se hab¨ªa convertido en laberinto. El Atleti dominaba con bal¨®n, sin bal¨®n y esa solidez de front¨®n a la que el Valencia no encontraba resquicio. Ya s¨®lo era Rodrigo.
Cada vez que Costa corr¨ªa temblaba Garay, lent¨ªsimo. Una vez par¨® Neto; otra, cuando el descanso asomaba, fue amarilla del central. El partido regres¨® en ese punto: falta de Garay a Costa. Le pas¨® por encima esta vez. Sin sanci¨®n. Ni del ¨¢rbitro ni del VAR. Hubiera sido roja y ocasi¨®n clara.
Disfrut¨® diez minutos el Atleti desequilibrando como anta?o, con sus laterales. Buen partido de Juanfran. Serio de Filipe con la niebla en su futuro, como si a?orar una vez la rojiblanca no hubiera sido lecci¨®n suficiente. La niebla pareci¨® cegar a God¨ªn en la jugada que devolvi¨® al Valencia al partido. Fall¨® donde no suele hacerlo: midi¨® mal un centro lateral y por ah¨ª se le col¨® Rodrigo. Control de pecho, otra definici¨®n de libro, golazo. Poco despu¨¦s, cuando Paulista enviaba un bal¨®n al palo, se iba Lemar, que ayer s¨®lo corri¨® mucho, y Gameiro esperaba en la banda. Debutar¨ªa ¨¦l, debutar¨ªa Batshuayi, rugir¨ªa Mestalla.
Las cartas del Cholo eran Vitolo y una moto, las piernas de Gelson, todo regates. Desestabilizaron m¨¢s. El final del partido fue precioso, el¨¦ctrico, de ida y vuelta, los dos equipos con los guantes en alto. Por bajo sac¨® el suyo Oblak ante Wass para la parada de siempre, esa que sujet¨® el empate cuando Batshuayi apretaba. Se acalambraba Parejo, ten¨ªa la ¨²ltima Gameiro. Escrito estaba. Que deb¨ªa ser ¨¦l. El Valencia le ha cambiado la cara, pero no la mirilla: sigue con ella desviada. Su remate, f¨¢cil, lo par¨® Oblak. A lo lejos, se oy¨® un silbido. Del ¨¢rbitro. Los dos equipos que apuntan a todo ca¨ªan extenuados, en tablas, con los guantes de boxeo puestos, tras un partidazo. Es agosto, pareci¨® marzo.