Bale coge la bandera
Estuvo en el primer gol, marc車 el segundo, estrell車 un cabezazo en el palo y se ofreci車 como suced芍neo de Cristiano. Mand車 el Madrid y se encogi車 el Getafe.
Cabe preguntarse, a estas alturas de la pel赤cula, si lo m芍s parecido a Cristiano est芍 m芍s dentro que fuera. Porque en capacidad de golear, en variedad de recursos para hacerlo, en capacidad f赤sica y en potencia de disparo nadie se acerca m芍s al portugu谷s que Bale. Hizo un gol, estuvo en otro, mand車 un cabezazo al larguero y ayud車 a justificar la ausencia de fichajes que tiene en vilo a la afici車n, no tanto por lo que no llega al Bernab谷u sino por lo que han comprado Bar?a y Atl谷tico. El partido le record車 a la hinchada el papel ejemplar de Nacho y le ayud車 a Asensio a retomar su escalada, en la que por momentos se pierde. El Getafe asisti車 de oyente.
Gan車 el Madrid atado a una alineaci車n con mensaje. Porque sali車 Keylor, sobre el que est芍 por ver hasta d車nde llega la lealtad del t谷cnico. Y porque empezaron en el banquillo Varane, Casemiro y Modric, a迆n por perfilar f赤sicamente por la demora en su incorporaci車n, y entraron Nacho y Ceballos. Este, junto a Kroos, Isco Benzema y Asensio, evidencia de que estamos ante un modelo de alt赤sima elaboraci車n pero al que le falta, en cierto modo, sorpresa, desborde, agitaci車n y ese punto de furia que inspiraba Cristiano.
Un Madrid, en definitiva, m芍s sofisticado y territorial pero que acaba volviendo al lugar del crimen: el constante repique de Marcelo por su banda y el martillo de Bale, cuya onda expansiva en el equipo resulta creciente. Con este plan pasa el Madrid muchos minutos con la pelota, producto de esa presi車n alta tras p谷rdida que parece madura y que asfixi車 al Getafe, y pocos dentro del 芍rea.
En ese desigual reparto de la pelota colabor車 Bordal芍s, que tabic車 la alineaci車n m芍s de lo habitual. Sali車 Cabrera para obstruir a Bale y se ahorr車 a Antunes, un lateral de mayor recorrido, y a ?ngel, su atacante m芍s reconocido. Tambi谷n hundi車 mucho a Shibasaki, esta vez m芍s mediocentro que mediapunta.
Bale y los goles
Eso dej車 un partido de una sola direcci車n corto de sal. S車lo qued車 en los registros lo que se le ocurri車 a Bale. Primero mand車 un cabezazo en plancha al larguero y de un centro suyo desde la izquierda, con despeje sin contundencia de David Soria, lleg車 el tanto de Carvajal, en testarazo bombeado. Eso, un penalti a Ramos que invalid車 un fuera de juega previo y un gol anulado al central por faltita a Cabrera, dej車 la primera mitad. Sobr車 Keylor; luci車 Nacho, cuya suplencia en Tallin merece una explicaci車n; hubo detalles de Benzema en la azotea, y se ausent車 clamorosamente el Getafe en ataque porque exager車 infinitamente su instinto de protecci車n. Siempre estuvo bajo el paraguas.
El trabajo lo acab車 Asensio, que amenazaba con rezagarse, pero que tras el descanso fue el gran impulso del Madrid. En tres minutos le rob車 la cartera a Djen谷 para entregarle medio gol a Bale (tampoco esta vez estuvo Soria atinado ante el zurdazo del gal谷s) en el 2-0 y de inmediato dispar車 con la derecha al palo.
Ese tanto le dio aire al partido. Emoci車n no, porque el Getafe estuvo siempre fuera de c芍mara, pero abri車 espacios, llev車 la actividad a las 芍reas, estir車 el campo y anim車 a Bordal芍s a sacar toda la munici車n que se hab赤a guardado de salida. En esta segunda versi車n del choque, m芍s alborotada, tambi谷n fue mejor el Madrid. A partido resuelto se anim車 a迆n m芍s Marcelo y se sumaron al coro Lucas V芍zquez y Modric, servido todav赤a en raciones. Al Getafe, la intensidad, s車lo le sirvi車 para cargarse de tarjetas. Y al Madrid, la c車moda victoria, para bajar el volumen sobre las carencias de la plantilla.