Un t¨ªtulo m¨¢s, un trauma menos

Todos los derbis europeos entre Madrid y Atl¨¦tico son dramas largos, ag¨®nicos, extenuantes, estirados hasta la pr¨®rroga o m¨¢s all¨¢, un test de estr¨¦s para los futbolistas. Y todos los hab¨ªa ganado el Madrid menos el de Tallin, que fue y vino, pero lo decidieron Sa¨²l con una volea para el recuerdo y un pase a la red de Koke. De Estonia vuelve rey de reyes y supera un trauma hist¨®rico, la ¨²ltima frontera de Simeone. Y mete al Madrid en un periodo de reflexi¨®n sobre su cicater¨ªa en el mercado.

Si coral pretende ser el Madrid para disimular su orfandad de Cristiano, coral fue el error que le hizo entrar en el partido dando vueltas de campana: un env¨ªo largo de God¨ªn se lo gan¨® por arriba Diego Costa a un Sergio Ramos relajado, Varane ni fue ni esper¨® y Keylor se trag¨® por su palo el derechazo violento del hispanobrasile?o. Sucedi¨® a los 49 segundos. Un comienzo perfecto para el Atl¨¦tico, al que le cunden los goles m¨¢s que a nadie.

Pero fue un gol que no le aclar¨® este partido, porque el primer buen plan del Atl¨¦tico, con Sa¨²l sobre Kroos para hacer jugar a ciegas al Madrid, se agot¨® pronto. Marcelo, como tantas veces, fue metiendo al Madrid en el partido. As¨ª comenz¨® a poner en marcha el posesi¨®metro y Lopetegui le a?adi¨® la imprevisibilidad del permanente cambio posicional de su cuarteto de violines. Isco, Bale, Benzema y Asensio fueron agitando el avispero, cansando a un Atl¨¦tico que no tiene po¨¦tica ni la persigue. El tanto inicial le condujo a un cautiverio consentido que conden¨® a Griezmann y Diego Costa. S¨®lo Lemar, que ofrece una buena din¨¢mica de juego, no se someti¨®. Y Bale acab¨® por fungir de gal¨¢ctico. Ahora s¨ª, cinco a?os despu¨¦s, est¨¢ para romper en gran figura. A su luz fueron creci¨¦ndose el Madrid, Asensio y Benzema. Oblak estuvo milagroso en un taconazo orientad¨ªsimo del balear y remiso despu¨¦s en un sensacional env¨ªo, tras sprint, de Bale que el franc¨¦s cabece¨® cruzado a la red. Sin Cristiano, Benzema se ha quedado sin socio y sin coartada. Y parece asimilarlo. Esta pretemporada ha decidido no perdonarse el gol, pese a que, un curso m¨¢s, el club no le traer¨¢ quien le apriete.

El Atl¨¦tico desapareci¨® sin dejar rastro durante media hora y pag¨® por ello. Probablemente menos de lo que merec¨ªa, porque un derechazo de Asensio roz¨® el palo. Poco antes del descanso pareci¨® menos acurrucado, con dos buenas salidas de Rodrigo, un centrocampista total sobre el que girar¨¢ el equipo durante tiempo, y algunas correr¨ªas de Lemar, aunque se quedara en la corteza. De Griezmann no hubo se?ales. Anda sin piernas y se le nota. Y a Diego Costa le falt¨® un puntito de precisi¨®n en las contras, cuando el Madrid sobredimension¨® esa superioridad en los minutos centrales de la primera mitad.

Del descanso regresaron dos equipos peores, m¨¢s precavidos, m¨¢s imprecisos. Aquello empez¨® a dejar de tener due?o y alboroto. Una fase de juego de espaldas a las ¨¢reas, a conveniencia del Atl¨¦tico. Simeone quit¨® a su estrella, Griezmann, que result¨® insignificante, y Lopetegui meti¨® a la suya, Modric, que tampoco ten¨ªa combustible.

El penalti y la remontada atl¨¦tica

Antes de que diera tiempo a nada, el Madrid se encontr¨® un gol gratis por mano absurda de Juanfran. El lateral brace¨® con Benzema en un saque de esquina y cuando ambos se separaron meti¨® el antebrazo en las barbas del ¨¢rbitro para interceptar el centro. Ramos asumi¨® lo que en tiempos fue funci¨®n exclusiva de Cristiano y puso por delante al Madrid cuando m¨¢s lejos andaba de mandar.

El Atl¨¦tico se vio cuesta arriba en una noche que empez¨® cuesta abajo y le regal¨® espacios a Bale, pero tambi¨¦n se abri¨® nuevas perspectivas con Vitolo, para convertir en sim¨¦trico su ataque. Y como el Madrid tambi¨¦n se equivoca, volvi¨® a alcanzar el empate. Por evitar un saque de banda le regal¨® Marcelo un bal¨®n a Juanfran, que mejor¨® la velocidad de Correa y lo mand¨® a la red Diego Costa. Se lo hab¨ªa trabajado el Atl¨¦tico, que pareci¨® mejor en el sprint aunque no pudo llegar a evitar la pr¨®rroga, un martirio en la pretemporada. Pudo sortearla Marcelo en el ¨²ltimo suspiro con una volea fallida. La de Sa¨²l, en el tiempo extra, en cambio, fue una obra de arte. Thomas se la puso en suerte tras quitarle la pelota a un Varane dormido. Koke, despu¨¦s, cerr¨® la fiesta. El Atl¨¦tico tiene un t¨ªtulo y un proyecto. Lopetegui, varias peticiones urgentes.